Canciones,
Libros abiertos
Que nos hablan
De un mundo ya muerto.
Canciones en el bar del puerto
Que hablan de un mundo ya muerto.
Historias del ojo del tuerto
Que hablan de un mundo ya muerto.

(‘Lotus Europa’, del álbum «Más allá». Surfin’ Bichos. 2023)

Mi nombre es Cornelio Atencia y me atrevo a dirigir esta carta a los habitantes de Cadencia ahora que están inmersos en el poder de esa forma totalitaria de pensamiento conocida como la Gotonica. Este seguramente no va a ser el último año de vuestra vida, pero supone un punto de inflexión que marcará nuestro devenir para siempre.

Aquí en Cadencia, donde apenas parece que haya vida, pues solo hay pobladores que lo fueron, pero ya no son, la esperanza es el reverdecimiento global, la reviviscencia. En ocasiones aparecen algunas de las manifestaciones delicadas, tenues y hermosas de la vida. Cuando todo parece muerto, hay milagros que se hacen hueco entre los más inhóspitos secarrales. Un mundo infinito de lenguajes, formas y tonos se abren a la mirada de aquellos que prestan atención a los sutiles tapices que llenan de vida las regiones más ignoradas y exigentes del planeta. Pero antecediendo lo que hubo fue la nada.

Volviendo a lo vulgar, este ha sido el año del conejo según el horóscopo chino, año internacional del mijo y, paradojas miserables de la vida, el año internacional del «dialogo como garantía de paz» según la ONU. Es amargamente irónico que así sea cuando los muertos ocupan el mapa ucraniano, cuando los asesinados florecen en las calles de Gaza y brotan en ciudades israelíes. Cuando las mujeres siguen siendo asesinadas por la apisonadora sorda del machismo que, aún en sus estertores, daña, viola y amordaza a la parte más valiosa de nuestras vidas. Y, mientras tanto, a los que les gusta la fruta rezan el rosario para imponerse a toda costa. «Oiga, que yo soy comercial…», pues haber estudiao.

Por primera vez desde 2020 —annus pandemici— se festejó el año nuevo con fiestas y celebraciones en todo el mundo. Ignorantes, ¿en todo? No. En ocasiones pensamos que «todo el mundo» significa la universalización de lo que pasa a diez metros de nuestra presbiciosa vista, en nuestra miope mirada de occidentales. Pero no es así, baste reparar en la mirada de los extranjeros miserables y pobres, que no es lo mismo, que aparecen en nuestros televisores Oled último modelo para devolvernos la visión del espejo retrovisor de nuestra miseria moral.

Pobres fueron los que se deshicieron del hierro pseudo militar bolsonarista en Brasil para esperancear en un viejo-nuevo Lula da Silva, elegido presidente. Eso fue en enero y se convirtió en el primer político en la historia de su país en ostentar por tercera vez el cargo de presidente. Mientras, en la vieja Europa, Croacia adoptaba el euro como moneda oficial y entraba en el espacio Schengen. Quizá convenga ampliar Europa, esta Europa que ya no es el centro del mundo y en poco tiempo repartirá miseria mientras cabalga en el viejo corcel desdentado del populismo nacionalista y sus formas comerciales. Por ello se han conjurado los comedores de fruta que en el mundo son.

El Memorial Necrópolis Ecuménica acogió los restos que la vida dejó de ese icono universal que fue el futbolista Pelé. Con menos boato y menos trascendencia se celebró el funeral del papa Ratzinger, ese que se hizo llamar Benedicto XVI sajando de su carne un apellido alemán que, al relacionar iglesia y poder, podía escalofriar. Fue austero, dicen muchos de los testigos, ya que ni siquiera su Dios estuvo presente.

Volvamos a la hermosura, a la hermosura de Cadencia, aunque todo parezca sin vida, fatuo y gris. Muy cerca de estos parajes se encuentra el Palacio de la Gotonica. Sí, ya lo sabéis, aquel movimiento que, con aire trascendentalizador, renovador y revolucionario ha sumido a todos los habitantes en la más absoluta ignorancia. Para ello solo ha hecho falta una buena doctrina y un buen número de tele-canales y prensa de baja estofa. No hay desesperanza, en las húmedas rocas de Cadencia, allí donde la vida crece lenta pero segura, el agua está haciendo su milagro despacioso y firme. La simpleza de los hombres avanza, no la de otros seres… «Es que yo soy comercial, me gusta la fruta y la hierba es azul»… qué sí, pesao, calla.

