Víctor Gonzalo
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Víctor Gonzalo

Soy profesor de lengua y escritor, un viajero habitual entre aulas, libros y mundos imaginarios. Desde hace años combino la docencia con la escritura, convencido de que enseñar y crear son dos formas complementarias de explorar la realidad. En mi práctica docente, intento despertar en los estudiantes la curiosidad por las palabras, la literatura y los matices del pensamiento crítico, sin perder de vista que cada aula es un espacio vivo y cambiante, lleno de voces, silencios y preguntas inesperadas. La enseñanza me ha enseñado a escuchar, a observar las tensiones entre lo que se dice y lo que se siente, y a valorar la singularidad de cada historia que llega a mis manos.

Como escritor, me interesa explorar los pliegues de lo cotidiano y las tensiones que se esconden bajo la superficie de lo que damos por normal. Mis textos suelen navegar entre la realidad y la imaginación, buscando las grietas donde ambas se encuentran. Me atraen los detalles mínimos, los gestos inadvertidos, los objetos que parecen tener vida propia o las conversaciones que cambian de rumbo sin previo aviso; la vida, en definitiva. Creo que la literatura no solo sirve para contar historias, sino también para iluminar aquello que a menudo pasa desapercibido, para detenernos ante lo ordinario y descubrir en él lo extraordinario.

Mis intereses se extienden más allá de la literatura: la política, la historia cultural, la filosofía y el cine son también fuentes constantes de reflexión e inspiración. Considero que la cultura es un refugio y un espacio de resistencia frente al ruido del mundo, un lugar donde las ideas pueden encontrarse, chocar y transformarse. Por eso en mi trabajo como colaborador en esta revista busco textos que no solo informen o entretengan, sino que inviten a pensar, a cuestionar y a imaginar nuevas posibilidades.

A lo largo de mi trayectoria he tenido la oportunidad de asumir diversos roles en la enseñanza y la investigación: coordinador de debates y oratoria, profesor de español como lengua extranjera, responsable de lengua en campamentos de verano, y docente en distintos sistemas educativos. Esta diversidad me ha permitido comprender la riqueza y complejidad del lenguaje y de la comunicación humana. Asimismo, mi formación interdisciplinar, con un máster en investigación que cruza cine, literatura y política, ha reforzado mi convicción de que ninguna disciplina debe aislarse, y que las conexiones entre campos distintos son a menudo las más fecundas.

Además, la experiencia personal y profesional me ha enseñado la importancia de la ética y la responsabilidad en el ámbito educativo y cultural. He vivido situaciones que me han confrontado mis prejuicios y estereotipos, y esas experiencias han moldeado mi mirada crítica, haciéndome valorar la empatía y la justicia como principios esenciales. Esta mirada crítica se refleja también en mi escritura: incluso cuando mis textos adoptan un tono surreal o poético, siempre buscan un anclaje en la reflexión sobre el mundo que nos rodea y nuestras relaciones con él.

En la escritura encuentro un espacio para conectar la memoria con la imaginación, el pensamiento con la emoción. Mis relatos y ensayos suelen surgir de la observación de lo cotidiano, de la atención a los detalles que otros podrían pasar por alto, y de la intención de abrir pequeñas ventanas hacia mundos inesperados. En ellos intento capturar la complejidad de la experiencia humana, con sus contradicciones, sus silencios y sus momentos de belleza fugaz.

Colaborar en esta revista representa para mí la oportunidad de dialogar con lectores curiosos, de compartir ideas, hallazgos y reflexiones sobre literatura, cine y cultura. Cada texto es un intento de ofrecer algo más que información: un espacio donde el pensamiento y la emoción puedan encontrarse, donde la literatura y la vida cotidiana puedan resonar juntas. Creo que escribir es también un acto de cuidado, de atención al otro y a uno mismo, y que cada texto puede ser un puente entre mundos distintos, entre voces diversas, entre lo que somos y lo que podemos imaginar ser.

En definitiva, mi labor combina la enseñanza, la investigación y la creación literaria, moviéndose siempre entre la curiosidad, la reflexión y la pasión por la palabra. Soy consciente de que cada texto, cada clase y cada conversación son oportunidades para aprender, para compartir y para transformar nuestra percepción del mundo. Y en esa búsqueda, encuentro la razón de mi compromiso con la cultura y con la escritura: mantener vivo el diálogo entre lo real y lo imaginario, entre la memoria y la invención, entre el presente y la posibilidad de un mundo distinto.

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