Mi amor por Black Sabbath nació en mi adolescencia, cuando comencé a escuchar metal. Recuerdo que entre unas cajas de mi abuela Cristina hallé varios discos LP de los años 70 y 80, pero uno realmente captó mi atención: el "Volumen 4", con fondo negro, una silueta masculina amarilla y letras blancas. Escucharlo me llevó a apreciarlos profundamente.

Siempre me he dejado llevar más por los solos de guitarra y la interpretación que por las letras, pero con Sabbath ambos aspectos se conjugan a la perfección. Además, hay que añadir esa atmósfera densa y oscura que los hace únicos, diferenciándose de otras bandas que escuchaba entonces y que, a tres décadas de distancia, siguen sorprendiéndome.

El disco era de mi tío Mario, quien en los 70 escuchaba a Pink Floyd, Santana, Deep Purple y, por supuesto, a los artífices de ese sonido. Black Sabbath no solo fue una moda; su impacto cultural trascendió fronteras, lenguas e incluso el tiempo. Confieso que disfruto de Sabbath en todas sus reencarnaciones, pero mis álbumes favoritos son aquellos que surgieron en su mayor nivel creativo, con los cuatro fundadores de esta poderosa máquina de sonido: Iommi en la guitarra, Geezer Butler en el bajo, Bill Ward en la batería y Ozzy Osbourne en las voces.

A mi entender, los cuatro de Birmingham decidieron en 1970 hacer un blues más agresivo, con atmósferas oscuras y letras de crítica social, así como simbolismo ocultista. Este enfoque fue un condimento que otras bandas no lograron con la misma maestría. Cada uno era un virtuoso de su instrumento, lo que hizo de Sabbath una banda excepcional. El sonido de la guitarra metalera lo hizo posible Iommi luego de sufrir un accidente en el que se pilló la punta de dos de sus dedos, luego de superar la depresión, e inspirado el guitarrista Django Reinhardt –quien tocaba con dos dedos de su mano izquierda debido a que su mano sufrió quemaduras–, decidió cambiar la afinación de su guitarra, para esgrimir un sonido distintivo y hasta diabólico.

Sabbath me ha acompañado desde los 14 años, en mis momentos más alegres y en otros menos gratos, siempre sirviendo como gasolina para seguir adelante, ya sea sobre mi bicicleta recorriendo kilómetros, surcando curvas en moto o viajando en mi coche. También los escucho mientras escribo o me preparo para exposiciones en el trabajo. No los escucho todos los días, ya que disfruto de diversas bandas y géneros, pero siempre están ahí para darme energía cuando más lo necesito.

La decepción de no poder verlos en vivo

En 2013, estaban de gira mundial promoviendo el álbum "13", que marcó el regreso de Ozzy tras su salida en 1979 con "Never Say Die" y el inicio de su exitosa carrera en solitario. Aunque se esperaba que hicieran una parada en Lima, Perú, y tenía las entradas en mano, la promotora canceló el concierto porque las ventas no fueron las esperadas. Dicen que eran muy costosas para la época, pero creo que cada moneda valía la pena. De esa experiencia, recuerdo que me quedaron las entradas y los discos compactos que venían como obsequio por la compra de las localidades.

A pesar de tener los medios para ir a Chile a verlos, el trabajo me lo impidió y solo quedó la resignación de no haber podido verlos en vivo. La senectud llega para todos, y a algunos, como Ozzy, quien a sus 76 años es presa del Parkinson, les afecta más que a otros.

Una nueva despedida a escala global

A comienzos de 2025, se anunció que Black Sabbath se reuniría de nuevo, esta vez con Bill Ward, para dar un concierto de despedida en su natal Birmingham, debido a que Ozzy ya no puede caminar y el evento contaría con bandas invitadas. Las entradas para "Back to the Beginning" se vendieron como pan caliente, superando las 45,000 localidades.

Al igual que yo, muchos seguidores pudieron acceder a este apoteósico concierto gracias al live streaming. El costo en soles peruanos fue de alrededor de 60, y valió la pena, pues casi 6 millones de fanáticos de todos los países se unieron a esta celebración del metal.

A los cuatro de Birmingham se unieron otras estrellas del género como Mastodon, Halestorm, Rival Sons, Anthrax, Tool, Gojira, Slayer, Guns N' Roses, Metallica y presentaciones especiales de íconos como Steven Tyler (Aerosmith), Nuno Bettencourt (Extreme), Tom Morello (RATM), Dave Ellefson (Megadeth) y Ronnie Wood (Rolling Stones), entre otros. Este evento se convirtió en un hito musical, memorable para el rock y el metal.

La emoción se vivió a flor de piel, con las bandas invitadas interpretando muchos de los himnos de Black Sabbath. Personalmente, aprecié las versiones de "Supernaut", "Under the Sun", "Changes" y "Junior's Eyes", muy pocas veces tocadas en vivo por la banda.

Esto fue solo el preámbulo para las memorables presentaciones de Ozzy Osbourne, quien interpretó cinco de sus temas más emblemáticos. Tal vez el más emotivo fue "Mama, I'm Coming Home", antes de unirse a sus tres compañeros para interpretar cuatro himnos de Black Sabbath: "War Pigs", "N.I.B.", "Iron Man" y "Paranoid", cerrando el círculo que estos genios comenzaron en una devastada ciudad de Birmingham en 1968, hace 57 años.

Su rabia, inconformidad y deseo de expresarse fueron la fórmula perfecta para que Black Sabbath emprendiera un largo y trascendental viaje hacia la inmortalidad. Su legado en el género es indiscutible; miles de bandas, tanto conocidas como desconocidas, y rockeros de todas las edades se rinden ante la obra de esta gran banda, artífice del Big Bang de la música metal.

Rompieron récords

La presentación de "Back to Beginning" fue colosal, congregando más de 45,000 almas en el estadio Villa Park de Aston, Birmingham, y casi 6 millones de personas a través de la transmisión live streaming, batiendo récords en este tipo de eventos y marcando una nueva tendencia en conciertos musicales, donde ya no es necesario salir de casa o emprender largos y costosos viajes para disfrutar de tus artistas favoritos. Además, lograron recaudar alrededor de 192 millones de dólares que serán destinados a causas benéficas, como manifestaron los cuatro miembros de Sabbath a la prensa local.

Sabbath y la velocidad

Tal es la influencia de Black Sabbath que, en honor a su legado y su concierto final, la marca de motocicletas Indian les rindió homenaje personalizando una de sus motocicletas con la iconografía de la banda y de Ozzy como solista. Indian Motorcycle anunció la donación de una Sport Chief RT única y personalizada para una subasta benéfica que coincidió con el espectáculo "Back to the Beginning".

El equipo Meyer Shank Racing también llevó un diseño especial en uno de sus autos para el Gran Premio de Mid-Ohio en honor al último concierto de Black Sabbath en Birmingham, Inglaterra.

Sin duda alguna, Black Sabbath cerró su historia sobre los escenarios a lo grande, demostrando que siempre fueron una banda influyente a nivel cultural y musical. Rompieron con las modas e impusieron su propia religión: el Metal como forma de vida para millones de personas en todo el mundo. ¡Salve Black Sabbath!