Comencemos por Centroamérica, que este año tantas noticias ha traído.

Cinta central, América angostura

(Pablo Neruda, 1950)

Guatemala

Bernardo Arévalo tomó posesión de la Presidencia de la República en enero pasado, a pesar de la infinidad de obstáculos que le tendieron las élites corruptas del país. A él y a su partido, el Movimiento Semilla. Unas élites, bien se sabe, que han actuado bajo el manto protector de los presidentes Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, apoyándose en algunos jueces y con la complicidad del Ministerio Público: la fiscal general, Consuelo Porras, y el fiscal Rafael Curruchiche persiguieron con saña a periodistas, magistrados, fiscales, líderes sociales y antiguos funcionarios de la “Comisión Internacional Contra la Impunidad”.
Muchos tuvieron que exiliarse.

Porras y Curruchiche, con distintas triquiñuelas y subterfugios, impedían la inscripción de los candidatos que no eran del agrado de la “Trama corrupta”. También al Movimiento Semilla, aunque no parecía un rival de talla, le impidieron la inscripción de su candidata, Thelma Aldana.

Arévalo, quien desde su escaño había denunciado sin cesar la corrupción, acabó ganando las elecciones, y Porras y Curruchiche llegaron al descaro de declararlas invalidas, lo que generó movilizaciones de protesta por todo el país, particularmente de los pueblos indígenas, y una fuerte reacción internacional.
Finalmente, la Corte Constitucional falló a favor de Arévalo.

Arévalo tendrá un mandato muy difícil en un país en el que no gobierna ningún partido progresista desde 1954, cuando un golpe de Estado, con el apoyo de la CIA, sacó a Juan Jacobo Arbenz de la Presidencia. Enfrentará una oposición dura, élites corruptas y “candados cerrados”, como el que le dejaron en un presupuesto en el que poco queda para la inversión social. Todos los apoyos que pueda recibir desde la comunidad internacional serán pocos.

El Salvador

Como era esperado, Nayib Bukele arrasó en las presidenciales de El Salvador celebradas el pasado febrero. Bukele ha logrado reducir la inseguridad provocada por la penetración del narcotráfico y la violencia de las “maras”, lo que le ha dado un incuestionable respaldo popular. Ahora bien, en ese combate contra la delincuencia, Bukele ha cercenado la libertad de prensa, reducido la independencia del poder judicial, ordenado arrestos arbitrarios y violado derechos humanos básicos. Más de 70 mil personas están encarceladas, entre ellas, muchos inocentes, incluyendo líderes sindicales y medioambientales.

Aunque en el corto plazo el pueblo salvadoreño respire aliviado, la conculcación de derechos tendrá consecuencias en el medio y largo plazo. No sólo por la restricción a las libertades ciudadanas en sí, sino también porque, en todo proyecto autoritario, se pierden las voces alternativas que pudieran proponer mejoras en las políticas públicas y así promover y afianzar el desarrollo,. Los autócratas no escuchan y terminan equivocándose.

Nicaragua

La dictadura de Ortega siempre es noticia por lo que fue el personaje y aquello en lo que se ha convertido. Ha tenido suerte: a la comunidad internacional, enfrascada en la invasión de Ucrania y en el presunto genocidio que en Gaza provoca Israel, después del ataque que este país sufrió por parte de Hamás, poco parece importar lo que sucede en Nicaragua. Por si fuera poco, su economía va bien. La entrada de remesas superó los 4.600 millones de dólares en 2023, un 30% del PIB, algo que resulta agridulce, pues quienes se han visto obligados a dejar el país son quienes salvan su economía. Más de 400 mil nicaragüenses solicitaron asilo en el exterior entre 2018, cuando Ortega masacró a la población que se manifestaba pacíficamente en su contra, y 2023.

El pasado año Ortega expulsó a 222 presos políticos a EEUU y, de paso, les quitó la nacionalidad y a muchos les confiscó sus propiedades; y, en enero de este año, desterró al Vaticano a 19 religiosos, entre ellos al obispo Rolando Álvarez. Así van las cosas y de momento todo apunta a que el dictador seguirá atornillado en su sillón. Por si acaso, la desalmada Rosario Murillo ha tomado recaudos para la sucesión, entre ellos el control, a través de su gente afín, de los poderes del país: el partido FSLN, las juventudes sandinistas, la Administración del Estado, la judicatura... Sólo le falta el ejército, del cual, pueden estar seguros, se estará ocupando. También prepara a Laureano Ortega, uno de los hijos de la pareja, quien lo mismo se ocupa de estrechar las relaciones con China que de recibir autobuses donados por Rusia.

