Inspirado en el cuento “Instrucciones para subir una escalera” de Julio Cortázar.

Quizá alguna vez se han preguntado del delicado procedimiento, en ocasiones desconocido, de tomar un avión.

Ocurre de manera frecuente entre cierto tipo de personas que disfrutan o permutan de manera obligatoria e ininterrumpida la opción de viajar. Se atestan en aeropuertos, hacen filas, pasan documentos, esperan, despegan. Pero creo que he ido un poco rápido y los he perdido, aterricemos de vuelta.

El proceso consiste en una meticulosa preparación previa, que inicia con la elección del destino, o asignación del mismo por un acto de permutación o debería decirse, de obligación. De cualquiera de las formas, el individuo es asignado un vuelo. Ingresa a la plataforma o si prefiera una alternativa más rudimentaria, asiste a un lugar lleno de señoritas de elegantes trajes y elaborado maquillaje, que le asignarán una serie de números denominados: asiento, horario, vuelo y destino. Se convierten en un número más.

Una vez se determine el producto, es necesario continuar los preparativos. Comprar una lista interminable de artículos necesarios para el viaje: se inicia por una boticaria infinita compuesta píldoras de dormir, píldoras de mareo, píldoras para el dolor de oído, píldoras para el dolor de cabeza y más. Por supuesto no olvidar la delicada almohada de cuello. Un dispositivo en forma de U, también llamado “hueso”, que no debe ser extraído de ningún ser vivo. Este artículo permitirá un viaje más cómodo.

Luego vienen los pormenores más nimios que se llevaría para cualquier viaje ordinario: calcetines pares, ropa interior limpia y suficiente para el número de días, el conjunto de atuendos necesario y perfecto para la ocasión, cualquier píldora o brebaje adicional necesario, sombrilla, paraguas, chamarra chompa o chaqueta, playera o camiseta, pantalonetas o bermudas, saco, jersey o suéter, bibidí, esqueleto o top, aretes, pendientes o zarcillos, cartera, bolso o mochila, medicamentos, píldoras o drogas y toda la lista de variables lingüísticas para nombrar interminables artículos de igual significado pero que denunciarán su invasión a otro territorio desconocido.

Al momento de empacar todo considere sus limitaciones: todo debe entrar en una mochila pequeña de 50X23cm (confirmar medidas), con menos de 10 kg, también denominado artículo personal. Puede tener forma: cuadrada, redonda, ovalada, de peluche, animal o extraterrestre y una gama de colores más amplia que los anuales pantones, pero encajar en el diminuto compartimento debajo de su asiento. Esto, si no desea pagar más por su vuelo.

Si al contrario, cuenta con una economía envidiable, puede añadir a su equipaje un objeto de mayor tamaño, de características similares, con la distinción de que este puede llegar a pesar los 23 kg o un poco más si la persona de mostrador está de buen humor. En caso de no estarlo, y exceder ínfimos miligramos, prepárese para pagar abundantes cantidades de dinero que multipliquen el peso sobrante.

El beneficio adicional de este tipo de menaje es que puede llevar una cantidad ilimitada de líquidos, siempre y cuando no superen los dos litros. Debe tener particular cuidado si gusta de las bebidas alcohólicas y desea llevar todo el bar de su lugar de visita. El personaje aduanero agradecerá su voluntariosa donación. Si no se siente en un humor caritativo, se sugiere restringir su empaque a recipientes menores de 100 ml, esto en el caso de la maleta multiforme de 10 kg.

Eso sí, no olvide enviar su equipaje con seguridad, para evitar los actos de generosidad con trabajadores de rutina que pueden emplear su maleta como elemento turístico o en términos técnicos de revisión rutinaria, y retener algunos de los artículos que resulten de su agrado.

Si para este momento considera que han sido demasiadas instrucciones, preocúpese o relájese porque su viaje acaba de empezar. Si desea cuidar su economía y salud mental, recomiendo haber realizado estos procesos con días, semanas, meses o incluso años de anticipación.

Una vez armadas las maletas y transcurrido el tiempo de espera, ha llegado el momento de realizar su registro en línea. Un proceso que solía ser engorroso en la antigüedad, cuando las máquinas de vuelo corrían la suerte de estrellar en su despegue. Pero no se preocupe, las estadísticas han sido considerablemente más bajas en el último tiempo, limitándose a choques con huracanes y montañas.

Me temo que me he desviado un poco, sin fines de preocuparlo. Si ha realizado el check in con éxito, usted ha ganado una hora de su tiempo. De lo contrario, le invito a pasar muchas horas más en el denominado y en ocasiones temido Aeropuerto.

La llegada al aeropuerto

Acérquese de su manera preferida al aeropuerto. Considere que el traslado desde estos lugares a la ciudad suele ser extensa y costosa en transporte, y en caso de ir de forma particular, el estacionamiento también representa una infracción a su economía. A menos que alguien sea tan amable de dejarlo en la puerta, permitirle sacar sus maletas con prisa y abandonar el recinto aéreo antes de ser registrado. Existen una serie de variantes en este aspecto, que cabe investigar.