Y en el mundo que llaman real la mezcla de poder nacionalista, religión, ignorancia y manipulación miserable prenden bien en todas partes. Así, simpatizantes de Bolsonaro irrumpieron en el Congreso Nacional de Brasil casi con un grito tan español como el de «¡vivan las caenas!». Seres estos de una estirpe que niega al poder que precisamente los ampara por neoliberales y capitalistas irredentos. Y de estos al trampantojo de su contrario: la cumbre de Davos a los pocos días celebrada en Suiza. Tiene narices, Suiza, democracia tomada por modelo para muchos, aunque no sea nada más que un fake similar al de que los nuevos populistas nacionalistas enemigos de los liberales. Hasta el pensamiento filosófico, político y social está en horas bajas. ¿Te apetece una pieza de fruta? «No, mejor dos».

Pero sigue habiendo motivos para la esperanza. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, renunció a su cargo por agotamiento para desempeñar sus funciones y para dedicarse a su familia, ¿sabía algo de lo que se fraguaba en Cadencia? Y es que hacer política de verdad es costoso, despellejante, impopular y encima está mal pagado. Bajo su mandato Nueva Zelanda ha sido un ejemplo de buena gestión para el mundo. Pero, como en todos los trabajos, los mediocres se mantienen en la partida donde las cartas las reparte el más burro de todos y el más mediocre siempre es mano.

Y es que, los brillantes, los ilustrados y, sobre todo, los que emanan belleza sobre el mundo nunca deberían jubilarse. Así lo entendió el presidente francés, Macron, que fue contestado en las calles por querer aumentar la edad de jubilación. Extraña Europa esta que se opone a ser retirada de un trabajo que no tiene y el desempleo de estas sociedades opulentas sigue siendo absurdamente sostenido por unas fuerzas del capital que cada vez quieren pagar menos. Ignorantes, ¡ya os barrerán las máquinas a todos!

Más adelante, algunos conspiranoicos de esos que levantan el brazo derecho para saludar malamente, afirmaron que la tierra podía haber desaparecido y todo porque el cometa verde tuvo la mayor aproximación a la tierra que se haya detectado hasta le fecha. Claro, hasta la fecha que se pueda haber medido, ¿o es que los fenicios median esas cosas? Los fenicios de ahora, sí. Y los chinos al tran tran, aprovechando la situación para mandar globos, que casi fueron globos sonda, sobre el espacio aéreo norteamericano.

Señales

Y volveré mis ojos ciegos
Hacia ti y amarte quiero
Y abrazarnos todos al final
Volveré mis ojos fieros
Hacia Dios y el mundo entero
Y abrazarnos todos al final
Y cuando vengan los vientos
Con el colapso final
Pienso detener el tiempo
Con el abrazo total.

(‘Señales’, del álbum «Más allá». Surfin’ Bichos. 2023)

En Cadencia aumenta la humedad amarrándose a lo rocoso, como si cada vez que la Gotonica comete una de sus injustas acciones sobre los vivos, el proceso se acelerase:

En el abrazo silente de la naturaleza,
donde el tiempo se desvanece en susurros,
nace la poesía de la humedad y la paciencia,
una danza secreta en las grietas de las rocas muertas.

Es la lluvia que llora en susurros celestiales,
gota a gota, acariciando la piel áspera,
una caricia etérea que despierta la vida dormida,
un pacto entre el cielo y la tierra que florece en misterio.

Sigue la degradación planetaria y Estados Unidos acusa a China de violar su soberanía con los globos que sobrevolaban su territorio y el de Latinoamérica. Pero, ¿no son los propios norteamericanos los que violan sistemática e impunemente la soberanía de su bien amado país? Lo mismo cabe decirse de Europa, esa vieja señora cansada de albergar guerras, desencuentros y tonterías. Tan es así que, al mes siguiente, uno de sus límites se rasgó, produciéndose un terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter en el sureste de Turquía y el norte de Siria, dejando un saldo aproximado de casi 52,890 muertos y más de 129,490 heridos y desaparecidos. ¿Era un presagio simbólico de la vergüenza que iría a producirá meses después en Oriente Medio y que Europa aceptaría con acida aquiescencia?

