En el año 1923, tras el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera, con los nuevos ataques del líder rifeño Abd el-Krim, se retomó la iniciativa de perpetuar el Protectorado español del Rif en Marruecos.
Antecedentes
Aprovechando que los franceses también habían sido atacados por los rifeños (naturales de Rif región del norte de Marruecos), los españoles negociaron para organizar una respuesta bélica y conjunta para lograr la paz hasta abril de 1956 en que lograría su independencia.
Esta cooperación culminó en el Desembarco de Alhucemas, llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925, ideado y coordinado por el general Gómez Jordán-Sousa Jefe del Estado Mayor de Primo de Rivera; habiendo estudiado previamente el desastre del desembarco anglo-francés de Galípolis (Turquía 1915, en la I Guerra Mundial) Este acontecimiento marcó un punto de inflexión, ya que el desembarco conjunto se llevó a cabo con éxito y permitió detener la sangría en el Protectorado marroquí, además de mitigar, en lo posible, las secuelas del desastre de Annual de julio de 1921 con la muerte de unos 9,000 españoles y estuvo a punto de costarnos Melilla, sino llega a ser por la ayuda del jefe rifeño Abdelkader, que se puso a las órdenes del general Marina, comandante general, para defender Melilla hasta la llegada de las tropas nacionales de refuerzo.
Desembarco que sería el inicio de la campaña 1925/1927 para lograr la pacificación del Protectorado del Rif y la zona rebelde de Yebla, logrando en 2 años lo que no pudo lograrse en los 16 años anteriores, y hacer valer la autoridad del Sultán, ante las pretensiones de Abd-el-Krim de crear la República independiente del Rif.
Sin embargo, es probable que este célebre y afortunado episodio no sea ampliamente conmemorado. La razón podría estar en la presencia de figuras como el coronel Francisco Franco, Carrero Blanco, Sanjurjo, Goded, Millán Astray y la Legión, apoyados por franceses y un cúmulo de héroes africanistas que participaron en aquella operación, que serviría más tarde como ejemplo por los aliados de la II Guerra Mundial para desembarco de Normandía en junio y agosto de 1944.
En un contexto políticos de izquierda actual, marcado por los "50 años de la muerte de Franco y las libertades", no resulta conveniente para el gobierno de Pedro Sánchez y sus patricios políticos celebrar este hecho histórico, evitando así entrar en un debate lleno de explicaciones polémicas y sesgadas tendencias políticas, y además contentar al rey Mohamed VI de Marruecos.
Planteamiento del desembarco hispano-galo
Francia obtuvo un papel predominante en Marruecos tras esta conferencia de Algeciras de 1906, aunque técnicamente Marruecos no se convirtió en un protectorado francés hasta la firma del Tratado de Fez en 1912. Desde la conferencia de Algeciras, Francia fue reconocida como la potencia encargada de liderar las reformas en Marruecos, especialmente en asuntos de seguridad, economía y administración, pero debía colaborar con otras potencias, como España, que también tenía intereses en la región.
El establecimiento formal del protectorado francés y español en Marruecos en 1912 dividió el territorio en dos zonas de influencia: una bajo control francés, que abarcaba la mejor y mayor parte del Magreb, y otra más pequeña bajo control español, en el norte conocido como el Rif en la zona de Melilla y Nador, rica en minas de hierro, donde más tarde los españoles construyeron un ferrocarril de vía estrecha Nador- Tistutin, y posteriormente comunicada con el puerto de Melilla.
En la intervención aérea destacó la necesidad de coordinar las aeronaves de la Aviación Militar y la Aeronáutica Naval española junto con la Aeronavale Francesa, fuerza comandada por el general francés Enri Philipe Pétain. Esta cooperación se realizó en conjunto con la flota combinada hispano-gala para apoyar el desembarco de las tropas españolas, consolidar las playas y avanzar hacia Axdin, centro neurálgico de la rebelión de Abd el-Krim de la cabila de Beni Urriaguel, la más rebelde.
El desembarco tuvo lugar durante tres largos días. Las 24 barcazas con las tropas españolas desembarcaron entre la playa de Ixadin y la playa de la Cebadilla. Al mando de la brigada de Ceuta estaba el general Leopoldo Saro Martín con 9.300 hombres que se dividieron en tres columnas bajo los mandos de los coroneles Francisco Franco, Miguel Campins y Martín González.
Mapa con los lugares en que tuvo lugar el desembarco de Alhucemas en 1925.
Fuerzas, material y contendientes
Intervinieron dos brigadas terrestres españolas: la de Ceuta y la de Melilla. En total más de 15,000 soldados españoles entraron en el territorio rifeño.
La brigada de Melilla al mando del general Fernández Pérez con 9,200 soldados y compuesta por las columnas de los coroneles Goded y Vera. Las tropas terrestres quedaron bajo el mando del general Sanjurjo.
La brigada de Ceuta al mando del general Saro con 9,300 hombres. El coronel Franco, con el primer escalón de la columna Ceuta, llevaría el peso principal del desembarco. A su cargo tenía la VI y VII Banderas, tres tabores de harca (dos de Tetuán y uno de Larache), un tabor de la Mehala de Tetuán, el Batallón de Cazadores de África 3, una batería de montaña. Por su actuación Franco fue ascendido a general de brigada.
La fuerza aérea, todavía sin escindirse del Ejército de Tierra (lo seria a partir de 1939 con la creación del Ejército del Aire), estuvo al mando del general Soriano. Es el primer desembarco aeronaval de la historia mundial que tuvo éxito con 114 aviones 18 hidroaviones.
Fuerzas navales:
3 acorazados.
6 cruceros.
1 portahidroavion.
36 navíos menores.
58 transportes.
La fuerza francesas, estuvo al mando del general Pétain, nuevo jefe de las fuerzas francesas en Marruecos.
Bajas: 200 muerto y 109 heridos españoles, y unos 700 muertos rifeños.
La playa de Morro Nuevo en los días del desembarco, Bahia de Alhucemas, Marruecos.
Conclusiones
Lamentablemente, España es un país polarizado, tendente a no honrar a sus héroes ni a recordar a los muertos por defender a la Patria, según el color político que gobierne. Han sido demasiadas las guerras en la que hemos participado desde tiempos inmemoriales. El desembarco de Alhucemas en 1925, al igual que muchas de las operaciones realizadas durante la Guerra del Rif, con los desastres de Annual y Monte Arruit, han pasado sin pena ni gloria por los gobiernos socialistas en detrimento de nuestra memoria histórica del siglo XX.