Conocer a los grandes filósofos, u hombres de ciencias y sus realizaciones, no es para una élite intelectual, sino también para el lector usual, como lo es quién escribe.

El filósofo Aristóteles vivió hace 2400 años en Grecia y es un sabio universal, posiblemente el más grande pensador que ha existido. Sus conocimientos abarcan no solo la filosofía, sino también la política, el gobierno, la zoología, la biología y la educación, entre otros campos del saber.

Escribió 400 volúmenes sobre diversos temas, aunque solamente se han conservado 50. Redactó varios “diálogos” similares a los del Platón, pero solo quedan fragmentos de ellos. El romano Cicerón los consideraba excepcionales y solo superados por los de su maestro.

Platón calificaba a su alumno Aristóteles como el Nous de su Academia, o sea, como la inteligencia personificada. A su vez, Aristóteles fue maestro del más grande conquistador que ha existido: Alejandro Magno.

Pese a su antigüedad, su pensamiento y sus escritos nos ayudarán a entender la insatisfactoria y perpleja situación en la que se encuentra el ser humano del siglo XXI.

Erwin Schrödinger (Premio Nobel de Física y padre de las ecuaciones matemáticas en que se basa la mecánica cuántica) dice: “Prácticamente toda nuestra educación intelectual tiene su origen en los griegos”.

Nos es imposible no conocer la aplastante influencia que los escritos de los maestros de la Antigüedad, Platón y Aristóteles, han tenido no solo en la antigüedad, sino en los tiempos modernos.

El problema de leer los escritos de Aristóteles es que no solo nos asombran por sus verdades, sino que además nos abruman y a veces desconciertan a quienes no tenemos la formación de filósofos.

La enorme cantidad de cosas útiles nos muestran su sapiencia e importancia, pero también tiene errores vistos a la luz de los conocimientos actuales y los cambios que ha tenido la sociedad del presente.

Vamos a ver aquí algunas de sus predicas y enseñanzas en respuesta a preguntas de sus alumnos en su centro de enseñanza llamado Liceo, una especie de universidad inicial. Recordemos que estamos hablando de hace más de 2000 años.

Todos sus logros los realizó antes de cumplir 62 años.

¿Se imaginan cuanta sabiduría más nos habría legado si hubiera vivido los 80 años de su maestro Platón, o los 90 de Hipócrates, el padre de la medicina?

Will Durant, en su libro sobre Historia de la Filosofía, dice: “En Aristóteles la concepción de la naturaleza humana es realmente recta; cada ideal tiene una base natural y todo lo natural tiene un desarrollo ideal”.

Comenzamos con una de las discrepancias que tenía con su maestro Platón.

La base de la filosofía de este era su teoría sobre las ideas. Este filosofo consideraba que estas eran conceptos en un mundo accesible sólo a la razón y separado de las cosas sensibles: eran inmateriales, permanentes, eternas y el principio de las cualidades de las cosas.

Para Platón, el mundo empírico no es el mundo real, sino solamente la imagen imperfecta de la idea. A ese respecto, Aristóteles señalaba:

Yo no creo en otro mundo ideal, los conceptos, las llamadas ideas están realmente en nuestro mundo, es decir, en él existen individuos, cosas, objetos, y aparte de estos tratando de encontrar sus semejantes, nuestra mente es la que busca el concepto y la que lo crea. El concepto o la idea no están en otro lugar ideal, sino en nuestra capacidad de pensar sobre la diversidad del mundo. Vemos cosas diferentes a las que agrupamos en conceptos generados por nosotros, como una proyección de nuestra capacidad intelectual.

Sus alumnos le preguntaron: “¿Que distingue al ser humano del animal?”, y él respondió que nos distinguimos por la razón, porque somos capaces de pensar y de reflexionar acerca de lo que vemos y hacemos y sobre todo por ser capaces de asombrarnos. Precisamente, el “pensar por qué suceden las cosas” es el principio de filosofar. “Gracias a pensar, el hombre sobrepasa y gobierna todas las demás formas de vida”.