Acérquese al counter o ventana de tamaño pequeña en la que verá a personas disfrazadas de un atuendo similar al de las películas. Aspecto pulcro, actitud amable y la temida balanza que determinará gramo a gramo si tu trabajo ha sido adecuado. Para este momento confío en que no haya obviado la importancia de traer sus documentos de identidad y pasaporte.

Su identificación le permitirá transitar de manera legal en otros lugares, sin mencionar la visa: permiso legal específico solicitado por ciertos países que eligen mantener una cordialidad más restringida con los demás: típico de países del norte global, mientras que en Latinoamérica, en ocasiones afortunadas puede optar por el denominado pasaporte de comunidad andina que le permitirá transitar libremente entre fronteras o con su cédula, ine, documento de identidad, curp o la manera en la que prefiera llamarlo.

Pasado el filtro de presentar sus documentos por primera vez –acto que será repetido innumerables veces en las siguientes horas– puede continuar a la verdadera fase del viaje. Traspasar la puerta de no retorno. Hasta este momento, podía tener compañía de quien quisiera apoyarlo moralmente en esta ardua tarea. A partir de ahora está solo y debe enfrentar los peligros de migración y aduana.

Si ha hecho su trabajo bien hasta ahora, no tendrá ningún problema. De lo contrario, experimentará el famoso terror de aeropuerto. Aduana consiste en asegurar que su proceso de empaque haya sido exitoso. Nada de líquidos, explosivos, objetos cortopunzantes, baterías de litio, nada con lo que pudiera afectar la integridad del piloto o pasajeros amigos.

Deberá practicar su agilidad para retirar zapatos, artículos electrónicos, relojes, pulseras, aretes, accesorios, monedas, llaves, todo lo que pudiera contener metal e incluso objetos electrónicos. Deberá ponerlos en un compartimento de plástico, en ocasiones blanco, en otras gris o negro y abandonarlas para pasar por una cortina negra, en la que mágicamente son escaneadas en su interior, mientras una máquina radioactiva realiza lo mismo con su cuerpo, y los agentes encargados pueden ver sus órganos y huesos.

Generalmente este es el momento de decir adiós a artículos preciados que olvidó su prohibición al momento de guardarlos. Una vez transitado el primer reto, debe vestirse con rapidez y avanzar a la siguiente fase, sin dejar nada atrás.

Sigue el proceso migratorio, que consiste en identificar si su partida es grata o su ingreso bienvenido. En caso de salir de su país de origen, esta verificación es bastante sencilla. En caso opuesto puede concluir en conversaciones incómodas, en idiomas distintos y la prohibición de ingreso al país. Pero no se preocupe, ese momento no llegará todavía.

Pasado migración y aduana, es momento de encontrar su puerta y esperar con paciencia. Manténgase atento porque esta podría permanecer en incógnito o cambiar con frecuencia. Una vez ubicado en la puerta correcta, mantenga una escucha activa del grupo al que ha sido asignado en torno a la cantidad de dinero que ha decidido aportar a la aerolínea. Mientras menor haya sido, su tiempo de espera será más abundante. Finalmente lo llamarán y deberá transitar con paciencia una larga fila que lo llevará a otra puerta.

Al pasar esta última puerta y presentar su documentación una vez más, estará a un solo paso de volar. Asegúrese de llevar todas sus pertenencias consigo, ir con prisa. Procure siempre tener aquellos papeles que den fe de su persona, a la mano, no tardar en ninguno de los procedimientos previos y mantener la calma para no levantar sospecha alguna.

Ponga especial atención en los números a los que ha sido asignado a lo largo de este manual, puesto que podría perder su vuelo y jamás averiguar para qué sirvieron todas estas instrucciones para volar.

Transite el eterno pasillo también llamado banda. Lo llevará a su destino de una manera sorprendente. Cuando haya salido del túnel, se encontrará al interior de la aeronave. Es probable que en su camino divise una explanada de cemento en la que despegan y aterrizan otros especímenes de metal.

Avance con velocidad a lo largo de este nuevo pasillo, verifique los números cuantas veces haga falta para asegurarse de tomar el asiento adecuado. Desencripte los símbolos con cautela, asegurándose de mantener, el orden y un tiempo adecuado. No desea hacer esperar a otros pasajeros ni robar su puesto. Después de una espera indeterminada, una voz saldrá de la cabina principal.

Si está de suerte, puede ser el capitán que lo llevará a su destino. Si está de buen humor, incluso guiará su paseo por las nubes después de despegar. Un individuo se parará en medio del pasillo, realizando acciones extrañas que parecerían absurdas: son las medidas de seguridad.

En pocas ocasiones sucede una desgracia, pero si es su primera vez, probablemente tendrá miedo y querrá asegurarse de que conoce todas las salidas ante posibles vicisitudes, cómo lanzarse de la aeronave al mar, inflar chalecos invisibles o usar máscaras de gas.

No se preocupe, con la repetición del procedimiento, se volverá familiar para usted, hasta el punto en el que le sea indiferente la sensación de vacío en su estómago que le indicará que ha llegado el momento de despegar.