Materia proviene de la palabra madre, matriz o matrix.

La materia es la madre espiritual o manifestación del sueño divino.

Nosotros solemos tener una visión negativa sobre la materia, incluso nos permitimos tachar de materialistas a quienes disfrutan de ella.

La materia es la directa expresión de nuestro espíritu, el problema no es la materia como tal, sino la desconexión que perpetuamos contra las partes del todo.

La materia es la matriz con capacidad de manifestarse en todos los niveles de consciencia, por eso cuando llegamos al vacío, no es que lleguemos a la nada, simplemente salimos de nuestra forma para discernir la totalidad.

Aquel que pueda contemplar el espíritu en la basura será sabio.

Aquel que pueda contemplar el alma en la persona más oscura será incondicional.

Aquel que pueda contemplar cuerpos en las constelaciones será intelectual.

El vehículo más cercano y útil para acercarnos a nuestro espíritu es la materia.

Tenemos cierta incapacidad de sentir que todo es uno, tendemos a separar sin lograr interpretar la red invisible que interrelaciona todo el universo.

La primera forma geométrica que existió en el universo fue el triángulo, es la manera en la que el primer punto que contiene el todo se divide para reconocerse y contemplarse, de la singularidad a la dualidad. Esta dualidad inicia un movimiento polar para poder manifestarse y así crear la primera trinidad de la existencia.

  • 1ª Trinidad – Vibración/Energía/Materia.
  • 2ª Trinidad – Sabiduría/Amor/Voluntad.
  • 3ª Trinidad – Electrón/Protón/Neutrón.
  • 4ª Trinidad – Sonido/Luz/Forma.

La trinidad es consecuencial y coherente a su vez, si es eliminada una de las tres partes, la trinidad desaparecerá.

Así podemos comprender que la existencia es trina, y que lo único que diferencia una dimensión de otra es el nivel de frecuencia en el que se mueve toda la trinidad en su conjunto.

Dividimos el universo en tres estados:

  • Subconsciente – Conexión con el cuerpo.
  • Inconsciente – Conexión con nuestra alma.
  • Consciente – Conexión nuestro espíritu trino.

El camino del conocimiento nos ayuda a reconocer las partes.

El camino de la sabiduría nos ayuda a reconocer que no somos nada.

El conocimiento reconoce la forma.

La sabiduría trasciende la forma.

Conocimiento y sabiduría son dos piernas que deben caminar juntas y coordinadas.

Nuestro cuerpo físico es un prisma a través del cual el espíritu puro se proyecta dividiéndose en diferentes partes que tratan de encontrar armonía.

El arcoíris es luz blanca refractada en un prisma roto y etérico.

Nosotros, los humanos vemos siete colores, en cambio los insectos ven luz infrarroja o ultravioleta, de ahí la atracción por las flores.

Estas ondas que recibimos se fractalizan generando diferentes caminos de información con distintas vibraciones según la frecuencia.

Esos colores se van ordenando en nuestro cuerpo, y entre ellos deben estar en sintonía para formar el ser pleno de luz blanca.

Estos siete colores principales van a manifestar siete estructuras físicas durante nuestra experiencia física.

Tenemos siete glándulas en nuestro cuerpo encargadas de generar hormonas a través de las reacciones de compuestos químicos que permiten el continuo funcionar de nuestro cuerpo.

Estas glándulas son mecanismos de mucha energía que permanentemente se encuentran en estado de regulación y comunicación.

Algunas de estas glándulas estarán más activas durante la infancia o gestación, cuando dejan de funcionar provocan un fallo en el sistema y como resultado nos hacemos viejos hasta morir.

La glándula situada más arriba de nuestro cuerpo es la glándula pineal.

Relacionada con el chakra tercer ojo.

Esta glándula contiene células fotosensibles que captan la luz.

Científicamente podría denominarse tercer ojo ya que percibe la luz interior regulando el estado de sueño y vigilia.

La glándula pineal también puede denominarse epífisis, es decir, el desarrollo que está por encima.

La llaman pineal porque tiene forma de piña, fruto del pino.

Es la puerta a la visión divina y está localizada en lo alto del tálamo donde se registran los datos sensibles y emocionales.

Más abajo nos encontramos con la glándula hipófisis relacionada al chakra corona, la hipófisis tiene como objetivo regular las hormonas de todas las demás glándulas.

Se localiza en un hueco llamado «la silla turca» semejante a un trono, el rey o reina que direcciona las señales a los demás.

La siguiente glándula es tiroides que significa escudo, esta glándula mantiene la comunicación entre hipófisis y pineal con las demás glándulas, es la encargada del crecimiento y el desarrollo. Se referencia al chakra laríngeo.

Nos encontramos ahora con la glándula timo, encargada de generar las células útiles para la defensa del cuerpo en el sistema inmunológico.

Esta glándula permite la incondicionalidad.

Se localiza encima del corazón, la llaman «alto corazón», valga la redundancia referente al chakra corazón.

Aparece la glándula del páncreas encargada de buscar los azúcares en la sangre para nutrir a las células. Está relacionada a la nutrición y referente al chakra plexo solar.

Detrás del páncreas están las glándulas adrenales, situada por encima de los riñones, estas se encargan de activar o calmar el cuerpo según lo requiera. Referente al chakra sacro.

Por último, tenemos las gónadas que significan generador, divididas en masculino y femenino.

Cuando es mujer en forma de ovarios, con el útero conectado a la vagina.

Cuando es hombre los ovarios salen hacia fuera convertidos en testículos conectados a la próstata, y de la uretra hacia el exterior. Relacionada a la reproducción y referente al chakra raíz.

El mundo biológico es tan perfecto y complejo que nos puede llevar por millones de caminos.

Es importante entender nuestro cuerpo para usarlo de portal divino.

Recomiendo tres métodos; biodescodificación, meditación o yoga.