En los últimos días, el Banco de Inglaterra, el Fondo Monetario Internacional y el director de JP Morgan, Jamie Dimon, han advertido sobre una burbuja de IA, declarando a la BBC que "el nivel de incertidumbre debería ser mayor en la mente de la mayoría de la gente".

En un mundo convulso como el que vivimos hoy en día, en el que los acontecimientos se suceden con una velocidad de vértigo, lo que menos tienen algunos inversores es eso mismo, vértigo.

No todos los inversores, pero algunos, en situaciones de indecisión y cuando los grandes mercados como el inmobiliario y el de la energía están en máximos y hacen peligrar la economía global y muchos vaticinan batacazos descomunales, los inversores medios, a esos que se les llama oportunistas, están desesperados buscando la oportunidad que los haga ricos en muy poco tiempo.

A río revuelto…

Estos pescadores no muy experimentados buscan ganancias descomunales con las llamadas startups, empresas que llevan muy poco tiempo creando valor (real o ficticio) y que salen a bolsa de valores con la intención de crecer rápido en poco tiempo.

La idea ha funcionado desde la época del Silicon Valley en los noventa del siglo pasado, pero como todos saben, las apuestas son arriesgadas.

¿Qué ha cambiado en este último tiempo?

Lo que ha cambiado es que los inversores están bastante azorados con tanto cambio en tan poco tiempo. Como sucede con vosotros, los lectores, que tratáis de deducir si esto que leéis es parte de la IA o sale de lo que estoy pensando yo, mientras escribo, los inversores temen que en poco tiempo las decisiones de las IAs sean tan potentes que se queden sin esa oportunidad que las Artificiales no pueden encontrar todavía.

Es una lucha más del hombre contra la máquina. La IA está en todo lo que vemos, está en los videos, en las canciones, en las noticias, en el supermercado, en las estrategias de márquetin, ¿cómo no iba a llegar a las inversiones?

Tonto el último

Los inversores medios, los inversores más arriesgados ven que hay que apostarlo todo a la IA. No es descabellado, con lo que acaban de leer (y no lo ha escrito la IA, por muy presumida que pueda parecer esa inteligencia) el futuro de esa tecnología es bastante prometedor, tanto como para que muchos pongan todo su dinero en esa cesta.

Al parecer se está creando una burbuja, claro que la IA está creciendo de una manera imparable, pero tal vez las apuestas que se hacen en esta tecnología estén superando la propia velocidad de crecimiento y las capacidades esperadas de la misma.

Conozco personas que preguntan a la IA qué ponerse y qué desayunar por la mañana. Pretender que el uso de la IA a este nivel vaya a cambiar su forma de vida y que la forma de vida de toda la humanidad vaya a cambiar debido a estas conductas, poco atractivas e inteligentes, puede hacer que los inversores apuesten todo a la IA.

También ciertas expectativas sobre cuán lejos puede llevar la IA generativa, ¿será capaz de programar IAs más inteligentes la propia IA? ¿Puede provocar la propia IA un crecimiento exponencial de su inteligencia y conocimiento y llegar a generar un mundo alternativo al que conocemos? Llevado al propio extremo y hablando de inversores, ¿puede la IA generar más valor en bolsa que los propios inversores humanos que invierten en IA?

La locura está servida. El concepto de Inteligencia llevado al mundo de las máquinas ha desatado tantas conjeturas y elucubraciones que olvidamos, como siempre nos pasa a los humanos, el origen de todo. Esa Inteligencia es generada por el hombre. No es independiente, no puede ir más allá de los parámetros básicos en los que ha sido generada. Claro que es generativa y puede generar sus propias deducciones, lo hace todo el tiempo y hace mucha gracia.

Como contaba antes, creo que cualquiera de nosotros hoy en día conoce a alguien que habla con su IA como si fuera una persona y le pide consejos o se ríe de ella. Pero ese comportamiento es un comportamiento humano. La IA con la que ese humano se comunica no va a buscar superar al humano por su cuenta, no va a buscar charlar con el humano ni le interesa un comino hacer que se vista de tal o cual manera el humano al que responde. Porque solo responde.

Se le ha programado para algo y lo hace buscando en millones de datos muy muy muy rápido, a una velocidad que jamás llegaremos nosotros. Eso es lo que la hace valiosísima, pero no la hace superior, porque, a la hora de decidir, no tiene nuestro criterio. Podrá tener un criterio y lo tiene, no lo duda nadie y eso es muy llamativo, pero su criterio se basará siempre en los criterios humanos que se usaron para programarla. Y aunque programe nuevos criterios a partir de esos, nunca serán criterios viables de inteligencia biológica.

Craso error

Apostar a ojos cerrados por la IA es un error muy grande. Las propias IA admiten que mienten al responder muchas veces. Como decía antes, han sido programadas por un humano, un humano que quiere que den una respuesta y no se queden calladas. Si la IA busca en su inmensa base de datos y no encuentra la respuesta buscada, puede hacer dos cosas: responder que no lo tiene en su base de datos o dar la respuesta que crea es la más acertada, aunque sepa que no tiene nada que ver con la que sería la respuesta correcta. Porque ha sido programada para dar, sí o sí, una respuesta: no está o una respuesta aleatoria.

La Inteligencia Biológica no funciona así y, es una suerte. Si aplicamos los conceptos del párrafo anterior a las finanzas vemos una gran ventaja del inversor humano. La IA, forzada por su programación, hará siempre una operación, comprar, vender. Incluso puede que se le programe para esperar a determinadas condiciones y conforme vaya teniendo más y más datos de operaciones similares, podrá aprender a operar. Pero ¡la economía es una pseudociencia! Es humana, depende de los estados de ánimo y de las decisiones de personas que a veces deciden con la cabeza y otras con el estómago. La IA podrá acertar muchas veces, pero fallará tanto o más que el inversor humano, porque el humano puede usar la IA para que le ayude con los datos, pero decidirá a veces con el estómago, como bien sabe hacer. La IA no tiene estómago.

Todas las burbujas terminan explotando

Así, si sigue esta estúpida tendencia de apostar por la IA a toda costa y los inversores de medio mundo se vuelcan no solo por la empresa de Altman y las otras grandes, sino por toda Startup de IA que pasa por ahí… está predestinado el fracaso. Creo que lo que estoy diciendo hasta una IA podría verlo. Es la historia de la bolsa. Las burbujas puede que no se vean venir, pero cuando son suficientemente grandes, terminan estallando.