Desde el descubrimiento de la Dama de Elche en 1897, ha sido exhibida en importantes instituciones como el Museo del Louvre en París, el Museo del Prado en Madrid y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Sin embargo, creemos que ha llegado el momento de que regrese de manera definitiva a Elche, su lugar de origen y tierra ilicitana.
En España, se ha promulgado una Ley de Descolonización de Obras de Arte, destinada a devolver piezas históricas a América Latina, reconociendo su legítimo derecho sobre ellas. Entonces, surge una pregunta legítima: ¿por qué no existe una legislación similar que garantice el retorno de obras de arte hispanas que actualmente se encuentran en Madrid, para que puedan volver a las provincias o regiones donde fueron originalmente halladas?
El municipio de Elche ha solicitado en numerosas ocasiones la devolución definitiva de la Dama, sin hallar respuesta positiva por los gobiernos de turno de todas ideologías.
Regreso temporal de la Dama de Elche
Entre mayo de 2005 y noviembre de 2006, la Dama de Elche regresó temporalmente a su ciudad de origen, donde fue exhibida durante seis meses en el Museo de la Alcazaba. Tuve la oportunidad de visitarla, contemplándola tras una urna de cristal luego de una larga espera. Años antes, en la década de los noventa, la había visto en el Museo Arqueológico de Madrid, donde permanece actualmente bajo estrictas medidas de conservación y seguridad, aunque algunos consideran que su permanencia obedece a razones políticas.
La enigmática Dama de Elche asombra y desafía nuestras concepciones sobre los íberos, demostrando que su sociedad, cultura y comercio fueron más avanzados de lo que se cree. A menudo los asociamos erróneamente con épocas prehistóricas, ignorando su cercanía a las civilizaciones clásicas del Mediterráneo. Este prodigio artístico podría impulsarnos a valorar con mayor profundidad nuestra historia prehispánica, promoviendo investigaciones y excavaciones futuras.
En octubre de 2018, bajo un gobierno socialista, se reabrió el debate sobre el retorno definitivo de la Dama a Elche durante la 83ª reunión del Consejo de Patrimonio Histórico, celebrada en la ciudad. Román Fernández-Baca, entonces director general de Bellas Artes, destacó su importancia para el Museo Arqueológico Nacional (MAN), comparándola con "Las Meninas" de Velázquez. Si bien no se descartó una cesión temporal, como en 2006, el retorno definitivo no parecía inminente.
Carmen Amoraga, directora general de Patrimonio de la Generalitat Valenciana, señaló que convertir el Museo Arqueológico e Histórico de Elche (MAHE) en una subsede del MAN no es una opción contemplada. En cambio, se trabaja en su adecuación para futuras exposiciones temporales. En la reunión también se abordaron temas como las actividades del Año Europeo del Patrimonio Cultural 2018 y las candidaturas a listas internacionales de la UNESCO y otros programas de preservación.
Esta obra icónica no solo enriquece nuestra comprensión del pasado, sino que también reaviva el debate sobre su ubicación ideal y el acceso al patrimonio cultural por parte de las comunidades que lo originaron.
Hallazgo, historia, viajes y regreso
El busto de la Dama de Elche fue descubierto el 4 de agosto de 1897 en la finca La Alcudia, cerca de Elche, por Manuel Campello Esclapez, un agricultor de 14 años. Antonio Galiana, capataz de la finca, llevó la escultura al despacho del dueño, el doctor Manuel Campello Antón. Inicialmente, la llamaron "Reina Mora" por la creencia de que todo lo antiguo en España era obra de los moros. La noticia se propagó rápidamente, y el doctor Campello exhibió la pieza en la ventana de su despacho para que todos pudieran admirarla. Este busto, símbolo del arte ibérico prerromano, es comparable en importancia al tesoro tartesio de Villena y al cerro del Carambolo.
Pedro Ibarra y las primeras investigaciones
Pedro Ibarra, historiador local y archivero municipal, analizó el busto y lo catalogó como grecorromano debido a elementos como las ánforas en el collar, vinculadas al comercio íbero-griego. Aunque él no aceptó el nombre "Dama de Elche", el busto fue popularizado bajo este título tras ser exhibido en el Louvre. Ibarra también realizó dibujos, mediciones y publicaciones sobre la pieza, difundiendo su hallazgo en España y Europa.
Venta al Louvre
En 1897, el arqueólogo francés Pierre Paris adquirió el busto por 4.000 francos, una transacción posible debido a la falta de leyes de protección del patrimonio en ese momento. Aunque Manuel Campello Esclapez, descubridor de la Dama, no recibió compensación oficial, su familia consideró injusta la venta. Esta situación impulsó la promulgación de leyes de conservación del patrimonio nacional en 1911 y 1926.
Detalles y simbolismo
La Dama de Elche, de 56 cm de altura y ricamente ornamentada, probablemente estuvo policromada y podría haber sido parte de una escultura completa. Su vestimenta refleja influencias ibéricas y etruscas, mientras que las ánforas en los collares simbolizan el comercio y la riqueza. La cavidad posterior podría haber albergado cenizas funerarias, ofrendas o amuletos. Estudios recientes han confirmado su autenticidad mediante análisis químicos de los pigmentos utilizados.
Viajes de la Dama
Tras su descubrimiento, la Dama fue enviada al Louvre, donde permaneció hasta el 8 de febrero de 1941, cuando fue devuelta a España en un intercambio cultural durante el régimen de Franco. La entrega de la Dama de Elche fue posible porque del gobierno francés de Vichy, era colaboracionista de los alemanes que habían entrado en París el 4 de junio de1940. Desde entonces, ha sido expuesta en el Museo del Prado y el Museo Arqueológico Nacional. Ha viajado temporalmente a Elche en varias ocasiones, incluyendo 2006, cuando fue recibida con gran ceremonia.
Regreso temporal que debe convertirse en definitivo
El traslado temporal de la Dama a Elche se amparó en la Ley de Patrimonio Histórico Español, con estrictas condiciones de conservación. Su presencia en Elche ha reforzado la conexión cultural y turística de la ciudad con este icónico símbolo ibérico.