En artículos anteriores se ha mencionado la influencia de la República Popular China en diferentes partes del planeta. En este documento, se pretende explicar cuáles son las líneas de interés que tiene este país con el continente africano, lugar central en la agenda global de Beijing.

La intención principal es contextualizar y analizar el alcance de sus políticas en la región, desde aspectos históricos, económicos, geopolíticos y sociales.

Los vínculos entre China y África se remontan a siglos pasados. Durante la dinastía Ming (siglo XV), las expediciones del almirante Zheng He establecieron contactos chinos con el continente africano.

Posteriormente, estos lazos se verían mermados, pero el siglo XX marcó un resurgimiento, especialmente durante la Guerra Fría, período en el cual China apoyó movimientos de liberación nacional en África como parte de su política de solidaridad con el llamado “Tercer Mundo”.

En el año 1955, la Conferencia de Bandung consolidó las relaciones entre China y las naciones recién independizadas del continente africano. Este podría considerarse el punto de partida de una diplomacia que combinaba la promoción de ideales anticolonialistas con el establecimiento de alianzas políticas y económicas.

Relaciones contemporáneas entre China y África

En las últimas décadas, China ha intensificado su presencia en África como parte de su estrategia global. Dos documentos clave de política exterior destacan esta orientación: el Documento de política hacia África (2006) y el Libro blanco sobre la cooperación China-África (2021).

Estas directrices reflejan un enfoque en el cual se combinan políticas de inversión económica, proyectos de desarrollo en infraestructura y colaboración en el eje de la diplomacia.

Así, una de las estrategias más importantes de China en estos temas tiene que ver con su proyecto de la Franja y la Ruta, fue lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping.

En ese sentido, África juega un papel clave en este proyecto, en donde la construcción de infraestructuras, como puertos, ferrocarriles y carreteras, facilitarán las conexiones con el comercio chino hacia otras regiones del mundo.

China se convirtió en el mayor socio comercial de África desde el año 2009, con un intercambio bilateral que superó los 254.000 millones de dólares hasta el año 2021.

Esta relación comercial se encuentra dominada por la exportación de materias primas desde África hacia China, incluyendo petróleo, minerales y maderas. A cambio, África importa productos manufacturados chinos, como maquinaria, textiles y electrónica.

Los proyectos de inversión chinos también son destacados. Países como Etiopía, Nigeria y Sudáfrica se han beneficiado de importantes inversiones en sectores como la energía, la minería y las telecomunicaciones. Además, el Banco de Exportación e Importación de China (EximBank) y otros bancos estatales han financiado grandes proyectos de infraestructura, como el ferrocarril Addis Abeba-Djibouti.

China y África en el enfoque geopolítico y diplomático

La estrategia china en África no se limita a la economía; ya que también busca consolidar alianzas políticas y estratégicas.

El gobierno de Beijing ha trabajado para asegurar el apoyo de los países africanos en foros multilaterales. Por medio de esta diplomacia, se ha conseguido el establecimiento bases militares, como la base naval en Djibuti, que refuerza la presencia china en el Cuerno de África y el Océano Índico, presencia que no se limita únicamente a China, por cuanto otros países también se establecen en dicha zona.

La influencia china también se manifiesta en el uso del soft power y la diplomacia cultural y educativa. A través de instituciones como el Instituto Confucio, China promueve el aprendizaje del idioma mandarín y difunde su cultura, lo que refuerza sus lazos con las futuras élites africanas.

A pesar de lo anterior, la presencia de China en África genera críticas. Una de las más comunes es que los proyectos de infraestructura financiados por China conllevan niveles insostenibles de deuda para los países africanos. Por ejemplo, Zambia y Kenia han enfrentado dificultades para pagar préstamos asociados a grandes proyectos.

También existe la percepción de que los proyectos chinos a menudo favorecen a las empresas y trabajadores chinos, afectando a las economías locales. Se señala que no se realiza una adecuada transferencia tecnológica, y el impulso de los problemas ambientales también ha sido objeto de debate.

La influencia de China en África es un fenómeno complejo con una mezcla de intereses económicos, políticos y sociales, en muchas ocasiones acusados de ir en una sola vía, favorable al gobierno de Beijing. Si bien ha traído oportunidades de desarrollo, también plantea desafíos significativos que los países africanos deben gestionar cuidadosamente para evitar dependencia excesiva, incluyendo elementos asociados al medio ambiente y hasta de derechos humanos.

Evidentemente, no será esta la última vez que se escriba con respecto a China, ya que su rol como potencia hegemónica obliga a tener que analizar sus acciones desde diferentes enfoques.

Otras amenazas, como lo que ocurre en el Mar del Sur o las constantes rencillas con el territorio de Taiwán, podrían ser elemento de futuros artículos.

Bibliografía

China en África
Conferencia de Bandung
Documento de Política sobre África
Libro blanco de las Relaciones China – África
One Belt One Road Initiative: An African Perspective
How Djibouti Surrounded Itself by Military Bases
Kenya’s debt struggles go far deeper than Chinese loans