También señaló que el hombre es por naturaleza un animal civil o político. ¿Qué quiso decir con ello? Que solamente en la sociedad civil puede realizarse en su plenitud la esencia humana. Lo que constituye la base de la política es la firme convicción de la naturaleza social de las personas.

Mediante la palabra, el hombre creó la sociedad. En esta desarrolló la inteligencia, en virtud de la inteligencia produjo el orden y mediante este la civilización. “En un Estado ordenado de esta forma, el individuo tiene un millar de oportunidades y caminos para desarrollarse, que jamás tendría en una vida solitaria. Por ello para vivir solo se necesita ser un animal o un Dios”.

En sus escritos insiste en la obediencia a la ley de parte de la población:

El hombre no actúa movido por ideales éticos, es preciso coaccionar su voluntad por medio de la ley para que haga lo correcto. Con la ley, el hombre es el ser más perfecto, sin ella es el más salvaje. Por eso precisa de una organización social, el Estado, el cual mediante leyes lo obliga a obrar rectamente. (…) El hombre es egoísta y egocéntrico por naturaleza, para poder alimentarse y defenderse busca sus beneficios sobre los demás.

Su maestro Platón creía en la inmortalidad del alma, decía que esta estaba encerrada en un cuerpo material y al morir la persona, el alma se liberaba. Aristóteles señalaba a sus alumnos que él no creía en la inmortalidad del alma.

“Para mí”, decía, “todas las cosas vivientes y el hombre tienen un alma y esta muere con el cuerpo al fallecer la persona. Esta forma parte de nuestra naturaleza biológica y no está separada del cuerpo, sino que forma parte de Este. Su alma es usted, eso hace lo que es usted y quién es usted”. 1

Platón proponía que debería existir una comunidad de bienes en el Estado y en contra de la propiedad privada, un inicio de comunismo en la sociedad, algo que Karla Marx puso en sus escritos siglos después.

Aristóteles a este respecto opinaba:

No es la propiedad privada en sí la culpable de la lucha entre los ciudadanos, sino la desproporcionada distribución de la riqueza. La posesión excesiva de bienes materiales inclina al hombre a despreciar la ley, así como a oprimir a otros. Por otro lado, si todo es para todos, nadie se entrega con entero interés a nada, pues lo que no es nuestro no requiere que le demos cuidado. El goce de la posesión propia no es malo dentro de los límites de un recto orden, es algo natural y moralmente valioso que cada quién protege.

Es posible que en el pasado hubiera una sociedad comunista, pero en la actualidad donde la división del trabajo es desigual, el comunismo se derrumba porque no suministra un aliciente adecuado. El estímulo de la ganancia según capacidad es necesario, y el de la propiedad privada lo es en especial para la industria y la economía. 2

En el campo político y social, fue posiblemente el primero en descubrir que era el régimen económico el que originaba todas las desigualdades sociales, fenómeno que siglos después Karl Marx convertiría en su leitmotiv.

Señalaba que si el poder se encontraba en manos de los ricos, el régimen debía ser calificado como oligarquía.

Tenía la idea de que democracia es un término general inferior a la aristocracia, que, según él era un gobierno de pocas personas pero, eso sí, bien preparadas.

La razón por la que prefería a esta última se debía a que la democracia se basa en el falso supuesto de la igualdad, parte de la idea de que quienes son iguales ante la ley, lo son en todo o por el hecho de que los hombres sean libres, pretenden que sean del todo iguales. El resultado es que la verdadera capacidad se sacrifica en aras de todos iguales y también en aras del número. En su tratado sobre Política, Aristóteles señalaba: “La dificultad de conservar un régimen democrático es muy superior al de establecerlo”.