También hay momento para la belleza y recordarla, aunque sea para recordar que este año falleció uno de los mejores creadores de belleza del mundo. El premio Nobel, Kenzaburō Ōe. Pero el mal siempre reaparece y, como adelanto de las manos manchadas de sangre con las que acababan el año las elites israelíes, el ejército de ese país destruyó parte del aeropuerto Internacional de Aleppo tras sospechas de albergar armamento iraní. Como casi siempre, vergüenza. Resulta que las supuestas armas no eran otra cosa que ayuda humanitaria destinada a aliviar los daños del antes mencionado terremoto. Es decir, había fruta, mucha fruta.

También Mortadelo y Filemón perdieron a su padre, Francisco Ibáñez. Aquel que oficializó que España era un país de héroes ridículos, de chapuzas, de cegatos que se creen que ven más que nadie y, sobre todo de humor, de buen humor. Aunque la gran mayoría este casi siempre enfadada y monte aquelarres en la puerta del partido por la noche. Y, es que, ya lo dijo Josep Plá: «España es un país con poco sentido del humor». «Yo me río de Janeiro», calla, comercial.

Curioso que uno de los mejores humores del mundo sea el humor judío, ¡que contradicción! Este año nos despedimos de Les Luthiers tras 56 años encima de los escenarios demostrando que para tener sentido del humor es obligado ser inteligente. Ni más, ni menos. Aunque contaban con reemplazantes que cubrían las bajas habidas en el grupo, dos de sus fundadores, Jorge Maronna y Carlos López Puccio, decidieron poner fin a la historia del Maestro Johann Sebastian Mastropiero y, al fin, descubrimos que el maestro existe, está en cada uno de nosotros.

Y prosiguen las premoniciones de la sangre que iba a ser derramada en esa parte del mundo. Al mes siguiente, un terremoto de 6.5 sacudió la provincia de Badakhshan en Afganistán. Mientras, en España, el país del edadismo permite que un viejo aupado a hombros del tigre del odio debata una moción de censura. Pero pasó lo que se sabía como ejercicio tautológico, si el tigre tiene menos votos que colmillos no rasga la carne.

En la OTAN llegamos a treinta y uno con la suma de Finlandia, ¿cercando al imperio de Putin? Eso nos creemos los que respiramos en esta tierra llamada Cadencia. En esta tierra donde, aunque algo está en proceso de reverdecer, ¿sabemos que lo miserable está rozándonos con su brazo en nuestro hombro pidiéndonos complicidad y confianza? Basura…

En la penumbra de la sombra y la luz danzan,
como agrupaciones de bosques en miniatura,
el musgo se teje con hilos de esperanza,
un tapiz verde que borda la historia de lo olvidado.

Cada espora, una semilla de sueños silentes,
germina en el silencio de la roca inhóspita,
y así, en la quietud de lo aparentemente muerto,
se engendra un renacimiento, un susurro de vida.

Volvamos al mundo circense. Donald Trump es acusado de 34 delitos de fraude con relación a un pago por el silencio de una exactriz porno con la que supuestamente mantuvo una relación. ¿Hay que llegar al uso y disfrute de las meretrices de un pseudo Hollywood por ser famoso, expresidente, rico y feo? Nadie responde, algunos agachan la cabeza y otros miran para otro lado escondiendo un gesto inconfesable. El comercial mira al vacío con la mirada perdida.

Hablando también de circo. Carlos III, de la pérfida Albión, es coronado junto a una señora arrugada de faz caballuna, Camilla Shand. La abadía de Westminster se llenó de aquellos que se dignan en ser ¿importantes? en la aldea global fuera de Cadencia. Preámbulo de la reunión del G7 donde muchos de los sumisos invitados participaron.

