En mi anterior colaboración, expliqué cuándo y cómo reemplazar los pronombres relativos por los demostrativos para evitar elaborar enunciados extensos y complejos. Según lo planteado por el experto Daniel Cassany en su libro Afilar el lapicero, Guía de redacción para profesionales, un enunciado también incrementa su extensión y complejidad al añadirse oraciones subordinadas mediante gerundios.

A continuación, explicaré qué son y para qué sirve el gerundio. Asimismo, presentaré recomendaciones para redactar eficazmente usando este tipo de palabras a fin de escribir oraciones simples que se comprendan mejor.

¿Qué es y para qué sirve el gerundio?

Según la RAE, el gerundio es una forma no personal del verbo ―es decir, una forma no conjugada― cuya terminación en español es -ndo. Expresa relación temporal respecto del verbo principal de la oración:

  • Acción simultánea: Llegaremos caminando.
  • Acción anterior: Habiendo corrido mucho, tenía sed.

Asimismo, el gerundio puede expresar otros contenidos:

  • Modo o manera: Abrió la puerta introduciendo una tarjeta por la ranura.
  • Causa: Conociéndolo, no me extraña su reacción.
  • Condición: Solo terminarás el trabajo dedicándole toda la semana.

Al respecto, en el Manual de escritura académica y profesional se explica que la acción expresada por el gerundio debe interpretarse como una circunstancia (tiempo, modo, causa o condición) de la acción del verbo principal. Ejemplo:

El evaluador valoró el examen otorgando tres puntos a cada respuesta correcta.

(Tomado y adaptado del Libro de estilo del Instituto Vasco de Administración Pública)

En este ejemplo, la acción de otorgando es una circunstancia ―en este caso, el modo― de la acción del verbo principal valoró. En otras palabras, el gerundio otorgando expresa el modo en que el evaluador valoró el examen: «otorgando tres puntos a cada respuesta correcta».

¿Cuáles son los usos incorrectos del gerundio?

En Afilar el lapicero, Cassany afirma que la prosa especializada ―es decir, la redacción académica y profesional― suele contener muchos gerundios. Ello, en palabras del autor, quizá se debe a la influencia del lenguaje administrativo y de las sentencias judiciales. Sin embargo, Cassany explica que los gerundios a menudo no son ni correctos ni recomendables.

Por otro lado, la RAE señala que en los textos se incurre en dos errores al emplear el gerundio: usos incorrectos y frecuencia abusiva. A continuación, presentaré los usos incorrectos más frecuentes del gerundio planteados en el Libro de estilo de la Justicia, de la RAE:

1) Gerundio de posterioridad

El gerundio no debe utilizarse para señalar una acción posterior a la que indica el verbo al que complementa. Ejemplo:

El trabajador causó nueva baja médica por contingencia común el 30 de marzo de 2009, permaneciendo en esta situación hasta el 27 de mayo de 2009, causando seguidamente nueva baja médica el 28 de mayo de 2009, de la que ha recibido el alta el 21 de diciembre de 2009 por mejoría que le permite realizar su trabajo habitual.

(Tomado del informe Estudio de campo: Lenguaje escrito. Comisión para la modernización del lenguaje jurídico)

Lo correcto es expresar la información posterior en una nueva oración con el verbo conjugado:

El trabajador causó nueva baja médica por contingencia común el 30 de marzo de 2009 y permaneció en esta situación hasta el 27 de mayo de 2009. Seguidamente, causó una nueva baja médica el 28 de mayo de 2009, de la que ha recibido el alta el 21 de diciembre de 2009 por mejoría que le permite realizar su trabajo habitual.

2) Gerundio de conclusión

A veces, se utiliza de forma incorrecta el gerundio para introducir una conclusión o cierre del enunciado. Ejemplo:

Las oficinas han cambiado los hábitos al solicitar encargos de efectivo: ahora piden más servicios de un día para el otro, dificultando que se puedan repartir rodas las remesas a primera hora.

(Tomado de Afilar el lapicero, Guía de redacción para profesionales)

En estos casos, conviene colocar un punto e iniciar una nueva oración con el verbo conjugado. Asimismo, es necesario usar un pronombre neutro (esto, eso o ello) que se refiera a toda la oración anterior:

Las oficinas han cambiado los hábitos al solicitar encargos de efectivo: ahora piden más servicios de un día para el otro. Ello dificulta que se puedan repartir rodas las remesas a primera hora.

3) Gerundio de consecuencia

Consiste en usar gerundios de posterioridad para aportar una idea de consecuencia. Ejemplo:

Singularmente en el caso del delito de cohecho, es poco frecuente la existencia de prueba directa, siendo necesario en la mayoría de los casos acudir a la prueba indiciaria.

