El pasado jueves tuvo lugar en el Microsoft Theater de Los Angeles la novena edición de The Game Awards en la que medios e influencers del ramo eligieron los mejores títulos del año. Tras un par de galas a medio gas a causa de la pandemia, el teatro volvió a llenarse al completo en una ceremonia que contó con categorías nuevas y en la que, dejando a un lado el agradecimiento a Bill Clinton por parte de un espontáneo que consiguió subir al escenario junto al equipo de Hidetaka Miyazaki cuando subieron para recoger el GOTY -sí, lo has leído correctamente-, Elden Ring y God of War: Ragnarök arrasaron en las categorías principales.

Entre AAA e indies

Si algo puede decirse del resultado de la gala es que no hubo demasiadas sorpresas con los principales ganadores y es que, en lo que va de año, tanto Elden Ring como la última entrega de God of War han estado disputándose un mano a mano con los más reputados premios de la industria con un tanteo claramente favorable al primero y ayer no fue una excepción pues entre ambos se llevaron más de un tercio de todos los premios. Elden Ring, la última creación de FromSoftware (Sekiro, Dark Souls) consiguió coronarse como juego del año en general y RPG en particular además de llevarse también los galardones a mejor dirección y arte; por su parte la última entrega de Kratos se alzó ganadora de la mejor narrativa, banda sonora, diseño de audio, juego de acción/aventura, innovación y su protagonista, Christopher Jugde, recibió el premio a la mejor interpretación de las manos de un animado Al Pacino.

En el lado menos afortunado cabría nombrar Horizon Forbidden West, el cual no consiguió alzarse victorioso en ninguna de sus siete nominaciones de igual manera que A Plague Tale: Requiem tampoco pudo hacerlo en las cinco categorías en las que optaba a premio. Como curiosidad cabe decir que este año el premio a mejor juego de simulación/estrategia se lo llevó Mario + Rabbids Sparks of Hope frente a contendientes tan potentes como Dune: Spice Wars, Total War: Warhammer III y Victoria 3.

Aunque las grandes categorías cayeron nuevamente en manos de triple AAA habría que destacar que este año la distribuidora Annapurna Interactive, ganadora este año del galardón indie por Stray (Blue Twelve Studio), ha sido la segunda más nominada este año solo por debajo de Sony Interactive Entertainment, superando incluso a pesos pesados como Nintendo o Electronic Arts. Asimismo Stray ha sido uno de los nominados a GOTY dejando claro que las principales categorías no son terreno exclusivo de las grandes compañías. Esto no es algo especialmente novedoso pues tanto Hades en 2020 como Celeste en 2018 ganaron el premio a mejor juego independiente y estuvieron nominados a GOTY, pero ninguno de ellos consiguió alzarse finalmente con el más alto galardón.

Novedades y acercamiento al cine

Como era de esperar la gala trajo también un buen puñado de anuncios de futuros lanzamientos entre los que destacaron Death Stranding 2, Star Wars Jedi: Survirvor y Crash Team Rumble, pero no todas las novedades se ciñeron exclusivamente a los videojuegos ya que este año la ceremonia ha tenido un gran componente cinematográfico y no solo por las estrellas que pisaron el escenario como Pedro Pascal, Daniel Craig, Michael Madsen o el anteriormente mencionado Al Pacino, sino también por la nueva categoría de mejor adaptación que, como era de esperar, recayó en la multigalardonada Arcane.

Si en mi anterior artículo hablaba de cómo va a haber cada vez más adaptaciones de videojuegos en cine y televisión, parece que The Game Awards han tomado nota de esta tendencia y han decidido incluir una categoría ex profeso además de haber sido el evento elegido por Nintendo para el estreno mundial del último tráiler de The Super Mario Bros. Movie. Viendo esta deriva no sería de extrañar que en unos años veamos aparecer en los Oscars la categoría de mejor interpretación en un videojuego o que las bandas sonoras y guiones de éstos reciban el mismo trato y consideración que sus homólogos cinematográficos; creo que sería lo apropiado pues si lo que en verdad importa son las historias y la forma de contarlas, estas experiencias virtuales son una forma de arte tan válida como todas las demás.