Y, a continuación, en ese país raro que se llena de patriotas que cuestionan su nación, se celebraron elecciones municipales y autonómicas. Los partidos llamados de derechas llegaron al poder de una forma mayoritaria en casi todos los lugares donde se elegían alcaldes, concejales y presidentes autonómicos. ¿Presagio de lo que vendría? Pues no, en este país con forma de piel de toro se gusta de lo imprevisible, lo no escrito y «el tope de lo tope, muñequito».

Por primera vez, a continuación, un club Estado, afincado en la industriosa Manchester, dirigido por un español de un pequeño «país» al noreste logra lo que le faltaba. Y así, el City se proclama campeón de la Liga de Campeones de la UEFA en un país no árabe y cada vez más musulmán que aspira a ser miembro de la Unión Europea, Turquía. Cosas más extrañas se verán, pero habrá que andar el año.

Máquina que no para

Máquina que no para,
máquina que no para de sangrar,
la humanidad que no para,
se va a estrellar ignorando que es la
máquina que no para,
corazón que no para de sangrar,
la sangre tatuada
seguirá hasta la nada,
y así ya conocer el más allá,
que no existe,
solo existe «más allá»
y más allá no hay nada,
voy a quedarme a mirar.

(‘Máquina que no para’, del álbum «Más allá». Surfin’ Bichos. 2023)

Volviendo al circo de los payasos patriotas que esquilman y denostan países, fallece Silvio Berlusconi. Allí estuvieron, en sus exequias, a modo de homenaje, muchos de los mismos que estuvieron en los circos antes descritos. Da risa y, a veces, pena, depende de lo que se beba. Pero, hablando, ahora sí, de cosas serias, debimos comunicar, incluso en Cadencia, la muerte de Milan Kundera. ¿Y qué hacía? Lo mismo que Cormac McCarthy, también fallecido este año. No diré a que se dedicaban, si no lo sabe quien esto lea, que lo deje en este preciso momento, ¡es una orden! Pero, precisamente, por ser una orden, el indocto haragán, no lo hará.

De haraganes ha llenado la comarca la doctrina del Palacio de la Gotonica, por eso con sus miradas bizqueantes caminan en pos de algo que no conocen y que les cambiará la vida más adelante. Se están abriendo las posibilidades para todos, sobre todo para los sintientes, esos que saben que, en el musgo que crece reverdecido en la roca, está la reviviscencia que viene. Por eso, en los años venideros, para empezar, el que comenzará en breve, será año vital. Año de reencuentro… honestidad, coherencia, ternura, emoción, alegría, ilusión… como el ave fénix renaciendo de sí mismo y reconquistando el territorio que le fue propio para erradicar con pureza a la Gotonica y a sus poseídos, los gotones… Así será indubitablemente…

En mayo despertaron los bichos que hacen surf. Tras treinta años sin entrar en un estudio de grabación, la banda de Fernando Alfaro resucitó con su disco Más allá (que no existe). La máquina demoledora de huesos, vísceras y almas renació. «El tonto de la clase ya se ríe de vosotros en la cara».1

Y estamos en pleno verano y comienza en los Estados Unidos la huelga de actores de Hollywood. Defienden una mejora en los contratos y una mayor igualdad. Y, es que, que las nuevas plataformas hayan impuesto un nuevo modelo a la industria ha acabado con las antiguas productoras y su statu quo… y las fruterías; no es de extrañar que se manifiesten sus adoradores.

El populismo nacionalista conspiranoico anti-woke se enfadó con Barbie y Oppenheimer, dos figuras que desafían las expectativas de maneras completamente diferentes, pero que, sorprendentemente, comparten el desdén de los antedichos. Porque, claro, nada despierta más sospechas que un muñeco de plástico empoderado y un físico nuclear preocupado por las consecuencias de sus descubrimientos.

Y, mientras tanto, en el país donde las cebras con franjas blancas se pelean con las de franjas negras, se celebran elecciones generales. Y, como es lógico, aunque la gente no lo entienda, el partido más votado no es el que gana las elecciones. El que gana las elecciones es el partido, o coalición de estos, que puede formar gobierno. ¡Ay!, ¿cuándo lo entenderán? Imagino que es clave que dejen de pelearse y empiecen a leer con aprovechamiento.

