La identidad del puertorriqueño está marcada por su entusiasmo, sus fiestas y su lengua.
La mejor forma de identificar a un puertorriqueño en cualquier rincón del mundo es, principalmente, por su característica forma de hablar que no solo se compone de elidir la d entre vocales o cambiar la “r” por “l”: la forma de hablar del puertorriqueño también está repleta de cultura, de expresiones poéticas y, sobre todo, de refranes.
Nací, crecí y actualmente vivo en Puerto Rico. Siempre he estado expuesta a los refranes, a la expresión verbal única del puertorriqueño y a su forma de conectar con las personas a través de un “¿Vio lo que hizo la gobernadora? Eso se cae de la mata” o un “El que se va para Aguadilla, pierde su silla”.
El puertorriqueño siempre ha buscado la curiosa e interesante forma de expresar hechos y anécdotas con dichos y refranes. Así que, como dije, siempre he estado expuesta a nuevas formas de expresión en el español puertorriqueño.
De pequeña recordaba haber tomado clases de español, donde nos mostraban una larga lista de refranes junto con su significado. Parte del examen era un pareo, emparejando la expresión con su significado. Para mí, eso siempre fue divertido. Y ahora que miro atrás, me doy cuenta de lo importante que fue eso en mi niñez y ahora, en el momento en el que escribo esto.
Rodeada de primos y hermanos, entre las edades de 13 a 16 años, me doy cuenta de que los refranes no son algo tan común como lo eran hace algunos años.
Aunque llegué a pensar en el tema más de una vez, al ver la cara de confusión de mi hermano cuando le digo: “no sé, pero eso me huele a peje maruca”, no pude escribir sobre el tema hasta que el día que vi la problemática reflejada en mis primas de 13 y 14 años.
Ambas se encontraban listas para irse a hacer ejercicio. Sin embargo, la noche comenzaba a caer y el parque parecía un lugar oscuro y peligroso para dos jovencitas menores de edad. Mi abuela, con cierta pena, les dijo: “no podrán ir hoy, el parque, es boca de lobo a esta hora”.
Mis dos primas se miraron con alto grado de confusión, e hicieron algunos murmullos que no podían entenderse. Finalmente, una de ellas preguntó: “¿Salen lobos en el parque?”. Quedó claro que la metáfora que les planteaba mi abuela no era una expresión común para ellas.
Desde mi lente, es imposible generalizar. Sin embargo, me pregunto si esto es solo el comienzo de una lenta pero persistente perdida de nuestra identidad y nuestra cultura.
Los jóvenes cada día se encuentran más expuestos al internet y a las redes sociales. Hay un lenguaje constante en las redes sociales que se basa en abreviaciones, anglicismos y, sobre todo, palabras que encuentran forma solo en el contexto de ciertas comunidades en línea.
El uso de refranes, aunque es activo, se encuentra centrado en adultos mayores, aquellos educados sobre la cultura o aquellos con gran pasión hacia Puerto Rico y la forma en la que nos hacemos conocer por todo el mundo.
Los refranes son una pieza clave del español de Puerto Rico y, en general, de todo país.
Los refranes son metáforas que nos permiten entender nuestro día a día de formas más simples y nos permiten conectar con otros de una forma más coloquial.
Sin embargo, el creciente uso de las redes sociales y la forma en la que nos comunicamos hoy en día, atenta contra el uso de aquellos dichos que nos han acompañado desde siempre.
Como la curiosidad me acompañó durante unos días, encuesté a algunos de mis primos, quienes reconocen que en sus clases de español no les enseñan los refranes y que desconocen el significado de muchas de estas expresiones.
En un país como Puerto Rico, donde la cultura, la jerga y las costumbres se han mantenido por años, incluso con el colonialismo y la relación sociopolítica con Estados Unidos, el decreciente uso de los refranes se convierte en una preocupación.
Porque, aun cuando no utilizan los refranes nacionalmente conocidos, estos jóvenes reconocen que usan palabras y expresiones que podrían parecerse a los refranes, sin embargo, todas provienen del mundo digital que existe en las redes sociales.
¿Estamos reemplazando los refranes con el uso de dichos del internet? ¿Nos estamos moviendo a un momento histórico donde nos enfrentamos a una universalidad del lenguaje? ¿Qué influencias tienen las redes sociales en la forma en que hablamos y nos comunicamos?
Son preguntas que se quedan en el tintero mientras sigo cuestionándome si el nuevo vocabulario entre los jóvenes posee un carácter universal porque provienen de la cultura digital y los videos en la red social TikTok.
Los refranes son una parte importante de nuestra identidad como puertorriqueños. Como dije anteriormente, son una forma simple de conectar con las personas en cualquier espacio de la isla. Su uso refleja una resistencia al paso del tiempo, por lo que permite que podamos seguir manteniendo viva nuestra cultura y nuestro folclor.
Formamos a los refranes y los refranes nos forman. Para mantenerlos presentes y resistentes al paso del tiempo, aquí les dejo una lista de los refranes más utilizados en Puerto Rico y su significado.
“Eso se cae de la mata” – expresión utilizada para decir que alguna situación es obvia o evidente.
“Huele a pejemaruca” – comúnmente utilizada para decir que alguna situación es dudosa o sospechosa.
“Mono sabe palo que trepa” – utilizado para hacer referencia a que las personas saben lo que hacen y conocen las consecuencias de sus actos.
“La luz de adelante es la que alumbra” – expresión utilizada para decir que es mejor anticiparse/prepararse para los hechos que tendrán lugar en el futuro.
“Es más viejo que el frio” – Expresión utilizada para describir algo que es muy viejo.
“Pasar las de Cain” – Expresión utilizada como “pasé/pasamos las de Cain”, se usa para expresar dificultades que se han tenido.
“Los huevos se pusieron a peseta” – Utilizada comúnmente para decir que los precios han subido o que hay una situación difícil.
“Como boca de lobo” – Utilizada para expresar que algún lugar o situación es peligrosa.