Una curiosidad: el rubro de mayor exportación de Nicaragua es el oro: más de mil millones de dólares en 2023. Las concesiones de Ortega a empresas mineras, canadienses y europeas, a espaldas de las comunidades indígenas, han crecido exponencialmente, pero hay más: se exporta más de lo que se produce. ¿Será que Ortega ha ayudado a Maduro a evadir las sanciones y “lava” parte de la producción de oro venezolana? Pueden apostar a que sí.

Cuba

En el Caribe, la economía cubana no levanta cabeza. Padeció una tormenta perfecta entre el endurecimiento del embargo decidido por Trump, la epidemia de la COVID, sus efectos en los ingresos por turismo y el fin de la relación privilegiada que Cuba tenía con Venezuela -debido a la crisis sufrida por este país-. Así que, el PIB no ha dejado de contraerse, los alimentos repartidos a través de la libreta apenas cubren las necesidades de diez días, la pobreza crece y la emigración se ha disparado: 400 mil cubanos llegaron a EE.UU entre 2022 y 2023.

También resulta evidente que el modelo económico cubano no ha funcionado. Cuando cayó el muro de Berlín y el apoyo soviético se agotó, se llevaron a cabo algunas reformas, pero nunca fueron del agrado de Fidel Castro. Así que, en cuanto la situación mejoraba un poco, por ejemplo, gracias al apoyo venezolano, se daba marcha atrás. Raúl, en su turno, no quiso ser un “pequeño timonel” como Deng Xiao Ping en China, y no culminó las reformas para que la Isla dejase atrás la escasez. En la actualidad, el gobierno de Díaz Canel ha autorizado pequeñas y medianas empresas privadas pero, de momento, con muchas limitaciones. La nomenclatura cubana siente temor a compartir el poder, siquiera el económico. Ojalá el gobierno sea capaz de culminar esos cambios, pero estén atentos a las elecciones en EEUU: si Trump las gana, la presión a la isla aumentará y los dirigentes cubanos podrían dar un nuevo cerrojazo y responder con represión a las demandas de la ciudadanía. Ya lo hicieron después de las manifestaciones de julio de 2021, con condenas inaceptables a tantos jóvenes que sólo pedían una oportunidad para vivir de una manera más digna. Así que, si las élites cubanas son acosadas, es más que probable que se aferren al poder al coste que sea.

Haití

Noticias terribles trae Haití, un país que vive semanas de extrema violencia entre “pandilleros” armados y las fuerzas gubernamentales. Ariel Henry, quien sustituyó al anterior presidente Jovenel Moïse asesinado en julio de 2021, y quien ocupó la presidencia sin convocar después a las elecciones prometidas, estaba en la mira de los pandilleros, quienes exigían su dimisión. Henry ya ha renunciado y será sustituido por un Consejo presidencial de 7 miembros, el cual designará a un presidente provisional. Veremos si las bandas lo aceptan. Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el pasado año la creación de una “Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití”, ésta todavía no se ha conformado.

La historia de Haití, el país más pobre de América, recuerda la mezquindad de Occidente. Cuando se independizó, pagó enormes reparaciones a Francia durante más de cien años. También padecería a los Duvalier, a Francois (”Papá doc”), quien gobernó el país con mano de hierro –y los Tonton Macoute- entre 1957 y 1971, y después a su hijo Jean Claude (“Baby doc”), que ocupó la poltrona otros 15 años. Papa doc contaba con el apoyo de la CIA, claro, pues lo importante era que los gobiernos fueran anticomunistas. Por si fuera poco, Haití sufrió dos terribles terremotos y uno de ellos, el de 2010, dejó 300 mil muertos. Además de tres golpes de Estado: en 1988, 1991 y 2004.
¿Cuándo Occidente hará algo más que compadecerse por Haití?