Él pensaba que sería ideal una combinación de aristocracia y democracia y que un gobierno constitucional ofreciera ese feliz consorcio.

Aristóteles tenía la idea de que

los hombres están muy dispuestos a oír hablar de utopías y con facilidad se inclinan a creer que de alguna manera maravillosa todos se convertirán en amigos de todos, en especial cuando se oye hablar de los males existentes que se dice se originan en la propiedad privada. La realidad es que estos males brotan de una fuente completamente diversa: la maldad de la naturaleza humana. La ciencia política no hace a los hombres, sino que debe aceptarlos como son por naturaleza (…) La gran mayoría de los hombres son estúpidos y holgazanes y en cualquier sistema estos individuos se hundirán hasta el fondo. Ayudarlos con subsidios estatales es como verter agua en un barril sin fondo, esta gente necesita ser gobernada en la política y dirigida en la industria con su consentimiento o sin él si es preciso.

Siglos y siglos antes de que Darwin nos aclarara qué era la evolución, ya Aristóteles tenía unas ideas muy brillantes al respecto.

La naturaleza efectúa una transición tan suave del reino inanimado al animado, que las líneas fronterizas que los separan son esfumadas y dudosas. Es más, quizás exista un cierto grado de vida en los seres inorgánicos. 3

“La vida”, decía, “ha evolucionado sin cesar en cuanto a complejidad y a energía, la inteligencia ha progresado sin cesar (…) Ha habido una creciente especialización de las funciones y una continua centralización del control fisiológico de los seres. Poco a poco la vida fue creándose un sistema nervioso y un cerebro, y la mente avanzó en forma resuelta hacia el señorío del medio ambiente. El hombre es la forma cuya materia era el niño; esta a su vez, fue la forma y la materia del embrión. Por su parte el embrión fue la forma y el huevo la materia, y así podríamos retroceder hasta llegar en forma vaga a la concepción de la materia sin forma alguna”.

Aristóteles decía: “El desarrollo de los seres no es fortuito ni accidental, si lo fuese ¿cómo podríamos explicar la casi universal aparición de los órganos útiles en ellos? Todo va guiado en determinada dirección desde el interior, por su naturaleza, estructura y entelequia (que tiene finalidad). El huevo de la gallina está destinado internamente a ser, no un pato, sino un polluelo; la bellota se convierte no en un sauce sino en un encino”.

Aristóteles, como vimos, dio hipótesis o teorías coherentes acerca de la evolución y la herencia.

Fundo la Anatomía Comparada, gracias al conocimiento adquirido al disecar numerosos animales, aunque nunca hizo una autopsia de un cadáver humano por estar prohibido en Grecia.

Dividió los animales en vertebrados e invertebrados y los subdividió en mamíferos, aves y peces, reptiles y anfibios. Ya para entonces sabía que la ballena no era un pez y que el murciélago no era un pájaro.

Dio la idea de que el hombre pertenece a un grupo de animales como los mamíferos y que los aves y reptiles forman otra familia. Afirmaba que el esperma del macho fecunda el ovulo de la hembra dando un embrión.

Funda la ciencia de la Embriología, apoyándose en lo que poco antes había señalado el médico Hipócrates, quien había iniciado el método experimental, rompiendo los huevos de una gallina en diversos estadios de la incubación, y había señalado los resultados de estos estudios en su tratado Sobre el origen del niño.

Aristóteles siguió esta orientación y efectuó experimentos que permitieron dar una descripción del desarrollo del embrión y el feto, que aún hoy despiertan admiración.
Sobre la felicidad, o eudemonía, decía:

Es el fin que busca todo ser humano. Las personas le atribuyen diferentes significados que pueden ir desde acumular riqueza hasta gozar de una buena salud. En su libro Ética a Nicómaco sostiene que el ser humano necesita basar su vida en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón. Los seres humanos la buscan guiados por los deseos o impulsos, otros a través de conseguir honores en la política o riquezas y otros actuando en forma puramente racional.

