En mi anterior colaboración, expliqué cómo definir, clasificar, enumerar, ejemplificar y reformular palabras para exponer información por escrito. Como lo había anticipado en aquella ocasión, en este artículo presentaré otras operaciones textuales/estrategias discursivas (modos en que el escritor organiza y estructura la información) adicionales que permiten elaborar un texto expositivo; además, brindaré pautas para utilizarlas.

Justificación/fundamentación

De acuerdo con la experta Paula Roich, a través de la operación textual/estrategia discursiva de justificación se fundamenta una determinada aseveración mediante una serie ordenada de razones.

¿Qué recursos lingüísticos permiten fundamentar?

Según la RAE, las oraciones en las que se justifica por qué se considera correcto o adecuado lo expresado pueden ir introducidas por diversos conectores, como ya que, pues, puesto que, porque, etc., de tipo causal. Ejemplo:

Es necesario posponer la reunión, pues faltan algunos informes imprescindibles.

(Tomado del libro Ortografía de la lengua española, de la RAE)

En este ejemplo, se justifica el hecho de posponer la reunión debido a que faltan informes imprescindibles.

Para presentar mediante párrafos varias razones que permitan fundamentar una idea, es conveniente utilizar conectores como, asimismo, del mismo modo/manera, por otra parte, por otro lado, por su lado, a su vez, además, más aún, etc. Ejemplo:

El teletrabajo es positivo para la salud física y mental cuando se organiza y cuenta con el equipo adecuado, ya que mejora el equilibrio entre la vida laboral y la personal; además, ofrece la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física.

Asimismo, estudios recientes reportan una menor incidencia de la hipertensión arterial y estrés, menor tendencia a la depresión y mayor bienestar emocional debido a la convivencia familiar de calidad, así como el consumo de dietas más saludables porque se preparan los alimentos en casa.

Por otra parte, el trabajo remoto ahorra el tiempo dedicado a transportarse, lo que también contribuye a mejorar la salud física y mental y el bienestar social.

(Tomado y adaptado de la web de la ONU)

En este ejemplo, se ha fundamentado la opinión “el teletrabajo es positivo para la salud física y mental”. Ello se ha realizado proponiendo las siguientes razones:

  • El teletrabajo mejora el equilibrio entre la vida laboral y la personal.
  • Ofrece la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física.
  • Fomenta una menor incidencia de la hipertensión arterial y estrés, menor tendencia a la depresión y mayor bienestar emocional.
  • Ahorra el tiempo dedicado a transportarse.

Estos argumentos se han planteado mediante los conectores ya que, además, asimismo y por otra parte.

Si desean conocer más sobre el uso de los conectores para argumentar, pueden revisar el contenido que presenté en una anterior colaboración.

¿Qué tipo de información puede utilizarse para elaborar una fundamentación?

En el Manual de escritura académica y profesional, el experto José Portolés explica que, en los escritos académicos y profesionales, se utiliza la siguiente información como razones para fundamentar una opinión:

  • Las conclusiones previas de autoridades en una materia, es decir, expertos cualificados en el asunto desarrollado en el texto, con la formación y la información apropiadas.
  • Los datos de fuentes fiables como, por ejemplo, libros o informes de instituciones de prestigio, o artículos publicados en revistas científicas.

Otro tipo de información también puede utilizarse para fundamentar una opinión:

  • Los datos estadísticos. El experto Eduardo García señala que los argumentos en defensa de una opinión basados en números tienen mayor poder de persuasión; dichos fundamentos son más creíbles que aquellos sin respaldo estadístico.
  • Algunos ejemplos, que deben ser ciertos y representativos. En su obra Las claves de la argumentación, el experto Anthony Weston indica que dichos ejemplos pueden apoyar de manera adecuada una afirmación. Para ello, no se debe confiar solamente en el primero que se nos ocurra, ya que probablemente esté sesgado. Por el contrario, el autor recomienda investigar y analizar cuidadosamente las muestras apropiadas.

¿Por qué se debe considerar una fuente fiable e imparcial para elaborar una fundamentación?

La fuente en una fundamentación es el origen de los datos que apoyan una opinión. En el Manual práctico de escritura académica, las expertas Carolina Figueras y Marisa Santiago afirman que se tendrá mayor probabilidad de construir una argumentación sólida cuanto más solvente, cualificada e imparcial sea la fuente de donde se extrae dicha información.

Por tanto, dichas autoras recomiendan que el escritor compruebe la fiabilidad de las fuentes a fin de construir una argumentación eficaz. Para explicar lo anterior, brindan el siguiente ejemplo:

Si se pretende desarrollar una argumentación en torno a la violación de los derechos humanos en China, no es serio que el escritor se ciña a los datos proporcionados en los comunicados oficiales del Gobierno chino; lo más adecuado será contrastarlos con los datos contenidos en informes de organizaciones independientes de defensa de los derechos humanos, como, por ejemplo, Amnistía Internacional.

