Víctor Raúl Haya De la Torre fue uno de esos intelectuales que marcan el camino a seguir a generaciones enteras, un faro de pensamiento; fue quién dio voz a muchas voces oprimidas en Latinoamérica a través del indigenismo: “el problema del indio”.
Nacido en el seno de una familia con pasado aristocrático en la ciudad peruana de Trujillo en el año 1895. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Seminario San Marcos y San Marcelo para después ingresar a la Universidad Nacional de Trujillo y estudiar derecho.
Pero fue durante esos años, álgidos políticamente, dónde Víctor, entre tantas cosas, llegando a ser compañero del poeta Cesar Vallejo, líder estudiantil y en 1919 presidente de la Federación de Estudiantes del Perú. Una de las consignas de las luchas de aquel momento fue por la reducción de la jornada laboral a ocho horas. Siendo activista de las huelgas él fue marcado a fuego por aquella experiencia, que sería algo que nunca dejaría de hacer.
Haya lee la obra de González Prada –anarquista–, obra que repercute en la ciudad. Víctor concurre a la biblioteca “Liga de obreros y artesanos”, donde comienza a sensibilizarse por el movimiento obrero. Se interesa por obras de José Martí y Domingo Sarmiento sobre educación popular, que ya en el primer congreso de estudiantes de Lima, Arequipa y Cuzco, realizada en la última ciudad, votaron por la creación de universidades populares, y en 1921 se abrió la Universidad Popular González Prada bajo la dirección de Haya De La Torre, con el lema: “la universidad popular se inspirará en la justicia social”. Ese mismo año, Haya, junto al presidente de la Federación Universitaria Argentina firman el primer convenio internacional estudiantil de América. Viaja por Argentina, Uruguay y Chile poniéndose en contacto con los diferentes dirigentes estudiantiles.
En julio de 1919 también se funda la Federación Obrera Regional peruana, de tendencia anarquista, que proponía la conquista de todas las mejoras posibles dentro del orden existente que para el año 1922 se transforma en Federación Obrera Local de Lima, que para el siguiente año harán un acercamiento ambas organizaciones por padrinazgo de Juan Caros Mariátegui, en un contexto social pujante debido a las grandes manifestaciones obrero-estudiantiles que ponían en jaque al régimen del entonces presidente Augusto Leguía. Es encarcelado y deportado a México.
En el exilio fundara la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), sus puntos principales son:
Acción contra el imperialismo yanqui.
Por la unidad política de América Latina.
Por la internacionalización del Canal de Panamá.
Por la nacionalización progresiva de tierras e industrias.
Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas.
El propósito de esto es el de organizar una alianza latinoamericana de los países cuyas riquezas son entregadas y explotadas por capitales norteamericanos.
Desde sus comienzos, en 1926, la revista Amauta publicaba artículos de Haya acerca de la cuestión indígena. Denunciando sobre la expoliación de los indígenas. El surgimiento de éste grupo cerró toda etapa en la cual el problema indígena había sido considerado como una cuestión de educación, o de legislación tutelar, o como un problema étnico. Ésta tesis, que consideraba al indígena o al afroamericano como inferiores, una tesis racista.
Si bien fue Mariátegui fue el primero en analizar la realidad de Perú, encarando el problema del indio desde un punto de vista económico, social y político; y como resultado del sistema imperante. Planteó la reivindicación de la tierra a través de una organización clasista del campesinado en alianza con el movimiento obrero. Víctor Haya, en su libro Por la emancipación de América y en una carta publicada en Amauta, coincide con las consignas de Mariátegui sobre la cuestión agraria y sobre la comunidad indígena. Para ambos la defensa de la comunidad se basaba en el hecho de que estas tierras habían sido apropiadas por el latifundio.
Mariátegui se posiciona dentro del marxismo y acusa de oportunista al APRA al abandonar la lucha de clases del proletariado. Haya De La Torre responde a esta acusación en un artículo en la revista Amauta: “el socialismo no es una doctrina indoamericana, pero ninguna doctrina ni sistema puede serlo. Se trata de darle vida con nuestra propia realidad al socialismo indoamericano”.
Ya con la caída de Leguía en 1930 y la vuelta de muchos condenados al ostracismo, Haya entre ellos. El APRA se refunda y pasa a denominarse como Partido Aprista Peruano en un congreso nacional celebrado en 1931, iniciándose en actividad legal e institucionalizada. Uno de los planteos de PAP era de la industrialización del país en base a la asociación del capital extranjero devenía de su análisis de la realidad de Perú. El regionalismo económico se basaba en la dicotomía campo-ciudad, en el conflicto entre centralismo y federalismo.
Pero para años siguientes (1939) el APRA –el núcleo– cambia de programa e ideología por una postura antiimperialista por una pro-yanqui, una política de buen vecino y de colaboración entre Estados Unidos y los países latinoamericanos, dentro de la coyuntura de la II guerra mundial.
Ya para el año 1944 los apristas organizan un Frente Democrático para unificar a todos los que estuviesen por un gobierno constitucional y que llegó a funcionar como un partido del pueblo, pero en el golpe de 1948 liderado por el general Odría, que depone a Bustamante, disuelve el congreso y persigue a dirigentes apristas, nuevamente Haya tuvo asilarse en embajada colombiana hasta 1954. Los años siguientes al golpe muchos de estos dirigentes fueron perseguidos, encarcelados y asesinados, muchos de estos dirigentes eran dirigentes estudiantiles y obreros.