El futuro llegó,
hace rato.

(Todo un Palo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota)

¿Cómo es posible que hasta ahora no me haya vuelto loco? ¿O estoy loco?

(Imre Kertész, La última posada)

Comencé a escribir este texto en momentos en que Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta argentina, fuera procesada y condenada por un poder judicial impío y pletórico de fetidez. Este fallo, pone en jaque al republicanismo y a la democracia como hoy la conocemos. Ratificado por una Corte Suprema condescendiente con el Ejecutivo que no tiene reparos en hacer estragos en la economía y en la población mediante ajustes económicos de una magnitud sísmica feroz, un avasallamiento y destrucción del Estado Nacional Argentino que, con todas sus fallas, ponía énfasis en el ámbito público. El famoso producto del neoliberalismo.

En estas fechas, además, el ejecutivo dictaminó un Decreto de Necesidad de Urgencia (Decreto 383/2025) que le otorga la autoridad a la policía federal de revisar sin orden judicial, las redes sociales, publicaciones de una persona o grupo. Revisar sin orden judicial vehículos, pertenencias, bolsos. De detener a consideración del personal policial respecto a vestimenta, portación de rostro, de color de piel sin orden judicial. ¿Esto no se considera semejante a una dictadura? ¿Hay garantías para la población? ¿Y la libertad de opinión, de circulación? ¿Dónde están los derechos de los ciudadanos? ¿O estoy loco, preso de una realidad que aprieta a varios sectores de la sociedad?

Y me vienen a la mente los más vulnerables, como son los jubilados, reprimidos todos los miércoles por reclamar el recorte a sus ingresos; los enfermos de cáncer que esperan sus remedios (muchos de ellos fallecidos durante la espera); los médicos y pacientes del Hospital Garrahan; y científicos de universidades estatales. Todo lo que un sector apoderado nombra con desprecio y aberración: como el populacho; los pobres, los negros, cabecitas negras, marrones, indios, etc. Ese pequeño cúmulo de gente que brinda dádivas a jueces en Lago Escondido y que gobierna un país que odia.

Es tiempo de valientes, de hacer frente, de tomar postura, de no callar (a una persona especial, que, entre conversaciones, me aventuraba a decir “resistir desde el lugar que nos toque estar” y hoy no sé si este escrito es un aporte o una gota en un mar de incertidumbre, pero sin embargo lo intento). Sostener consignas como el “nadie se salva solo”, que tomó muchísima fuerza con la serie de la obra de El Eternauta y de versos como el poema de Benedetti “Defensa de la alegría”. No obstante, sí pienso que estas palabras, que están leyendo, puedan decir algo más, aun siendo palabras sentidas, arrebatadas para explicar lo que pienso.

En este punto, antes de presentar los ejes a lo que pienso destacar, es preciso puntualizar que Argentina es un país vulnerable y subdesarrollado; pero con una gran cantidad de recursos naturales estratégicos que mueve un poco el amperímetro de la geopolítica, a un nivel continental y mundial. Es allí, el tema de la tierra como un eje de conflicto junto con el extractivismo.

Dentro de la esfera del neoliberalismo se sustenta cuatro nociones fundamentales: “commodities”, “Responsabilidad Social Empresarial”, “sustentabilidad débil” y “gobernanza”. Muchos bienes comunes naturales son tomados como commodities, es decir, como productos. Y muchas son materias primas con escaso valor agregado, orientados a la exportación, con un precio determinado por el mercado internacional. La proyección del desarrollo se cierne sobre un Estado subordinado al mercado.

Otro elemento es el discurso de la “Responsabilidad Social Empresarial”, una idea fomentada por grandes corporaciones y los Estados nacionales. Estas corporaciones constituyen un actor primordial de las economías globalizadas; y cómo enfrentan conflictos con poblaciones locales, vinculadas a los impactos y riesgos sociales, económicos y ambientales. Conocemos bien los casos de Famatina (provincia de La Rioja) y de Jáchal (provincia de San Juan) contra la minera Barrick Gold; de Andalgalá (provincia de Catamarca) en la lucha contra el proyecto Agua Rica de la Yamaná Gold; y actualmente de muchas comunidades puneñas-atacameñas de las provincias de Salta y Jujuy por la explotación de los salares para la extracción de Litio.

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Estos discursos, a su vez, van acompañados por el concepto de “gobernanza”, como dispositivo micropolítico de resolución de conflictos, de un carácter regulador y multiactoral. Pero es allí donde juega el lobby, de estas empresas supranacionales, donde juegan su carta bajo la manga con la compra de muchos actores políticos y politiqueros que más que mostrar la hilacha, se ponen precio para resaltar por los intereses de estas empresas. Son pocos, que sumados a los pobladores de aquellas zonas, quienes luchan por evitar la sobre explotación de estos recursos.

Y esto es solo el comienzo, es la punta del iceberg, visible de lo que este actual gobierno de la Argentina está permitiendo. Y es otro elemento de esta “gobernanza”, que juega como un programa estratégico: el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), aprobado por la ley 27.742, que le concede a estas empresas poder negociar con las provincias y explotar sin regulación de ningún ente gubernamental, donde no dejan regalías y pueden actuar a discreción sobre el medio ambiente y la población, explotando y contaminando recursos como el agua y los glaciares de alta montaña, todo para la extracción de estos recursos naturales.

Este gobierno repite el mismo discurso como cassette grabado, de que esto traería el futuro, el desarrollo y la libertad, pero la libertad de los grandes inversores y empresarios, que traerá el desarrollo, un futuro siempre prometedor, pero muerto antes de nacer. Esto es en detrimento de la inmensa minoría de los argentinos, de los trabajadores, de los y las que la pelean día a día. Muchos lo vimos venir, pero lo vimos lejano, ese futuro llegó, pero hace rato.

Es por esto que escribo este pequeño texto, dolido pero con el ánimo henchido, con la esperanza clavada en el ojal (lo digo con la certidumbre de que algo cobre sentido). Este escenario global, pendulando entre una tercera guerra mundial y de grandes matanzas, como la perpetrada contra el pueblo Palestino. No es para cualquiera, y es preciso tomar postura. Es tiempo de valientes.

Bibliografía

Svampa, Maristella. Debates Latinoamericanos: Indianismo, desarrollo, dependencia y populismo. Edhasa, 2016.