Seguimos con los temblores de tierra, ¡vaya año! Un terremoto de 6.1 de magnitud sacude Bogotá y los departamentos anejos, aunque solo hay que lamentar la muerte de una persona.

Y llegamos a Sídney, agosto. Y el más ramplón de los «machirulismos» se hace presente. Por un lado, el principal, es despreciable, tanto como el propio Luis Rubiales, por otro lado, sirve como palanca para continuar esa batalla con esta lacra que, aunque nadie reconoce, denigra, daña y hasta hiere y mata. ¡Ah! De paso, la selección española femenina gana el mundial de futbol.

Todo es calma chicha, menos que en España siguen las broncas entre güelfos y gibelinos. Y, como demostración de que dos y dos son cuatro, Feijoo no logra ser investido presidente del gobierno, aunque come mucha fruta, ¿y eso?

Nada que perder

Buscaré en cuartos que deshacer
Y batallas que librar
Perdidas de antemano
Buscaré imposibles que lograr
Que no me importa fracasar
Y volver a intentarlo
(…)
No puedo perder nada
Que vengo de la nada
Y solo vivo provisionalmente
No puedo caer más bajo
Que vengo del fracaso
Y acaso ser solo un superviviente.

(‘Nada que perder’, del álbum «Se nos lleva el aire». Robe. 2023)

Y llegamos a la parte sangrienta de octubre, cuando el grupo terrorista Hamás lanza un ataque desde la Franja de Gaza causando horror, destrucción, muerte, infiltrándose en el sur de Israel y provocando una respuesta militar completa de las Fuerzas de Defensa de Israel que lanza numerosos ataques aéreos contra Líbano y Siria, después de que Hezbolá dispare cohetes e intente penetrar en territorio judío.

Esto es lo oficial, casi lo tradicional. Un grupo crea terror sangriento y hace que su pueblo, seguramente el más injustamente tratado de la historia de la humanidad, sufra las consecuencias del judaísmo sionista más radical, ramplón y, sencillamente, asesino. El horror no va a parar hasta que Gaza quede aniquilada y desaparezca, será literalmente arrasada. De nuevo, la tierra se conmueve y, como tal, ocurre un nuevo temblor en este planeta convulso. En la provincia de Herat (Afganistán) mueren más de 1,000 personas a causa de un nuevo terremoto.

Argentina abraza el anarcocapitalismo de Milei, territorio desconocido. Será una lección para el mundo, lo malo es lo que suceda de puertas para adentro. Si «el pelos» es capaz de poner en práctica su programa, veremos cuál es el precio de entregar la desesperanza y el poder al Joker, villano de Batman.

España. Noviembre. Pedro Sánchez logra ser investido presidente con más votos a favor que en ocasiones anteriores y sin ninguna abstención, todas las fuerzas políticas, salvo dos, le dan su confianza. Pero esas dos fuerzas, una de ellas, la más votada en las elecciones, se arrogan la supuesta legitimidad de la calle en Madrid, su territorio. Cierto es que Sánchez debió bruñir su mayoría cediendo aspiraciones del resto de partidos, pero, ¿no es eso la democracia? Pactó con la derecha nacionalista vasca, con la izquierda también, con la izquierda gallega, hasta con los democristianos canarios, ¿su pecado? Pactar con partidos catalanistas que hasta hace dos días quisieron independizar su región y que hoy se conforman con gestionar los trenes, que les ayuden con su deuda y que dejen campar por las calles del país a un miserable gafotas de pelo zafio y vacío de contenido. ¿Mucho? El tiempo dirá…

