La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de febrero Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, en reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología.

En este ámbito, la embajada de Chile junto a la embajada de la República de Albania, en sus respectivas representaciones ante la Santa Sede y la Orden de Malta, organizaron la conferencia «Mujer y Ciencia» que se llevó a cabo el 27 de febrero en el aula Magna de la Pontificia Academia de las Ciencias en la Ciudad del Vaticano.

El evento contó con la participación del Cardenal Peter Turkson, Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias. En sus palabras de apertura, se podía percibir la emoción al reconocer que era la primera vez que se trataba este tema en la academia que cuenta con 80 miembros, de los cuales 26 son mujeres, por lo que le parecía muy importante la iniciativa de impulsar este tipo de encuentros, pues muchas veces las mujeres científicas habían quedado al margen de la historia o simplemente invisibilizadas detrás de un marido famoso (argumento profundizado en el artículo La Historia Negada, revista Meer, 17 ene, 2022).

La jefa de Misión de la embajada de Albania ante la Santa Sede, Sra. Majlinda Dodaj, hace notar lo necesario que era exponer el tema de las mujeres y la ciencia y visualizar las dificultades que se enfrentan día a día en un ambiente predominantemente masculino. Lograr el respeto de los colegas hombres, demostrando su capacidad al máximo, son solo algunos de los obstáculos con los que se debe lidiar. Recuerda a la primera mujer científica de su nación, Sabiha Kasimari, quien fue, además, compañera de curso del que en futuro se convertiría en dictador del país, Enver Hoxha. Fue un periodo muy duro, en donde se trató de eliminar a intelectuales y estudiosos, relata Dodaj, que Sabiha no pudo soportar esto y en un encuentro con Hoxha lo increpa «¿con quién quieres reconstruir este país? ¿Con los zapateros?» Tiempo después es fusilada junto a 22 hombres.

Por su parte, la embajadora de Chile ante la Santa Sede, Sra. Patricia Araya Gutiérrez, se refiere al periodo que la humanidad está atravesando, la llamada IV revolución industrial, de lo necesario que somos todos para ayudar a resolver problemáticas como el cambio climático, escasez de agua dulce, etc. Lo imperativo de extender las ciencias sin distinción de género para enfrentar pandemias y nuevas enfermedades que aparecen día a día. La embajadora hace mención de las palabras del Papa Francisco «se debe promover la integración de la mujer en lugares donde se tomen las decisiones, para crear una sociedad ecuánime y justa».

Es necesario inserir mujeres en los grupos de trabajo, pues esto trae diversidad, creatividad, innovación, asevera la embajadora Araya. Continua la diplomática: María Teresa Ruíz, astrónoma chilena, dice que el estudio del universo nos enseña que somos parte de la misma humanidad, nuestro destino es común, nosotras las mujeres representamos la mitad de la humanidad, ¿por qué no podemos dar nuestra contribución femenina a los problemas que estamos viviendo hoy? El mundo necesita de la ciencia, pero también la ciencia necesita de las mujeres, recalca Patricia Araya.

En esta conferencia participaron aclamadas profesionales de nivel internacional y, al contrario de lo que se podría pensar por lo denso de los argumentos que se enfrentaron, cada una logró retener la máxima atención de los asistentes pues pareció que bajaran el espacio a la tierra y así tocar el cielo con las manos, entendiendo que las ciencias no son aburridas ni para mateos, sino muy por el contrario, lo son para todas y todos quienes gocen de un espíritu inquieto y mucha curiosidad.

Entre las exponentes se pudo reconocer a Erida Nure, del Centro de Trasplante de órganos, Fundación Policlínico A. Gemelli; Elisabetta Cavazzuti, de la Agencia Espacial Italiana, Guido Macchiarelli, de la Universidad de Aquila. La astrofísica, Francesca Panessa del Instituto Nacional de Astrofísica italiano, transmitió su pasión por el estudio del universo y sus secretos, sobre su especialidad de investigación sobre los agujeros negros y la energía que capturan estos: «no me interesa tener las mismas capacidades de los hombres, desarrollar mis capacidades de mujer es a lo que aspiro», señaló.

Tatiana Ribeiro Viana, secretaria técnica científica de la organización del Instituto Italo-Latinoamericano (IILA) quien se refirió al derecho internacional del espacio y el concepto del desarrollo inclusivo, tratados a los que han adherido 182 países, entre los cuales se encuentra Chile como uno de los pocos países latinoamericanos que han firmado. Tatiana se despide con una cita de la científica italiana Margherita Hack «en la vida no hay nada que temer, solo cosas que entender».

Silvia Piranomonte del Instituto Nacional de Astrofísica italiano, especialista en el estudio de la muerte de las estrellas y las explosiones que las preceden, hizo un repaso por la historia recuperando los nombres de las primeras científicas, es así como conocimos a Enheduanna del siglo XXIV a.c., sacerdotisa babilonia, hija del rey de Sargon. Luego vino Agnodice, princesa griega III siglo a.c., reconocida como la primera astrónoma mujer de la historia. Conocía la causa de los eclipses y podía predecirlos, estos provocaban mucho temor en la ciudadanía y le otorgaba a ella un poder especial. Ipazia, mujer de brillante inteligencia y apasionada del saber, matemática, física, astrónoma, motivada por su padre, director de la famosa Biblioteca de Alejandría, IV a.c.

Analizando la historia de estas mujeres podemos darnos cuenta de que las acomuna un punto importante, viven en un contexto familiar que les permite instruirse y acceder a los libros; hablamos de una sacerdotisa hija de un rey, de una princesa y de la hija de un hombre potente, todas poseedoras de una situación económica privilegiada.

Hoy, con la globalización de las comunicaciones, tal vez el factor económico no sea determinante para que una mujer pueda acceder a estudios científicos, pero lo sigue siendo el contexto familiar y social.

¿Nos estimulan estas mujeres de la historia?, ¡Claro! Hoy nos ayudan tremendamente instancias como esta conferencia, permitiéndonos escuchar a las propias mujeres relatar sus historias.

Saber que Samantha Cristoforetti, primera italiana astronauta y primera mujer europea en comandar la Estación Espacial Internacional (ISS) es esperanzador, que todas estas mujeres han luchado incansablemente para erradicar paradigmas de género. No se puede seguir preguntándole a las mujeres cómo conciliarán trabajo y familia, cosa que jamás se le pregunta a un hombre en carrera. No queda más que agradecer por este espacio en donde todas y todos nos sentimos mirando la tierra desde el espacio y por lo mismo, nuestras propias vidas.

El «nunca más sin nosotras», suena cada vez más fuerte porque queremos una tierra inclusiva, sin esa «gravedad» que nos ate a arcaicos esquemas. Como bien dijo Samantha Critoforetti «el cielo no tiene límites»; a los de la tierra, ya están proveyendo nuestras científicas.