México

Enfoquemos ahora hacia México. Su economía está potente: las exportaciones a EEUU se estiman en más de 400 mil millones de dólares al año; las remesas recibidas en más de 60 mil millones; las inversiones extranjeras en 37 mil millones. Cierto que la desigualdad y la pobreza campan por sus respetos, pero Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha conseguido mantener una alta tasa de popularidad gracias a una hábil combinación entre un discurso progresista, algunas medidas populares -como ayudas sociales y becas- y, por otro lado, una política económica moderada -no ha habido reforma fiscal- que le ha evitado choques con las élites y con EE.UU.

En junio de este año se celebrarán elecciones presidenciales y México tendrá por primera vez una presidenta mujer. Seguramente ganará Claudia Sheinbaum, la candidata del partido MORENA, empujada por la popularidad de AMLO, quien aparece muy aventajada en las encuestas. Aun así, tendrá que competir con Xóchiti Gálvez, ingeniera de ascendencia otomí, una mujer hecha a sí misma que ha conseguido el apoyo de dos partidos hasta hace poco antagonistas: el PRI y el Partido de Acción Nacional (PAN). Sin duda será una contrincante de peso. Por si acaso, Sheinbaum seguirá el modelo AMLO y ya ha anunciado que tampoco hará la reforma fiscal.

Honduras, Panama, Costa Rica Y República Dominicana

Estos cuatro países no han traído novedades especiales en los últimos semestres.

Honduras

Se mantiene como presidenta la progresista Xiomara Castro. Xiomara, esposa del expresidente José Manuel Zelaya -quien fue depuesto en 2009 por un “golpe blando”- ganó las elecciones en 2021 y se ve obligada a gobernar en un entorno muy complicado: Honduras es uno de los países más pobres de la región, su aparato estatal está manifiestamente corrupto y, por si fuera poco, el ejército estadounidense lleva décadas asentado en su territorio. Xiomara Castro trata de desarrollar un programa de lucha contra la pobreza y de conservación medioambiental pero las limitaciones de la administración hondureña en recursos y capacidades le han hecho perder parte del apoyo popular. Como en el caso de Guatemala, toda la ayuda que este país pueda recibir desde la comunidad internacional será poca.

Panamá

Goza de una de las economías más dinámicas y una de las rentas per cápita más elevadas de la región, pero padece una de las distribuciones peores en renta y riqueza y muestra también elevados índices de corrupción. En mayo de este año se celebrarán las elecciones presidenciales y José Raúl Mulino parte como favorito. Inicialmente iba como vicepresidente del exmandatario Ricardo Martinelli, pero Martinelli, condenado por blanqueo de capitales, quedó inhabilitado. Mulino, quien sufrió prisión preventiva por presunta corrupción -aunque la acusación fue anulada por errores procesales-, es ahora candidato. Atención al resultado de estas elecciones.

Costa Rica

Sigue destacando por su calidad democrática: ocupa el lugar 17 entre los países considerados “democracias plenas” según el índice elaborado por The Economist -en América Latina solamente Uruguay comparte un lugar en esa privilegiada lista-.
Rodrigo Chávez, quien ocupó la Presidencia en 2022, ganó las elecciones con el 52% de los votos frente a José María Figueres, quien ya había sido presidente, y ello a pesar de que fue acusado de acoso sexual cuando era funcionario del Banco Mundial. A Chávez se le achaca también estar poco interesado en el medio ambiente, a pesar de la apuesta de Costa Rica por el turismo medioambiental. En fin, todo un reto para Costa Rica es integrar a la inmigración nicaragüense, la cual puede superar el medio millón de personas. Se estima que sólo en 2022 llegaron al país más de 100 mil nicaragüenses.

República Dominicana

También estará de elecciones en mayo próximo. El país muestra una buena situación económica, con unas remesas que alcanzaron los 10 mil millones de dólares el año pasado, una cantidad equivalente de ingresos por turismo y la mayor cifra de inversión extranjera de Centroamérica y el Caribe. El actual presidente, el millonario Luis Abinader, ha hecho de la lucha contra la inmigración irregular una de sus prioridades, con la construcción de un muro de separación de Haití. Se estima que en República Dominicana viven unos 750 mil haitianos. Abinader se ha negado a permitir un campo de refugiados a pesar de la crisis humanitaria que vive Haití, y ha manifestado que continuará con las deportaciones. Parte como favorito para ganar las elecciones.

Queden para un próximo artículo las novedades que han traído los países de Sudamérica. Irán acompañadas de algunas reflexiones sobre los retos de la región.