Ida Lupino, nacida en Londres en 1918 y luego nacionalizada como estadounidense, trabajó como actriz en Hollywood desde los años 30. Tuvo un éxito considerable en la actuación, siendo en dos ocasiones la co-protagonista de Humphrey Bogart en La pasión manda (They drive by night, 1940) y Altas sierras (High Sierra, 1941), ambas dirigidas por Raoul Walsh, e integrando el elenco del film de Fritz Lang Mientras Nueva York duerme (While the City sleeps, 1956) junto a estrellas como Vincent Price. Sin embargo, lo más interesante de su huella en la historia del cine es su trabajo como directora.
Lupino estaba en constantes conflictos con el estudio en el que trabajaba, Warner Bros., porque rechazaba papeles que no le interesaban por considerarlos poco sustanciales o mal escritos. Se ganó la reputación de ser “difícil” con el presidente de la empresa Jack Warner, por rehusarse a roles en películas como Abismo de pasión (Kings Row, 1942) junto a Ronald Reagan. Como castigo el estudio solía suspenderla, es decir dejarla sin trabajo como actriz durante un tiempo. Durante esos periodos sin actuar, Lupino aprovechaba sus contactos y acceso a los sets de filmación para observar y aprender los detalles de la realización cinematográfica. Esa curiosidad rápidamente se convirtió en deseo de escribir y dirigir sus propias películas.
Inesperadamente, su primer trabajo como directora fue anónimo. En 1948, junto a su marido, el productor Collier Young, fundaron una productora independiente: The Filmakers, con el objetivo de realizar películas de presupuesto moderado que tocaran temas de relevancia social. En 1949, la productora emprendió su primer rodaje para dar vida a un proyecto bajo el nombre No deseado (Not Wanted), una película en la que Ida Lupino era, en un comienzo, sólo guionista y productora. El director al que le habían asignado el trabajo era Elmer Clifton, pero a los pocos días de rodaje sufrió un ataque cardíaco y no pudo continuar. Lupino asumió el compromiso y terminó de dirigir la película, pero no tomó el crédito oficial de directora como señal de respeto a Clifton. Éste terminó falleciendo el 15 de octubre de 1949, poco después del estreno del film.
En los créditos iniciales se puede leer “Ida Lupino presenta” (“Ida Lupino introduces”), probablemente porque ella era la persona más conocida involucrada en la producción. Aunque, tal vez por coincidencia, terminó siendo muy significativo porque, a pesar de no figurar como directora, se dejaba ver la rebeldía que ya había demostrado en su etapa de actriz. La película fue controversial: trataba el embarazo fuera del matrimonio, un tema completamente tabú en ese momento. Eso sería una constante en el cine de Lupino: abordar cuestiones sociales complejas y delicadas.
Su primer trabajo de dirección con crédito oficial no se hizo esperar, fue La tragedia del temor (Never Fear) también estrenada en 1949. De esta forma, se convirtió en la primera mujer en tener un crédito como directora en Hollywood desde 1943. La película narra la historia de una joven bailarina que pierde parcialmente el uso de sus piernas al contraer poliomielitis. Algunas escenas incluyen pacientes reales de polio, como una muestra más del compromiso que tenía The Filmakers con la autenticidad y las causas sociales. Conseguir financiación no fue nada fácil, Lupino y Young tuvieron que poner de sus propios bolsillos y pedir dinero prestado a amigos. Eso sería otra constante en sus películas.
El problema para conseguir fondos era más que esperable: los temas que elegía y el punto de vista que adoptaban las historias hacían muy difícil encontrar inversores y distribución, más accesibles para los proyectos de los grandes estudios. Pero Lupino logró, gracias a su habilidad para dirigir con presupuestos bajos, hacer Ultraje (Outrage, 1950), film que gira alrededor del abuso sexual de la protagonista, y El bígamo (The bigamist, 1953), que retrata la doble vida de un hombre que comete bigamia, como lo indica su título. Para entender lo complicado de contar estas historias en el Hollywood clásico habría que tomar en cuenta que, por ejemplo, las palabra “violación” (rape) debió ser reemplazada en el guión de Ultraje por “ataque”, y en No deseado el término “embarazo” (pregnancy) fue suprimido. En su lugar, la joven protagonista recibe la noticia de que iba a “tener un bebé”.
Ida Lupino estaba decidida a tratar esos asuntos de relevancia social y sólo podía hacerlo dentro de su propia productora, donde llegó a dirigir 6 películas de las 12 totales que produjo The Filmakers. Sin embargo, subsistir al límite de la crisis económica no podía durar para siempre y la productora independiente debió cerrar en 1955. A partir de entonces, Lupino continuó dirigiendo casi exclusivamente para televisión. Donde su capacidad para trabajar rápido y con presupuestos bajos resultó muy valiosa. Dirigió episodios de series como Alfred Hitchcock Presenta y La dimensión desconocida.
Podemos decir que Ida Lupino tuvo una carrera próspera y que hoy en día cuenta con el reconocimiento de figuras como Martin Scorsese, además de su propia estrella en Paseo de la fama de Hollywood. Pero de todos modos, su historia nos demuestra lo difícil que es abrirse paso en la industria para algunas personas que demuestran ser rebeldes y adelantadas a su tiempo. Y uno no puede evitar preguntarse qué podría haber hecho esta artista de haber tenido más oportunidades. Por suerte, nos queda el consuelo de que sus películas están ahí, esperando que les hagamos el mejor homenaje que se les puede hacer: mirarlas.