Anna Di Francisca es una directora con una dilatada trayectoria no solo en el cine sino también en la televisión y el teatro. A partir de noviembre realizará una retrospectiva mundial de sus obras que partirá desde Irlanda (Dublín y otras ciudades de ese país); continuará en los Estados Unidos (Washington, Nueva York, Filadelfia), luego Dubái, Letonia, Azerbaiyán. Por razones obvias, hubo que dejar de lado la presentación en Moscú y San Petersburgo.

En esta entrevista exclusiva con Meer cuenta acerca de esta retrospectiva mundial: Mi primera reacción cuando me llamaron de la sociedad N.i.c.e (Eventos Cine Nueva Italia), organizado por Viviana del Bianco fue: «¡Pero si no estoy muerta!». Viciana lanzó una carcajada y me dijo: «¡Anna, solo tú que has trabajado la comedia durante tantos años podrías atreverte a una respuesta de este tipo!».

«Por suerte las mujeres estamos de moda, ¡pensé irónicamente! El mundo de Mad es un documental sobre el cambio de la mujer desde 1970 a 2000 a través de los dibujos de Maddalena Sisto, periodista de moda y sociedad, cuyo trabajo me interesó muchísimo desde que vi una exposición en la Trienal de Milán. Me apasionaba mucho la idea de hacer una película sobre ella».

«Maddalena Sisto ya no estaba entre nosotros de modo que para rehacer su vida tuve que hacer un trabajo exhaustivo de investigación para reconstruir su vida a través de personas que la hubieran conocido. Esta, por ejemplo, fue una de las películas que N.i.c.e llevó alrededor del mundo. Y en Estados Unidos había ido muy bien. Hablando de mujeres, paradójicamente en este momento también somos parte de la inclusión».

Aunque la retrospectiva no aterrizará esta vez en Latinoamérica, Di Francisca aterrizará en Centroamérica el próximo año para una coproducción entre República Dominicana y España. Se siente «muy feliz de que haya al menos un pedacito de América Latina. Ya he estado allí, porque he hecho un poco de exploración. Es una película muy ligada al medio ambiente, a la botánica que puede curar, el título es El maestro de ceremonias».

El medio ambiente siempre presente

Dado que el medio ambiente es un tema siempre presente en sus películas, preguntamos a Di Francisca si no cree que el ambiente es solo un tema de moda, y que cuando la moda pase se enterrará de nuevo en el desván del olvido: «Esperemos que no pase de moda porque necesitamos una atención especial en este tema; estamos muy mal y creo que es un deber hablar de cambio climático y medio ambiente para todos los que nos ocupamos de la comunicación en diversas formas de expresión, porque a través de nuestro trabajo podemos al menos concienciar sobre el tema», responde.

Di Francisca está de acuerdo en que, en términos de respeto por el medio ambiente, Italia es uno de los países que todavía tiene muchos pasos por dar y hay que concienciar y hacer más responsable a la gente, tal vez incluso haciéndoles sonreír, «como he intentado, por ejemplo. con mi última película Evelyne en las nubes, en la que buscamos la armonía entre la naturaleza y las nuevas tecnologías de las que ya no podemos prescindir».

Volviendo al papel de la mujer, y aunque su presencia es cada día más importante en la vida social, civil y política, preguntamos a Di Francisca por qué en el cine el porcentaje de directoras es mínimo, más o menos un 3 o 4%: «En Italia el porcentaje es muy bajo. No he leído. ni estoy al tanto de los últimos datos, pero de todos modos cada vez, en cada Festival importante, se habla de este problema y sí, estamos creciendo, pero aún con dificultad... incluso si cada vez más mujeres ganan premios en Festivales».

Una pregunta obligada, ¿hay alguna directora que la haya influenciado cuando empezó a trabajar? Lo piensa un rato antes de responder: «Buenos, he seguido con mucha atención a todas las directoras italianas, también amo mucho a Jane Campion, Susanne Bier, Agnes Jaoui, pero si me preguntan qué directoras me han influido en el pasado, o sea, cuando estaba estudiando, me cuesta contestar, no porque no existieran, pero eran menos».

«Por ejemplo, estaba Agnés Varda, claro, la estudié. Estaba Lina Wertmüller, la mujer directora por excelencia, Liliana Cavani también, pero no influyeron en mi forma de hacer cine porque me sentía mucho más atraída por directores como François Truffaut, Jacques Tati. Era otro tipo de cine. Veía de todo, era absolutamente omnívora, pero opté por ir hacia la comedia de tipo social».

«Sin embargo, creo que la desconfianza hacia las mujeres es un problema general, no solo ligado al cine», agrega. «Creo que es un problema que atraviesa no solo las Artes, sino también la política o la ciencia, porque, por ejemplo, cuando un científico alcanza determinadas posiciones, lamentablemente sigue causando sensación. ¡Cuántas mujeres tuvieron que salir de Italia para ser finalmente científicas o investigadoras consagradas!».

¿Comedia popular o sofisticada?

Preguntamos a Di Francisca su opinión sobre el tipo de películas que prefieren las directoras, por ejemplo, ¿qué pasa con las películas de acción?: «Katherine Bigelow es una gran directora estadounidense que hace películas de acción; no son mi mundo, pero ella es una directora extraordinaria. Básicamente, veo que es más fácil asociar a las directoras con lenguajes muy introspectivos, más dramáticos, más, digamos, clásicos del cine de autor», añade.

En general, no se hace distinción entre la comedia popular y la comedia sofisticada, como Las chicas del calendario, La cena de los idiotas o La familia Belier. Podría mencionar muchas comedias que para mí no tienen nada que envidiar a la cinematografía dramática. Sin embargo, la comedia sigue siendo considerada un género menor.

Preguntamos a la directora qué opina de esta actitud un tanto curiosa según la cual siempre hablamos de la época dorada de la comedia italiana, pero la comedia de autor parece haber desaparecido: «No creo que haya desaparecido, antes hablábamos de América Latina, por ejemplo, me encantó El Cuento Chino, una película argentina con un toque de surrealismo, muy relacionada con los temas sociales, es un lenguaje que siento muy cercano. Me doy cuenta de que he elegido un camino muy agotador. El uso de la palabra comedia está peligrosamente asociado en general a un mundo de superficialidad».

Su próxima película, La bolla delle acque matte está ambientada en la Umbría post-terremoto: «Un grupo de personas que resisten y no quieren abandonar su pueblo». De si piensa que el hecho de ir al cine en la sala terminará con las plataformas: «Espero que no», responde taxativamente. «Sería como destruir un sueño. Por supuesto, yo soy parte de la generación que creció con el cine en la sala y el amor por los Cineclub y las Cinetecas. Ver recientemente una película como Empire of light que es un himno de amor al cine e incluso a ese rayo de luz que sale del proyector fue casi conmovedor».