Ratatouille es de mis películas favoritas: además de tocar unos de mis temas predilectos —tengo una particular fijación con las cintas que hablan de chefs, restaurantes y comida—, está llena de líneas que simplifican la complejidad, como aquello de que “Cualquiera puede cocinar”, que Anton Ego explica al final: “no cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado”. Quizás por una explicación como esa, por la necesidad de discutir más sobre lo que consumimos o por el simple gusto de tener un personaje como Anton Ego es que deberíamos convivir de nuevo con críticos, tan agudos e inconvenientes.
La crítica, como género periodístico, ha perdido ese lugar de prestigio que inspiró al personaje de Ratatouille o a Jay Sherman, el protagonista de la serie animada The Critic, el mismo que apareció en un episodio de Los Simpsons1. Los críticos de los medios eran figuras con poder: una buena reseña podía impulsar las ventas de tu disco, llenar los teatros para ver tu obra o tu película y lograr que los ejemplares de tu libro se agotaran; al mismo tiempo, podían tener los efectos contrarios si su criterio así lo dictaba.
Kelefa Sanneh, autor del artículo ’How Music Criticism Lost Its Edge’2, publicado en el New Yorker, se preguntó por qué la crítica musical se volvió más suave y condescendiente. Sanneh recuerda en su artículo el 0 que le dio Pitchfork3 al álbum Shine On de Jet, allá en 2006: no hubo un texto que indicara los errores, solo un video de un chimpancé orinando en su boca4. Este extremismo de la crítica es el Anton Ego que condenó al Chef Auguste Gusteau a perder una estrella. Aunque el artículo de Sanneh se enfoca solo en la música, los críticos y los medios especializados habían logrado cautivar audiencias, fieles seguidores que exploraban discos, libros y películas de acuerdo a lo dicho por la voz autorizada en cuestión.
Con la aparición de las redes sociales, el poder del crítico mediático se fue desvaneciendo. El público, acostumbrado a escuchar, tuvo la posibilidad de poner su voz y ser escuchado de manera masiva. Además, las personas dedicadas a la crítica se multiplicaron; entiendo que este punto pueda ser controversial, en sentido estricto no me atrevería a decir que toda persona que comenta o habla sobre arte o comida tenga la capacidad de criticar. De hecho, es necesario distinguir lo que es un contenido de redes para vender, la ‘joya oculta’5, con una crítica en sentido estricto.
Para la crítica no basta con hacer una descripción del objeto en cuestión, es necesario enjuiciarlo, ponerlo en contexto y analizar sus aciertos desde una mirada técnica: afinación, color, forma, propuesta, ritmo, sabor, entre otros conceptos que se vinculen con la expresión a evaluar. Muchas cuentas se enfocan en hablar del significado social o cultural del artista, la canción o el cuadro, dejando de lado su calidad artística. No quiero decir que lo anterior no sea importante, digo que se requiere hablar de eso y de otras cosas más para lograr una crítica que, quizás, se aleje de los lugares comunes, de la adulación o del fan service6.
Sería un error no considerar las críticas a la crítica; para ello podemos tomar el ejemplo del Premio Planeta, entregado hace poco al escritor español Juan del Val. “Es muy de España que las novelas que se venden sean inmediatamente descalificadas por una supuesta élite intelectual”, dijo Del Val en una entrevista7. Muchas personas han considerado que la crítica de ciertas expresiones artísticas se ha enfocado en mantener algunos nombres como alta cultura, como lo verdadero, lo deseable, dudando de los libros que son leídos en masa. A lo anterior me sumo a una de las frases dichas por Del Val: “No todo lo que se vende es malo, ni todo lo que no se vende es bueno”.
La crítica idealiza libros o música que hoy no cuentan en el panorama general. ¿Cuántos trataron de minimizar la película Tron? No toda la música o literatura es para todas las personas; algunas piezas, algunos platos también, piden más de los comensales, del lector. Sin embargo, siempre debe haber espacio para el consumo general, ¿o cómo aspiramos a conectar nuevos lectores, oyentes y asistentes?
¿Entonces por qué extrañar la crítica dura? Hace un tiempo escribí aquí un texto titulado ‘El arte no es cosa de cifras’ donde criticaba la taquilla y las vistas como único criterio de evaluación de una pieza artística. Una buena crítica puede ser la puerta para descubrir piezas de valor: libros interesantes, películas novedosas, cuadros impactantes, platos arriesgados, etc. Además, como escritor, considero que un ambiente que no cuestiona, con argumentos, tu trabajo, es poco útil y deseable, dificulta crecer. Espero que en un futuro existan críticos de todo: gente con el conocimiento necesario y la dedicación idónea para despedazar, o no, ese nuevo libro de ciencia ficción o ese puesto de tacos.
Ahora mismo tengo tres canales de YouTube que recomiendo cuando hablamos de crítica de cine: Te lo resumo —que acaba de publicar un video sobre Paul Thomas Anderson8—, Alejandro Calvo9 en SensaCine y Fernanda Solórzano10 de Letras Libres. ¿Tienen algún crítico literario que me recomienden? Siempre vale la pena encontrar a un colega de Anton Ego.
Postre
Sigo con mis lecturas particulares por encargo, así que no he tenido mucho tiempo para abordar nuevos libros. Solo me gustaría añadir que si tienen tiempo, el próximo mes ocurrirá el Festival de Escribidores11 en la Universidad de la Libertad. ¡Viene Brenda Navarro!
Notas
1 Acceso al mencionado episodio de Los Simpsons.
2 Acceso al artículo How Music Criticism Lost Its Edge.
3 Acceso al sitio Pitchfork.
4 Acceso a la crítica al álbum Shine On de Jet.
5 Al respecto, sugerimos la lectura de la siguiente publicación.
6 Sobre fan service, los remitimos a nuestro artículo Sobre Macondo, Comala y Metrópolis.
7 Acceso a la entrevista completa a Del Val.
8 Acceso al video sobre Paul Thomas Anderson en el canal de YouTube de Te lo resumo.
9 Acceso al canal de YouTube SensaCine donde ver los videos de Alejandro Calvo.
10 Acceso a un video en el canal de YouTube de Fernanda Solórzano.
11 Acceso a la cuenta de Instagram del Festival de Escribidores.















