Afganistán: alfombras de paz y de guerra es el nuevo proyecto del Museo Oscar Niemeyer (MON). La exposición podrá verse a partir del 24 de octubre en la Torre del Ojo (primer y segundo piso). La muestra fue curada por el coleccionista Victor Nosek, con la colaboración del profesor y diplomático Fausto Godoy.
La exposición reúne 37 alfombras de Afganistán que retratan escenas de paz y guerra, reflejando distintos momentos del paisaje sociopolítico y cultural del país. Además, se exhibirán 19 piezas de joyería afgana que forman parte de la vida cotidiana de las personas en las regiones donde se produjeron las alfombras.
“Hoy en día, un museo no es solo un lugar de preservación, sino un espacio para el diálogo y la reflexión. El Museo Oscar Niemeyer ejemplifica este papel con una colección que abarca desde el arte hasta objetos históricos y antropológicos, ampliando las barreras físicas de lo que es un espacio museológico”, afirma Luciana Casagrande Pereira, Secretaria de Estado de Cultura de Paraná.
“Nuestro objetivo también es ampliar las referencias culturales. De esta manera, el MON destaca la riqueza de las culturas asiáticas y africanas, que componen una de las colecciones especializadas más grandes de América, presentadas tanto en exposiciones de larga duración como en muestras itinerantes por Paraná”, agrega la secretaria.
La directora del MON, Juliana Vosnika, señala que la exposición es una oportunidad para que los visitantes conozcan de cerca la antigua tradición de la tapicería afgana. “Vale recordar que el MON posee la mayor colección de arte asiático de América Latina, gracias a la donación de miles de obras realizada años atrás por el diplomático y profesor Fausto Godoy, lo cual marcó una nueva vocación curatorial”, afirma.
Desde entonces, se abrió espacio en la colección para el arte asiático, africano y latinoamericano, en línea con los grandes museos del mundo, diferenciándose así de la tendencia eurocéntrica que domina la cultura occidental. Esta iniciativa ha posicionado al Museo Oscar Niemeyer entre los grandes museos internacionales.
“En esa línea, ahora presentamos al público la antigua tradición de la tapicería afgana, que en las últimas décadas ha incorporado temas bélicos a sus diseños tradicionales”, comenta Juliana. Ambos temas están presentes en esta nueva exposición, dividida en dos ejes: paz y guerra.
Fausto Godoy, quien fue embajador de Brasil en Afganistán durante cerca de dos años, destaca la importancia política de la muestra, mientras que el curador Victor Nosek explica que las alfombras que reflejan el tema de la paz son las más antiguas, y representan escenas pastoriles, la naturaleza en general o formas geométricas.
Tribal y contemporáneo, el grupo de alfombras de guerra refleja el período entre 1970 y 1980 y será exhibido por separado en el segundo piso de la Torre. “Necesitamos mirarlas, percibir esa estética y reflexionar sobre cómo es posible crear belleza en medio de la guerra”, señala Godoy.
Él destaca que Afganistán es una de las regiones geopolíticamente más sensibles del planeta. “Ubicado entre gigantes tan diversos como Rusia, India, Pakistán, Irán y China, su ubicación geográfica no solo lo sitúa en la encrucijada de grandes civilizaciones, sino también de algunas de las religiones más importantes del planeta: el islam, el hinduismo y el budismo, en particular”, explica.
El coleccionista y curador de la exposición señala que las alfombras tribales afganas de guerra forman parte de una tradición: el arte como retrato de la guerra. “Son una actualización dramática de esta tradición”, comenta Nosek.
Según él, estas piezas representan los primeros años de la guerra ruso-afgana y fueron producidas por distintas tribus pastoriles seminómadas, cuyo modo de vida se mantuvo inalterado durante siglos. “Que esta exposición contribuya a la reflexión y que la humanidad finalmente alcance la paz y el progreso a los que está destinada”, concluye el curador.