El único hijo del promotor de la producción en serie de autos (Henry Ford, 1863-1947) fue Edsel Ford. Edsel nació en Detroit en noviembre de 1893; su padre lo nombró en recuerdo del apelativo de un amigo de la infancia. Desde pequeño a inicios de la década de 1910 fue guiado para liderar la floreciente industria norteamericana de automóviles.

Es bueno destacar antes de hablar de Edsel que su padre construyó su fortuna legítima por lograr dos avances notables para el progreso y la masificación de los carros. Primero, Henry trabajó para una división de Edison Electric que lo llevó a independizarse en el desarrollo del Modelo T, el primer auto accesible para todos en el año 1908. Esto fue posible diseñando una cadena de producción en línea que minimizaba costos y ofertando los mejores salarios de la época para sus trabajadores.

Desde 1915, Edsel era el secretario de su padre, donde siguió la exitosa, aunque rutinaria y monótona, producción en serie sin innovaciones. En la siguiente década luego de finalizada la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la mayoría de las personas amaban las aerodinámicas líneas del Artdeco. Se buscaba que los carros adoptaran ese estilo más curvo y veloz. Estos nuevos autos venían de empresas de carros de lujo como Lincoln Motors y la británica MG. El patriarca Henry se oponía a estos cambios “modernos”, lo cual trajo las primeras desavenencias familiares.

Sin embargo, en 1927, Ford diseñó el Modelo A, que sí incorporaba las nuevas líneas de la década. No obstante, los problemas con su hijo eran graves; el patriarca usualmente humillaba a su hijo en público.

En su vida personal, Edsel se casó con Eleanor Clay, quien le dio tres varones y una hija, entre ellos Henry Ford II. Los esposos construyeron una hermosa mansión donde vivieron 27 años. Hoy en día esta villa en las afueras de Detroit es el museo Ford House.

Lo relevante de Edsel fue cuando dejó que su pasión y desavenencias con su padre fluyeran a nuevos horizontes. Edsel había notado que a finales de esa década del Jazz y el art déco, los aviones se usaban principalmente para transportar el correo y algunos envíos menores. De alguna manera visualizo que el futuro de la aviación era transportar personas como lo hacían los taxis y autobuses.

A inicios de 1920, Henry Ford compró como inversión Stout Metal Company, una empresa pequeña, pero prometedora en la fabricación de aviones de metal. Recordemos que los primeros aviones eran de madera y lona, y fue a finales de la Primera Guerra Mundial que se construyeron los de aleaciones metálicas ligeras como el aluminio. Edsel comisionó esta división de Ford para construir el primer avión de pasajeros, el trimotor Tin Goose (Ganso de hojalata). De alguna manera el hijo impuso su visión.

Este trimotor fue todo un éxito en 1925, los historiadores de la aviación dicen que es una mezcla de Fokker VIII todo de madera y el metálico Junker J. No obstante, sus líneas son más aerodinámicas con motores radiales y mayor confort. Por ser uno de los primeros de su clase, el Tin Goose solo llevaba 8 pasajeros con ventanales a cada lado y su piloto más el copiloto. Las ventas dieron paso a las primeras aerolíneas: Transcontinental Air Transport y Pan American Airways, esta última que hizo los primeros vuelos comerciales fuera de los Estados Unidos a Cuba.

Esto fue el paso para competidores nuevos como Boeing Air Transport, que diseñó mejores aviones de pasajeros hasta hoy en día. Lo cierto es que la visión de Edsel y convencer a su rutinario padre se impusieron al mundo que conocemos hoy en día.

Una faceta más humanitaria de Edsel se dio por las huelgas y sindicatos en los años 1930, cuando la Gran Depresión. Henry Ford se negaba a los aumentos de salarios y la sindicalización de estos obreros. Al contrario, su hijo decía que se debía permitir esos beneficios y libertades a los trabajadores. En esto, la esposa de Henry, Clara, apoyó a su hijo; incluso amenazó a su esposo con el divorcio. Esta justicia social se logró y Ford se mantuvo para que incluso la industria entrara en un nuevo conflicto mundial fabricando aviones pequeños y hasta grandes bombarderos que les dieron la victoria a los aliados.

Edsel no vio el fin de la Segunda Guerra Mundial y vivió menos que su padre. En 1942 se le diagnosticó cáncer de estómago y murió en mayo de 1943, a los 49 años de edad. Su legado en la aviación es poco reconocido; sin embargo, ese aspecto filantrópico es muy recordado incluso al financiar expediciones científicas a los polos del planeta y ser patrono de las artes.

Si en algo coincidió con su padre, fue que ambos profesaban cierto antisemitismo y admiración por la Alemania nazi. Incluso aparentemente se benefició de contratos en la Francia ocupada. Esto llevó a una investigación federal que terminó luego de la muerte de Edsel y su padre. Las conclusiones fueron vagas y no tan sustanciales como los grandes logros de estos dos pioneros de la industria, y más para el avance que dio Edsel para que hoy en día se pueda transportar más personas vía aérea. Pero más aún reconocer que los trabajadores merecen un salario justo y libertades de asociación.