Sobre la educación tenía la idea de que esta debe estar en manos del Estado, pues consideraba que el ciudadano debe ser modelado de acuerdo con la forma de gobierno del lugar en que vive.

Al ciudadano en desarrollo ha de enseñársele la obediencia de la ley, de lo contrario el Estado es imposible. Solo un sistema estatal de escuelas puede lograr la unidad social en medio de la heterogeneidad étnica. El Estado es una pluralidad que debe convertirse en unidad y comunidad mediante la educación (…) Con un escudo como la educación, la religión y el buen orden familiar, casi cualquiera de las formas tradicionales de gobierno puede dar resultado.

Por siglos, China le vendía a Occidente (especialmente a Italia) sus muy preciadas telas de seda a precio del oro. En ese país, bajo la dinastía Han, la producción de seda era un secreto de Estado y dio lugar al llamado comercio o senda de la seda.

Sin embargo, ya muchos siglos antes, Aristóteles había señalado que existían gusanos que elaboraban fibras de seda, pero nadie le puso atención.

Sus alumnos, como lo había oído hablar sobre la necesidad de pensar y actuar con base en el término medio, le preguntaron: “¿Cómo evaluar el coraje de una persona?”

Y él contestó:

Tengo la idea de que, las cualidades del carácter de una persona pueden disponerse en tres grupos, el primero y el segundo son extremos en cambio el del medio es una virtud o una excelencia (…) Así, entre la cobardía y la temeridad se sitúa el valor, entre la mezquindad y la prodigalidad la liberalidad, entre la holgazanería y la avaricia, la aspiración legítima de poseer algo, entre la humildad y el orgullo, la modestia, entre la excesiva reserva y la locuacidad, la honradez, entre la acrimonia y la bufonería ridícula, el buen humor, entre la belicosidad y la adulación la amistad, entre la indecisión y la impulsividad, el dominio de sí mismo.

Él hacía ver a sus alumnos que el término medio de una virtud o excelencia es un arte que se conquista mediante el entrenamiento y la fuerza de costumbre (un hábito). Les decía que no actuamos rectamente porque tengamos virtud o excelencia; más bien tenemos estas por haber actuado correctamente. 5

En esos tiempos, el pensamiento griego era en muchos sentidos indisciplinado, hasta que Aristóteles creo la llamada lógica que, en términos sencillos, es el arte y método de pensar correctamente o el estudio del método ideal para el pensamiento y la investigación.

La idea sobre el supremo bien del hombre consistía, según Aristóteles, en la búsqueda de la verdad y en el libre ejercicio de la voluntad como manifestación del alma racional.

Que el hombre haga el bien es sencillamente su fin natural. Precisamente, por ser humano debe orientarse hacia eso.

Aristóteles decía:

El fin de una bellota consiste en llegar a ser un corpulento roble, pero el hombre debe vivir una vida racional. Mal haría el hombre si pretende únicamente vivir como una planta, debe vivir, crecer y desarrollarse usando su inteligencia y llevando una vida conforme a los dictados de la razón, pues solo él entre todos los seres vivos posee la capacidad de razonar. El ser humano, como creatura inteligente, es capaz por ello de decisiones y elecciones buscando lo justo y adecuado. La idea de la vida sujeta a examen es una meta para este filósofo. La vida es un fin hacia donde todos y cada uno de los seres humanos se hallan orientados por naturaleza. Pero, así como nadie nace siendo médico o buen músico u orador brillante, sino que primero ha de aprender el respectivo arte o técnica, así también nadie nace siendo hombre de bien, sino que primero a partir de las experiencias de la vida, debe aprender el arte de vivir como se debe, para ello son además fundamentales no solo la propia inteligencia del individuo, sino la educación recibida y los ejemplos de sus padres, maestros y de la oportunidad del medio donde reside. 7

Uno quisiera que estas y otras muchas propuestas de Aristóteles pudieran llegar a ser una realidad.

