En primer lugar, me parece importante concebir la propaganda como una herramienta de difusión de ideologías políticas, religiosas, sociales o morales que tiene como objetivo atraer adeptos a través mensajes cargados de subjetivismo. La propaganda es un instrumento que puede ser utilizado tanto para lograr objetivos positivos como la divulgación de los cuidados necesarios para prevenir una enfermedad, puede ser utilizada en beneficio de una campaña política o también, se puede usar para lograr difundir una idea a las masas y lograr su apoyo, incluso si esa idea es tan negativa como lo fue la ideología nazi.

Cuando pensamos en lo sucedido en el holocausto tenemos que comprender también que todo lo que hizo Hitler fue teniendo el apoyo de la sociedad alemana, el cual fue el resultado de un proceso de años de propagandas engañosas y mensajes adoctrinadores que recibían las personas continuamente a lo largo de todos los medios de comunicación posible.

Hitler tuvo un ascenso rápido en el poder luego de un intento fallido de golpe de estado en el año 1923 donde terminó condenado a cinco años de prisión, lo que parecía el fin de su carrera política, pero en verdad era solo el comienzo. Durante sus años encarcelado se dedicó a escribir Mein kampf (Mi lucha) primer material antisemita de su autoría y por el cual ganó nuevos adeptos. Se puede decir que este libro fue de los primeros medios de propagación del mensaje nazi dado que Adolf Hitler escribió en él tanto sus planes futuros para Alemania, con el objetivo de promocionarse una buena imagen, como también sus ideas sobre el «peligroso» enemigo de la nación: el judaísmo.

En 1930 Hitler designó como jefe de propaganda de la campaña política del Partido Nacional Socialista a Joseph Goebbels, quién logró impulsar al máximo la campaña mediante esta herramienta, logrando que sea una pieza clave en las elecciones ganadas de 1932; practicó técnicas propagandísticas innovadoras para ese entonces, marcando un antes y un después en el mundo de la propaganda y la publicidad, y trabajó ciertos principios como el de la orquestación o el de la vulgarización sobre los cuales basó todas sus estrategias propagandísticas. Goebbels se enfocó en la importancia de contar con ciertos elementos que asegurarían el éxito para el nazismo en las elecciones: en primer lugar, sabía que la figura del líder carismático era imprescindible, tal como había sucedido con Mussolini en Italia, por lo que desde el principio se buscó resaltar la figura de Hitler, mostrándolo como el candidato ideal que estaba dispuesto a pelear para salvar a Alemania y quien ganaría las elecciones. Además de su bibliografía, Hitler también se ocupaba de dar discursos radiales, presentarse en desfiles y su figura apareció en afiches, diarios y hasta en películas. Asimismo, el partido nazi le dio importancia a la simbología, el color y los uniformes que representaban al partido político, además trabajaron el uso de slogans que coronaban sus mensajes.


China
Propaganda antisemita en la Alemania del Tercer Reich

En 1933 el nazismo ganó las elecciones y fue en ese mismo año que Hitler creó el Ministerio de Ilustraciones Públicas y Propaganda a cargo de Goebbels. Este Ministerio fue creado para seguir ocupándose de la difusión del mensaje que el partido nazi necesitaba hacer llegar a las masas, no solo con el fin de adoctrinar y sumar adeptos, sino también para justificar sus intenciones, sus políticas y sus actos. De a poco el nazismo comenzó a meterse en los medios de comunicación para manejar la información que se daba a conocer y tener control sobre quienes tenían la posibilidad de comunicar esos mensajes, proclamaron la Ley de control de las ediciones y periodismo mediante la cual el gobierno nazi tenía poder sobre las editoriales, interfirieron en los periódicos censurando las noticias y quitando toda posibilidad de libertad de expresión, despidieron a todos los periodistas judíos y a aquellos que estaban en contra del antisemitismo; a los que quedaban les prohibían casarse con personas que no pertenecieran a la «raza aria». La mayoría de los periódicos como Der Sturmer o Volkischer Beobachter publicaban tiras cómicas con caricaturas antisemitas donde se burlaban de los judíos y los culpaban de todos los males que sucedían en Alemania.

El Ministerio de Propaganda se enfocó también en la propaganda en medios gráficos, pero en vía pública con un formato al que llamaron «la palabra de la semana». Este sistema consistía en que cada semana las calles se llenaban de afiches de gran tamaño pegados en murales con textos e imágenes con mensajes antisemitas, con este formato de propaganda se trabajaba la recordación de los mensajes a través de la repetición sistemática de los mismos, tal como sugiere el principio de orquestación. Esto se logró con éxito debido a que los afiches estaban pegados por todas partes en las grandes ciudades, con imágenes y colores bien llamativos que obligaban a las personas a verlos cada semana; a diferencia de otros medios, las personas no decidían encontrarse con ese mensaje como sucedía con el cine o la radio, sino que eran sometidas de forma involuntaria cada vez que decidían salir de sus casas. Se estima que se imprimieron 125.000 copias, siendo uno de los formatos que más utilizaron y del que más resultados obtuvieron.

Si bien los medios gráficos fueron de los más usados y exitosos, el nazismo también optó por usar los medios audiovisuales para propagar sus mensajes. La radio emitía comunicados y mensajes de odio diariamente, en su mayoría las noticias eran falsas y tenían como único objetivo generar más rechazo e incitar el clima de odio contra los individuos que se consideraban peligrosos y no pertenecientes a la raza aria, los cuales además de los judíos también eran las personas con discapacidades, los gitanos, testigos de Jehová, y los homosexuales. También había material propagandístico en los cines en cortometrajes y películas como El triunfo de la voluntad o El judío eterno. En todos los formatos se trabaja la imagen de Hitler como el gran héroe de Alemania y se caracterizaba a los judíos con el uso de estereotipos exagerados para incitar el odio.

Con la propaganda los nazis no solo buscaban adoctrinar y manipular a los alemanes, sino que también era una herramienta utilizada para ocultar todo lo que realmente estaba sucediendo y excusar su accionar frente al resto del mundo, como sucedió con el supuesto ataque de Polonia a Alemania, noticia falsa que difundieron para justificar la invasión al territorio polaco. Goebbels basaba otro de sus principios propagandísticos (principio de transposición) en que «si no cabe negar las malas noticias, deben inventarse otras que distraigan». A través de la propaganda, el gobierno Nazi explicaba su odio contra los judíos siendo estos los culpables de la guerra, de la crisis económica y de los conflictos que ocurrían en Alemania y el resto del mundo.

Hoy en día los medios de comunicación están extendidos en el infinito mundo digital, por lo que los mensajes y la información se propagan con más rapidez, pudiendo llegar a cada rincón del mundo. Hay que entender la propaganda como una herramienta poderosa y peligrosa que merece que aquellos que trabajamos con la misma tengamos conciencia y responsabilidad al usarla, entendiendo que todo mensaje que se comparte tiene repercusión en la sociedad.