Durante varios siglos se ha sostenido el origen griego de la Filosofía, contraponiéndola a los mitos y religiones en otras civilizaciones distintas a la Occidental. No obstante, la investigación histórica ha cuestionado tal perspectiva, evidenciando la presencia de reflexiones filosóficas en todas las civilizaciones conocidas, sean occidentales o no.

Este no es un dato menor: obliga a la realización de estudios pormenorizados sobre la Historia de la Filosofía. Existe una Historia Universal de la Filosofía que incluye la tradición europea y occidental, pero no se reduce a ella.

No hay duda, por supuesto, del inmenso aporte de la tradición filosófica griega, helenístico-romana y occidental en general, pero es imperativo evitar el sesgo según el cual en los pueblos no occidentales no ha existido y no existe Filosofía en sentido estricto.

Aclarado este punto, en las líneas siguientes me concentro en algunos antecedentes inmediatos y directos de los grandes sistemas de la Filosofía Griega.

Interacciones recíprocas

Es conocida la influencia de las culturas orientales en la primigenia reflexión filosófica griega. Como resultado de las interacciones comerciales y económicas entre las sociedades pre-helénica (egea o creto-minoica), caldea, irania, egipcia y fenicia, se produjo también un intercambio no despreciable de influencias recíprocas míticas, religiosas y filosóficas. Esto es reconocido desde los tiempos clásicos griegos, tal como lo indican, entre otros, Platón y Aristóteles.

Menciono cinco tesis originadas en las civilizaciones orientales que tuvieron influencia considerable en la reflexión filosófica griega:

  • Primera: existe en la naturaleza una conexión universal de todos los seres;

  • Segunda, la observación de la naturaleza identifica la existencia de una ley universal que rige la totalidad del universo;

  • Tercera: la ética, la justicia y la pureza moral son exigencias derivadas del dualismo entre el cuerpo mortal y al alma inmortal;

  • Cuarta: la realidad es unitaria, y en esa unidad existen y adquieren validez y sentido todos los seres;

  • Quinta: las distintas explicaciones cosmogonías que partiendo del caos primordial intentan comprender el paso del caos al orden, de las tinieblas a la luz.

A las tesis indicadas debe agregarse la influencia de las civilizaciones orientales en la construcción científica de las matemáticas y la medicina.

Se ha dicho que los aportes orientales al filosofar griego son de poca importancia, debido a la forma mítica de los mismos. Sin embargo, tal apreciación es equivocada, y esto por dos razones: primera, el mito es también una forma de conocimiento capaz de contener verdades significativas sobre la condición humana y universal; y segunda, escribe Aristóteles en su libro Metafísica,

La maravilla ha sido siempre, antes como ahora, la causa por la cual los hombres comenzaron a filosofar… Y por ello, desde cierto punto de vista, también el amante del mito es filósofo, ya que el mito se compone de maravillas” (Citado en Mondolfo, Rodolfo. El pensamiento antiguo, volumen I, desde los orígenes hasta Platón, pág. 15).

Iris y Thaumante

Los griegos, como es lógico suponer, no solo comerciaban con las sociedades orientales, ellos “comerciaban y veían”. Al entrar en contacto mercantil y económico, también interiorizaban las culturas orientales, y en ese marco acontece un intercambio muy valioso de ideas y experiencias.

Tanto los orientales como los griegos aportan en esas mezclas su singularidad, siendo la de los griegos un sentido más estricto del espíritu científico y de los métodos de investigación basados en la comprobación de hechos objetivos.

Escribe Platón en el Teeteto:

Precisamente, es característico del filósofo este estado de ánimo: el de la maravilla, pues el principio de la filosofía no es otro, y aquél que ha dicho que Iris (la filosofía) es hija de Thaumante (la maravilla), no ha establecido mal la genealogía” (Citado en Mondolfo, Rodolfo. El pensamiento antiguo, volumen I, desde los orígenes hasta Platón, pág. 15).

Cosmologías y antropologías anteriores a la reflexión presocrática

Filósofos como los Jónicos (Tales, Anaximandro, Anaxímenes y Heráclito) concentraron sus reflexiones en la estructura y lógica del Universo.

Pitágoras y los pitagóricos también lo hicieron, y agregaron consideraciones de gran valor y trascendencia en el campo de la teoría de los números y la matemática. Los Eleatas (Jenófanes, Parménides, Zenón y Meliso) continuaron, rebatieron y enriquecieron las reflexiones previas concentrándose en temas como el devenir, el Ser, la inmutabilidad, el movimiento, el fundamento y otros asociados a lo que luego sería conocido como Ontología.

Algunos pensadores claves se dedicaron a impulsar los conocimientos físicos y el paso del conocimiento sensible al racional. Tal es el caso de Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito.

El filosofar de los sobresalientes pensadores mencionados es precedido por las elaboraciones literarias, míticas y religiosas de Homero, Hesíodo, Orfeo y el orfismo, Jerónimo y Helánico.

En el caso de Homero, además de sus destacadas reflexiones de carácter antropológico, sobresalen sus elaboraciones sobre el origen del Universo; en Hesíodo, resulta bastante sobresaliente su reflexión sobre el ser primordial, la Tierra, el Cielo, el Tártaro, el Caos, los ciclos de formación y disolución del Cosmos; y en Orfeo y los Órficos (uno de los movimientos de mayor envergadura), su reflexión inicia con el siguiente postulado:

En el principio, sólo existían el Caos y la Noche, el negro Erebo y el profundo Tártaro, pero todavía no había nacido la Tierra, ni el aire, ni el cielo” (Citado en Mondolfo, Rodolfo. El pensamiento antiguo, volumen I, desde los orígenes hasta Platón, págs. 17-25).

Las Teogonías de Jerónimo y Helánico comprenden temas como las materias primordiales, el Tiempo, la unidad de la realidad, panteísmo (un solo Dios es en todos).

Muchos otros pensadores y creadores artísticos e intelectuales, tales como el citado Homero, Esquilo, Simónides de Amorgo, Solón y Ferécides, destacan por sus consideraciones de tipo moral, ético y antropológico.

Como es notorio, en los períodos anteriores a la etapa presocrática de la filosofía griega, son abundantes y profundas las reflexiones cosmogónicas, cosmológicas, éticas, antropológicas y sobre las dinámicas físicas de la realidad. Sin estos aportes no se hubiese dado el extraordinario y decisivo florecimiento de la filosofía griega.

Vendrán después los Sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles, pero la consideración de sus portentosas creaciones intelectuales, artísticas, científicas, filosóficas, será motivo de análisis en otro ensayo.