Sin embargo, al presente, el nivel cultural general es muy diferente según pueblos y países, y por ello es difícil lograr eso que es ideal.

Aunque desearíamos que, ciertas normas de conducta, como la honestidad, la prudencia, el valor, la bondad, la sobriedad, el amor filial, el respeto a los mayores, la tolerancia, el cuidado obligado del niño pequeño, tuvieran una vigencia universal y que todos deberíamos respetar, eso no sucede.

Así como los jueces en una sociedad no aceptan la ignorancia de la Ley, así tampoco debería aceptarse la ignorancia de una conducta ética y moral aceptable de parte de todo ser humano.

El problema es que no les enseñamos a los niños desde pequeños a diferenciar el bien del mal, como aspiraba Aristóteles.

Notas

1 La palabra alma proviene del griego psyché o más tardíamente del latín ánima. Era sinónimo de “motor del cuerpo” “soplo vital” o de individuo o persona. En algunas religiones o culturas el alma es llamada “sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos” A mí me queda la duda sobre si Aristóteles que ya conocía los trabajos del médico Hipócrates, sobre que el cerebro era el motor del cuerpo y de ahí provenía su inteligencia y razonamiento y los movimientos, al final parece que está al hablar de alma, está refiriéndose a lo que llamamos mente, que es el cerebro funcionando y a los que, él mismo Aristóteles hace referencia más adelante.
2 Se aprecia que no solo rechaza al comunismo sino también al capitalismo liberal salvaje. Y por cierto ya Aristóteles había insistido ante sus alumnos sobre que, el dinero ha sido concebido como instrumento de cambio y no para la usura, o sea, para hacer más dinero.
3 Hoy aceptamos que, incluso las plantas tienen vida. 4 Arístóteles no cree que haya una providencia externa que hace los planos de las estructuras terrenas y sus aconteceres. El designio para él es más bien interno, y brota del género y función de las cosas. Este es el fundamento de las causas naturales. Si Arístóteles hubiera vivido para ver el desarrollo del código genético y como los genes dan lugar a las células, los tejidos y los órganos, se hubiera sentido orgulloso de lo encaminado de sus ideas al respecto.
5 Este es un problema en especial para los jóvenes el poder actuar así y no caer en los extremos, la dificultad nace porque en los hogares no nos enseñan sobre esto.
6 Recordar que "la lógica" es una ciencia, porque en una medida muy considerable los procesos del correcto pensar pueden reducirse a reglas como las de la física o la geometría. Es también un arte, porque a base de práctica, comunica al fin al pensamiento precisión inconsciente e inmediata como los que guía los dedos del pianista sobre la superficie de su instrumento para producir, sin esfuerzos las armonías. Aristóteles reconocía que la lógica era muy tediosa pero muy importante.
7 Aquí Aristóteles señala la existencia de inteligencia natural en las personas (que es parte de la herencia), pero reconoce que además se necesita la experiencia, o sea, lo aprendido para ser un hombre de bien o un profesional capaz, conceptos actualmente aceptados en biología y el campo social.

Bibliografía

Aristóteles. (1968). Obras Filosóficas. 3ed Vol. III. México. Ed. W.M. Jackson Inc.
Bretano, Franz. (1893). Aristóteles. Barcelona. Editorial Labor S. A.
Durant, Will. (1978). The Story of Philosophy. New York. Ed. Simon and Schuster.
Erwin Schrodinger. (1996). Nature and the Greeks. Cambridge University Press.
Mage, Bryan. (1990). Aristóteles. Historia de la Filosofía. Barcelona. Ed. Blume.
Savater, Fernando. (2008). Aristóteles. Mas allá de la física. México Cap. 2. Editorial Sudamericana S: A.
Seller, John. (2024). Aristotle. Understanding the World´s Greastest Philosopher. Penguin Random House.