El 24 de febrero se ha cumplido un año desde la invasión por parte del ejército ruso contra el territorio ucraniano, circunstancia que ha cobrado la vida de al menos 280 mil personas hasta finales de enero según señalan algunas fuentes.

El proceso por el cual se dio este conflicto, los objetivos que se plantearon y la situación actual han evolucionado a tal punto que en lugar de contemplar una desescalada se prevé un proceso de administración de la conflagración con eventuales momentos de calma y enfrentamientos.

Si la situación mantiene esta dinámica es posible que de facto Rusia termine por dominar la mayoría de los territorios que ha tomado y controla (o influencia) hasta este momento. Con la península de Crimea esto queda claro que es una posibilidad latente, ya que ahí de facto Moscú interviene directamente en las decisiones políticas de esa región.

De la misma forma lo ha logrado en las zonas del Dombás ucraniano donde incluso apoyaron el separatismo de Lugansk bajo el mando de Leonid Pásechnik y Donetsk liderado por Aleksandr Zajárchenko. En el siguiente mapa se pueden ver las zonas que controla Rusia o los grupos separatistas tanto del Dombás y Crimea, al menos hasta principios del mes de febrero.
Mapa

Mapa de las zonas controladas por Rusia y Ucrania (Fuente: Al Jazeera)

En el terreno sigue teniendo un control significativo el gobierno ruso sobre zonas ucranianas, limitando las salidas hacia el mar de Azov y al mar Negro limitándola a la zona de Odessa. Por otro lado, las áreas marcadas en celeste han sido las que el gobierno ucraniano recuperó, pero se mantienen en constante riesgo de volver a caer en una contraofensiva rusa. Hay una serie de elementos claves de comentar sobre lo acontecido con el conflicto y que han marcado cambios significativos en el transcurso de los eventos hasta este momento.

La «desnazificación» de Ucrania y el paramilitarismo

Cuando se inició la denominada «operación especial» rusa contra lo que denominaron el nazismo ucraniano; en referencia principalmente a los que atacaban posiciones rusófonas del Dombás y Mariúpol, se señalaba la intención de derrotarlos y eliminar a estas entidades cuasi fascistas que se encontraban en el sitio, en este caso muy puntual, el Batallón Azov sobre lo cual ya se habló en un artículo de marzo del año anterior acá en Meer y que ha sido señalado por diferentes organizaciones; incluyendo Amnistía Internacional de realizar abusos y crímenes de guerra en las zonas separatistas.

Este supuesto se transformó en una de las excusas del gobierno de Moscú para lanzar la invasión, invadirlas utilizando incluso batallones de paramilitares chechenos al mando del polémico Ramzan Kadyrov quienes se han hecho famosos por utilizar técnicas poco convencionales, incluyendo violaciones a los DDHH y que no temen arrasar con todo con tal de cumplir los objetivos trazados.

También Rusia ha contado con la presencia de elementos del grupo paramilitar Wagner; señalados por cometer crímenes en zonas de conflicto tal y como lo señala la Resolución del Parlamento Europeo, de 25 de noviembre de 2021, sobre violaciones de los derechos humanos por parte de empresas militares y de seguridad privadas, en particular el Grupo Wagner (2021/2982-RSP) por lo que estas fuerzas traen consigo una estigma que donde pasan se darán vejaciones contra civiles.

Sin embargo, con tantos elementos de guerra híbrida que se han sumado a este conflicto como el uso de fuerzas irregulares (en ambos lados), los enfrentamientos urbanos, el uso extendido de la propaganda, una importante guerra de información (y desinformación), así como elementos de ciberguerra, han impedido que Rusia logre la Blitzkrieg (guerra relámpago) sobre territorio ucraniano, alejando cualquier posibilidad de una conflagración rápida y de término a corto plazo.

El conflicto que apunta a extenderse más tiempo tendrá que ser materia de estudio de diferentes académicos sobre conflictos para estudiar los diferentes experimentos en zonas de guerra moderna que se hicieron sobre territorio ucraniano, ya que este lugar ha sido utilizado como plataforma para probar armamento de diferentes actores que se han involucrado paulatinamente e incluso para deshacerse de algún material bélico descontinuado, para probar su resistencia actual.