De otro lado, en su citada obra, Weston complementa lo anterior al asegurar que las fuentes de información deben ser imparciales. Para explicarlo, brinda el siguiente ejemplo:

No confíe en el fabricante de un producto para obtener la mejor información acerca de ese producto. La mejor información sobre los productos de consumo proviene de las revistas independientes de consumidores y de los departamentos estatales de verificación, ya que estos departamentos no están relacionados con ningún fabricante y deben responder a los consumidores que quieren la información más precisa posible.

Citación

Figueras y Santiago indican que una estrategia discursiva propia del texto expositivo —y también del argumentativo— es la inserción de citas de autoridad. Al utilizarlas, el autor demuestra que su presentación es válida porque coincide con la explicación de reconocidos expertos en el tema.

¿Cuáles son las maneras de citar?

La experta Irene Yúfera señala que, al recurrir a información ajena, se puede resumir, parafrasear, o incluir literalmente un fragmento del texto ajeno. Agrega que se debe citar toda la información que no sea propia y que no pertenezca al conocimiento de dominio público.

A continuación, explicaré cómo se pueden citar las fuentes de las ideas desarrolladas en un documento, según los aportes del Libro de estilo de la lengua española, de la RAE. En dicha obra, se indica que la mención de las palabras de otra persona o autor puede realizarse de dos modos:

Cita indirecta

Quien escribe incorpora las palabras ajenas (p.ej.: Yo no soporto esta situación) en su discurso propio (p.ej.: Dijo que él no soportaba aquella situación). Para ello, se utiliza un verbo de habla (p.ej.: afirmar, indicar, señalar, etc.). Asimismo, se realizan ciertas modificaciones: la adición de una conjunción (p.ej.: que) o la adecuación de los verbos y otras palabras, como los pronombres.

La RAE precisa que en este tipo de cita las palabras ajenas no se delimitan con comillas ni se resaltan. Ello se debe a que dichos términos ya están integrados en el discurso propio al citarlos. Ejemplo:

El documento detalla (verbo de habla) que (conjunción), como consecuencia de la pandemia, el trabajo remoto aumentó en Europa de 11% a 48% y el 40% de las horas de trabajo pagadas se realizaron a distancia. En América Latina y el Caribe, más de 23 millones de personas transitaron al teletrabajo en el segundo trimestre de 2020.

(Tomado y adaptado de la web de la ONU)

Cita directa

La reproducción de las palabras ajenas es literal. Para ello, se utilizan los dos puntos. Asimismo, se marcan y delimitan dichos términos mediante comillas (p.ej.: Alberto dijo: “Hace demasiado calor en esta ciudad”).

Respecto de la jerarquía en el uso de las comillas angulares (« ») —también denominadas latinas o españolas— y las comillas inglesas (“ ”), la RAE recomienda usar en primer lugar las angulares. Las inglesas (“ ”) y las simples (' ') se deben reservar para entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado. Ejemplo:

«Antonio me dijo: “Vaya ‘carcocha’ se ha comprado Julián”».

(Tomado y adaptado del Libro de estilo de la lengua española, de la RAE)

Sin embargo, dicha institución acota que la anterior recomendación no implica que el uso de las comillas inglesas (“ ”) como primera opción —muy extendido entre los usuarios del español en Latinoamérica, y me incluyo— sea incorrecto. Ello especialmente si por limitaciones técnicas no es posible emplear las comillas angulares (« »).

Citas integradas en el párrafo

Estas citas aparecen en el mismo párrafo que contiene el enunciado del que dependen y se delimitan siempre con comillas. La RAE indica que en este caso la cita se escribe con minúscula inicial y no va precedida de dos puntos. Ejemplos:

Según Ana, “no hay razón para alarmarse”.
Afirmó “ya son libres” y se fue.

(Tomados de la cuenta de Twitter de la RAE)

Cabe precisar que en un párrafo pueden citarse solamente algunas palabras del texto ajeno. Ejemplo:

China dice que "se reserva el derecho" de lidiar con "situaciones similares" después de que aviones estadounidenses derribaron un presunto globo espía.

(Tomado de la web de la CNN en español)

Asimismo, puede citarse un fragmento del texto ajeno. Ejemplo:

“Estados Unidos usó la fuerza para atacar nuestra aeronave civil no tripulada, lo cual es una reacción exagerada obvia. Expresamos una protesta solemne contra este movimiento de la parte estadounidense”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Tan Kefei, en un comunicado este domingo por la tarde, hora local.

(Tomado de la web de la CNN en español)

De acuerdo con la RAE, en los textos de carácter académico o científico, en los que la exigencia de precisión en la indicación de la fuente es mayor, es preferible utilizar una referencia bibliográfica. Ello mediante una nota al pie o utilizando un sistema de cita que remita a la bibliografía aportada.

Con este artículo, culmino la serie de aportes dedicados a presentarles pautas para escribir textos funcionales (expositivos, argumentativos e instructivos) eficaces. Me despido hasta una próxima oportunidad.