Carlos Balladares Castillo

“Conócete a ti mismo” nos exigió Sócrates y con esa frase-principio cambió la filosofía de la Grecia antigua y definió la civilización occidental. Jesucristo habló del conocer nuestro corazón (“porque donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón” Mateo 6, 21) y nuestra alma como lo más importante (“¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?” Marcos 8, 36). Al examinarme, veo en ella el encuentro de mi naturaleza que me hace creatura y hermano de toda la humanidad en un determinado momento de la historia y el espacio: el siglo XX y XXI de una nación llamada Venezuela.

Si hay un relato que me define es el ser un venezolano nacido en democracia... convencido de que la democracia es un sistema de vida y de gobierno que valora la dignidad de la persona. Nací en Caracas (Venezuela) el 29 de septiembre de 1970, y he vivido siempre en mi ciudad salvo una etapa de tres años que estudié un postgrado sobre Sociología de América Latina (Universidad del País Vasco, Bilbao, España) desde 1998, y he pasado algunas vacaciones en Barquisimeto (estado Lara): la ciudad de mis antepasados maternos. Venezuela es hija de España, la España mestiza que nació como una proeza de la conquista cristiana y civilizatoria de América. Por eso soy católico y miro el mundo desde la religión del amor, por eso hablo castellano; y el Atlántico –siguiendo a Rómulo Betancourt y tantos otros– es un puente que me une a España y Occidente.

Desde niño he sentido una gran fascinación por la historia, el conocimiento y mi ciudad: Caracas. Al mismo tiempo, al comenzar mi adolescencia, nació la preocupación por construir un orden social que lograra una mejor vida para las mayorías, una acción que ayudara a superar la pobreza y en general redujera el mal que impedía una vida digna. Por esta última causa me interesó el debate político y terminé estudiando la licenciatura de Ciencias Políticas (1994) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y una Especialización en Políticas Públicas (2005) en esta misma casa de estudios.

La comprensión de la política y la historia son inseparables, y desde el 2001 me he dedicado a ser profesor e investigador universitario en el área de historia en la UCV, la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Monteávila (UMA). También poseo una maestría en Historia de Venezuela (UCAB, 2017) con una tesis sobre el surgimiento de los caudillos en el proceso de Independencia de Venezuela; tesis que nació claramente del principio establecido por el historiador Benedetto Croce: “toda historia siempre es historia del presente”.

Nuestro presente es el de la debilidad de las sociedades e instituciones que promueven la libertad, era inevitable preguntarme: ¿Cuándo y por qué había nacido el personalismo político (autoritarismo) en Venezuela? ¿Por qué nos ha costado tanto construir una democracia, un estado de Derecho, un país desarrollado (¡un país normal!)? ¿Por qué “doña Bárbara” nunca muere? El estudio de la democracia, la lucha por su protección y desarrollo, me ha llevado al estudio de sus enemigos.

La divulgación de la historia a través de internet la inicié en el 2005 con la creación de un blog llamado Venezuela y su historia, la fundación de diversos grupos en Facebook para el análisis historiográfico y la conservación de la memoria histórica, para luego realizar podcast de efemérides. En la actualidad tengo una cuenta en Instagram (@profeballa), en la cual publico todas mis actividades académicas, en especial videos artesanales sobre la ciudad (Caracas) con un especial énfasis en la parroquia de San Bernardino. Desde hace casi 30 años mantengo columnas periódicas en diversos medios de comunicación. En la actualidad mantengo una con frecuencia mensual acá en Meer y semanal en El Nacional. Esta pasión escritural está íntimamente ligada a mi larga carrera docente que no solo he ejercido en las universidades sino también en el Colegio Santiago de León de Caracas del cual soy antiguo alumno (desde preescolar hasta graduarme de bachiller en ciencias: 1974-88) y actualmente en el Colegio San Ignacio de Loyola de Caracas.

En el 2019 retomé otra vieja pasión la cual está relacionada con la historia y la democracia, y que he mantenido también desde muy niño: el estudio de la Segunda Guerra Mundial. ¿Y por qué 2019? Porque desde ese año hasta el 2025 se cumple el 80 aniversario de este conflicto que ha determinando nuestro presente. En este sentido, me propuse escribir un artículo semanal que fuera explicando cada hecho a medida que se iba conmemorando los 80 años, teniendo como fin no solo su divulgación sino el análisis del debate historiográfico y su relación con el cine, porque esta guerra representa el evento histórico más reconstruido en la cinematografía por no hablar de su investigación como acontecimiento social. El proyecto lo cerraré en marzo del 2026 y Dios mediante iniciaré de inmediato uno mucho más ambicioso: la preparación del centenario (2039-2045) pero desde sus antecedentes que van del imperialismo, la “Gran Guerra” y el período entre-guerras.

En nuestras entregas mensuales para Meer hemos acompañado el estudio de la Segunda Guerra Mundial con reseñas de la literatura del yo (memorias, diarios, correspondencia, etc.) de este período. Ahora esperamos ampliarlo, y al mismo tiempo seguir con los tradicionales proyectos en los que elaboro semblanzas de la vida y aportes de personas que por lo general no son conocidas; y seguir con mis relatos autobiográficos entre las cuales desarrollo actualmente una serie sobre mi vida de piedad.

En la película Amistad (Steven Spielberg, 1997) el expresidente John Quincy Adams (Anthony Hopkins) le da un consejo para ganar juicios al abolicionista afroamericano representado por Morgan Freeman. Le dice que siempre triunfa el que cuenta la mejor story (relato), haciendo énfasis que en el inglés es diferente a la palabra homónima: history (historia), y de inmediato le pregunta por la suya. Yo les he contado my story: una vida para dar testimonio escrito de un tiempo y una civilización, demostrando siempre la dignidad de la persona humana en su irrepetible, libre y trascendente unicidad.

Artículos de Carlos Balladares Castillo

Subscribe
Get updates on the Meer