Estos experimentos se han dado tanto entre aliados de Rusia como los casos de Bielorrusia o la República Islámica de Irán, así como en el lado ucraniano el involucramiento activo de la OTAN. Con este elemento de participación externa, se profundizan los problemas evolucionando hacia factores de mayor ruptura.

La OTAN decidió facilitar tanques tipo Leopard de origen alemán y Abrams de tecnología estadounidense para que Kyiv intente hacer frente a las operaciones de las fuerzas rusas contra territorio ucraniano, el tipo de tecnología no es avanzado, pero para los efectos de la resistencia podría darle un mayor volumen de defensa y hacer retroceder posiciones del ejército al mando de Moscú.

Ante las dudas válidas de la coyuntura, por el momento este tipo de participación realizada por las fuerzas atlantistas no sería visto como una intromisión directa, sino justificado como un elemento de «cooperación militar» a un Estado cercano a sus intereses en las zonas europeas.

Sin embargo, se podría dar una participación directa si se entrometiera en el conflicto de una manera más frontal el gobierno de Bielorrusia, ya sea para transformarse en la plataforma de una eventual operación desde el Norte o que tenga participación confirmada por parte del gobierno de Lukashenko. Mismo efecto si otros países participaran directamente para agredir a Ucrania o algún otro país dentro de la zona.

Por su parte, Rusia ha recibido soporte tecnológico del gobierno iraní a través de drones suicidas tipo Shahed-136 que han tenido acción sobre territorio ucraniano por lo que el bloque de la UE decidió aplicar más sanciones al gobierno de Teherán por su participación durante la guerra y es que, en noviembre de 2022, el ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, admitió que su país suministró este tipo de aparatos a los rusos, aunque desconocían el uso que finalmente les iban a dar, por lo que su participación queda clara.

Ante esta participación iraní en el enfrentamiento entre rusos y ucranianos, el presidente Zelenski acudió a Israel para solicitar sistemas de defensa, sin embargo, el gobierno de Jerusalén ha negado esta posibilidad y continuará dando ayuda humanitaria, como lo confirmó el 15 de febrero de 2023 el canciller israelí Eli Cohen, después de reunirse con el presidente ucraniano y con su par diplomático Dmytro Kuleba. Sin embargo, esta visita de Cohen a Kyiv podría ser vista como un cambio en la posición neutral de Israel con respecto al conflicto quien hasta este momento ha mantenido abiertos los canales de comunicación con el Kremlin para contrarrestar a Irán en las zonas del Levante, principalmente en Siria, pero incluso esto podría estar cambiando paulatinamente.

Como ya fue mencionado, por el momento, el conflicto seguirá latente, incluso después de pasado el primer año de enfrentamientos es posible que aumenten las escaladas por parte de Moscú para lograr alguno de todos sus objetivos; ambiguos, por cierto, y por su parte, el gobierno de Kyiv seguirá en su política de contención y desgaste contra las posiciones rusas, intentando evitar que amplíen sus zonas de influencia o que incluso logren dar un golpe mortal sobre el liderazgo ucraniano.

La evolución de esto dependerá en este caso del entorno y de la cantidad de elementos que se sumen al conflicto que puedan ser disparadores o catalizadores. A estas alturas todo señala que de facto las zonas tomadas por Rusia seguirán de este modo y que lo que podría intentar Ucrania es evitar que se amplíe aún más, por lo que el análisis de la coyuntura deberá seguir constante y también seguir

Notas

Acuña, B. (2022). La operación militar rusa contra Ucrania. Meer.
Amnistía Internacional. (2014). Ucrania debe detener los abusos y crímenes de guerra de las fuerzas de voluntarios proucranianos.
Al Jazeera. (2023). Ukraine updates: NATO says new Russian offensive has started.
Arciniegas, Y. (2023). El líder del Grupo Wagner asegura haber tomado el control de una estratégica urbe en el Donbass. France24.
Martín, L. (2023). Tanques Leopard 2 son superiores a la mayoría de los carros desplegados por Rusia. France24.