(Tomado del informe Estudio de campo: Lenguaje escrito. Comisión para la modernización del lenguaje jurídico)

En estos casos, se debe expresar la información posterior mediante una nueva oración con el verbo conjugado y un conector que explicite la relación consecutiva (en consecuencia, por ello, por lo tanto, etc.):

Singularmente en el caso del delito de cohecho, es poco frecuente la existencia de prueba directa. Por ello, es necesario en la mayoría de los casos acudir a la prueba indiciaria.

4) Gerundio especificativo

Consiste en precisar las características del sustantivo mediante una oración de gerundio. Ejemplo:

Se ha publicado el informe analizando el impacto de los gases tóxicos en el ambiente.

(Tomado de Afilar el lapicero, Guía de redacción para profesionales)

Lo correcto es utilizar una oración subordinada introducida mediante el pronombre relativo que y el verbo conjugado:

Se ha publicado el informe que analiza el impacto de los gases tóxicos en el ambiente.

¿Cómo evitar los problemas de redacción ocasionados por el uso de gerundios?

Duda sobre el sujeto que ha realizado la acción

En Afilar el lapicero, Cassany señala la siguiente característica del gerundio:

«Al ser una forma impersonal, el gerundio no puede especificar el tiempo, la persona o el número de la acción. El lector debe inferirlos por el contexto».

Al respecto, en su libro El derecho a entender, los expertos Estrella Montolío y Mario Tascón señalan que el gerundio es «anónimo»; es decir, para identificar al sujeto que ha realizado la acción, el lector necesita indagar en el texto. Ejemplo:

El solicitante entregó dos formularios al funcionario pidiendo (¿quién está pidiendo: el solicitante o el funcionario?) uno más.

(Tomado y adaptado de la Guía Práctica de Comunicación Clara del Ayuntamiento de Madrid)

En estos casos, con el objetivo de no generarle dudas al receptor del texto, Montolío y Tascón recomiendan usar verbos conjugados al elaborar oraciones y/o escribir directamente el sujeto que ha realizado la acción:

El solicitante entregó dos formularios al funcionario, quien le pidió uno más.

En esta segunda versión del ejemplo anterior, se usó el verbo conjugado pidió para expresar la acción, en reemplazo del gerundio pidiendo; además, se agregó el pronombre quien. Todo ello a fin de que le resulte más fácil al lector identificar quién es el sujeto que ha pedido un formulario más: el funcionario.

Cabe acotar que existen otras formas no conjugadas del verbo que generan dudas sobre el sujeto que ha realizado la acción. Si desean conocerlas, junto con algunas pautas básicas para escribir con claridad, pueden consultar Los pasos del método de la comunicación clara.

Enunciado extenso y complejo por la acumulación de gerundios

En Afilar el lapicero, Cassany señala esta otra característica del gerundio:

«El gerundio alarga la oración, al añadir subordinaciones. Si estas son largas, la oración completa incrementa su extensión y complejidad».

Por tanto, como una regla de economía y claridad en redacción, el autor recomienda limitar el uso de los gerundios. Dicha pauta la sustenta explicando que el exceso de estas formas del verbo, incluso si son empleadas correctamente, alarga la oración y la complejiza.

Al respecto, el experto Sandro Cohen afirma que una manera de abusar del gerundio es usarlo en lugar de un verbo conjugado en una oración subordinada. Según este autor, la solución en estos casos es utilizar un verbo conjugado en reemplazo del gerundio en la subordinada; además, dividir todo el enunciado en dos o más oraciones, según corresponda.

Con el fin de graficar todo lo expuesto, se presenta el siguiente ejemplo:

La confección de este documento se ha realizado utilizando las mismas herramientas que el anterior, obteniendo una reducción de tiempo en su confección, alrededor de un 90%.

(Tomado de Afilar el lapicero)

En este ejemplo, se han usado dos gerundios:

  1. El primero, utilizando, permite expresar el modo en que se ha realizado la confección del documento: «utilizando las mismas herramientas que el anterior». Este es un uso válido.
  2. El segundo, obteniendo, posibilita introducir la oración subordinada como conclusión del enunciado. Sin embargo, ello incrementa innecesariamente su complejidad.

Según lo expuesto, se debe limitar el uso de los gerundios. Para ello, se debe sustituir el gerundio obteniendo en la subordinada por un verbo conjugado (p.ej.: ha permitido). Asimismo, se debe dividir el enunciado en dos oraciones. Cabe recordar que debe emplearse un pronombre neutro (esto, eso o ello) para referirse a la oración anterior:

La confección de este documento se ha mecanizado utilizando las mismas herramientas que el anterior. Eso ha permitido obtener una reducción de tiempo en su confección, alrededor de un 90%.

Queda pendiente brindarles otros consejos para redactar con claridad. Por tanto, me comprometo a escribir sobre ello en mi siguiente artículo. Me despido hasta una próxima oportunidad.