Ana María Llácer Sánchez

Enamórate de tu existencia.

(Jack Kerouac, escritor estadounidense)

Así soy yo, una mujer positiva, luchadora y sensible. Mi historia es sencilla pero resiliente y muy afortunada.

Nací en Francia dentro del seno de una familia humilde, trabajadora y llena de vida, en una ciudad pequeña en el Macizo Central. Crecí en Paris, ciudad cosmopolita, eje cultural de la historia de Europa. Con 10 años vine a Valencia en España a la cuna de mi familia para desarrollarme personal y profesionalmente.

Me educaron bajo los preceptos del respeto y la admiración del artista, oficios y artesanos. Mi padre, grabador de metales, cuyo oficio está en extinción, y mi madre, modista para la alta costura en París. Ya en España, seguí creciendo rodeada de libros en las dos librerías que regentaron durante años. Época muy importante a nivel intelectual ya que me permitió descubrir escritores y libros con historias y portadas que me transportaban a lugares mágicos.

Entre las fechorías que realicé durante la adolescencia estaba el escuchar a escondidas a mis padres conversando con sus clientes y amigos en la librería; observar a mi padre trabajar con el buril en un trozo de acero realizando pequeñas obras para los joyeros. Más tarde, acompañar a mis padres en eventos culturales y observar en silencio todo lo que acontecía.

Estudié, me casé, tuve una hija preciosa y trabajé en muchos sectores diferentes, pero una vez que alcanzaba mi meta partía. No entendía el porqué de mis inquietudes y constantes cambios hasta que trabajé en televisión para un conocido profesional de programas culturales y me ayudo a encauzar mi camino a Samarkanda. Me enseñó a creer en mí y me adentro en el mundo del teatro, las letras y la música.

Importante fue también mi hermano, amante de las antigüedades, la música clásica y la ópera para ampliar conocimientos y adquirir nuevas sensibilidades.

No fue hasta los 42 años que decidí reinventarme y estudié diseño de moda. Fracasé, sí, pero… crecí aún más interiormente. Descubrí el lujo y los oficios que hacen posible que podamos llevar y disfrutar un buen calzado, un reloj, una joya, una prenda, al mismo tiempo que los decorados de los desfiles de alta costura me llevaron a descubrir los arquitectos que son capaces de crear un decorado con las ideas y bocetos de la nueva colección de un diseñador; Y así podría seguir contando…

Por ello hoy escribo pequeños posts dando a conocer artistas y sus obras de diferentes disciplinas. Colaboraciones entre artistas, marcas, áreas que son capaces de traspasar nuestras expectativas y hacernos sentir emociones, contradicciones y sensibilidad.

Las bellas artes sean cual sea la disciplina, ya no han podido dejar de formar parte de mi esencia y personalidad. Me apasiona conocer la trayectoria de un artista u artesano; lo que le motiva a realizar sus obras, las materias que utiliza y lo que pretende transmitir. Toda obra o artista tiene cosas que contar.

El arte es una expresión que desarrolla los cinco sentidos del ser humano: la vista, el gusto, el oído, el tacto y el olfato. Pero… incluyo la tecnología ya que desarrolla aún más partes de nuestro cerebro.

Termino con esta frase de Aristóteles:

«El objetivo del arte no es representar la apariencia externa de las cosas, sino su significado interior.»

Artículos de Ana María Llácer Sánchez

Subscribe
Get updates on the Meer