Recapitulemos… pensionistas que no ponen la calefacción por no llegarles para su sustento, migrantes desesperados con colegas muertos en la travesía que son arrojados a las cunetas de la pobreza, niños acosados en los colegios con la aquiescencia de sus profesores confesionales, mujeres que en cualquier momento serán agredidas por la sinrazón del machismo, jóvenes en búsqueda de un primer empleo precario y desempleados de larga duración víctimas del edadismo, trabajadores que saben que aunque afortunados por tener salario no llegan a fin de mes, oficinistas haciendo más horas que un tonto porque no se creen obreros, desdichados que creen que poder pagar una hipoteca e irse de fin de semana a la Manga del Mar Menor les cambia de estatus, pomposos que adquieren servicios aunque eso no les garantice tener futuro de jubilado, jóvenes violadas por grupos de machitos ibéricos (el legítimo, el que no sabe leer ni escribir apropiadamente), adultos que no fueron niños del todo porque alguien con sotana abusó de ellos y cercenó su inocencia para siempre, enfermos que no tienen esperanza porque la ciencia no avanza lo suficiente y necesario… tullidos, pobres, vejados, hipotecados, desahuciados, enfermos… ninguno, ninguno de ellos estuvo en los aquelarres con banderas vergonzantes para atacar a los que piensan diferente, escudándose en el ataque a un presidente que, como todos, será temporal.

Y acaba el mundo de los que juzgan con prejuicios, de los que sospechan, de los que espían aun viviendo… de los que saben y afirman sin haber cruzado aun una mirada con su objeto de deseo. Pero son sus estertores. El musgo e incluso el liquen siguen germinando en la tierra yerma de rocas agrietadas en lo que fue territorio de Cadencia, para llegar al destino infinito en pos del sueño que se hará cuerpo naciendo de una mirada cristalina. No había nada y, poco a poco la humedad y las simientes de lo bello hicieron germinar el verdor que tornará en vida plena al finalizar este año mediano, pobre y hasta las trancas de mierda. Y es que, no se sabe muy bien cómo, pero el musgo y los líquenes han encontrado la solución y, desde ahora, no pararan de graficar las almas decentes.

Sí, acabamos el año, lo acabamos. Lo acabamos con una noticia que la gran mayoría no sabe si es positiva, negativa, casada, soltera o mediopensionista: las cookies desaparecerán en Chrome, que debe ser algo como que las galletas desaparecen de la nevera nueva pero usada.

Y llega un nuevo año, donde, al fin los líquenes asoman entre grietas mínimas, en ocasiones apenas esbozados, imprecisos, otras con los bordes engrosados. Se dirían delicados tapices con los que arropar la Tierra. También los hay foliosos y lobulados, que se asemejan tanto a las hojas de los grandes árboles que más parece que hubieran tomado la decisión de desprenderse de las ramas para iniciar una nueva vida en solitario. Los hay que crecen en el corazón del desierto, enrollándose y desenrollándose como viejos papiros. Pictogramas indescifrables. Y no faltan los alargados, cilíndricos y muy delgados, que a modo de finas cabelleras y luengas barbas cuelgan de las ramas de los árboles en los bosques antiguos, otorgándoles pureza, conocimiento y sabiduría.

Están en todo lugar en donde haya algo que poblar. La frugalidad es su estandarte. Únicamente empiezan a retirase donde el agua y el aire puro escasean… Y esta es la gran lección de estas humildes plantas sin flores: son extremadamente sensibles a los cambios ambientales y a la contaminación. Así que cuando salgas a pasear, sea en la ciudad o en el campo, no dudes en ir a su encuentro con la mirada, unas veces son la sombra gris o parduzca en un muro, en otras la mancha multicolor delicadamente estampada en los troncos de los árboles… y sabrás que en el nuevo año habrás despertado del sueño cenagoso, podrás alzar la mirada porque, al fin, al liberarte de la Gotonica, al fin, podrás mirar al cielo de Cadencia para enrolarte en una nueva pasión.

Las raíces diminutas abrazan la piedra fría,
una sinfonía callada entre la vida y la muerte,
el musgo es el poeta que escribe en los márgenes,
una poesía de resistencia en las páginas de lo inerte.

Entonces, en el rincón olvidado de la roca,
donde la luz apenas se atreve a danzar,
surge el musgo, un verso verde en la sinfonía de la eternidad,
una poesía silenciosa, un regalo de la naturaleza para recordarnos que,
en cada rincón, incluso en lo más austero, florece la vida.

El resto del tiempo es pervivir.

El reto es elevado.

Nota

1 «Yo que te he visto», del álbum Más allá. Surfin’ Bichos. 2023.