Desde hace más de 150 años, numerosas compañías de ballet clásico han hecho que sobre los escenarios más importantes del mundo cobre vida esta historia, pero ¿qué tanto conocemos sobre ella?

A continuación, diez datos curiosos acerca de Coppélia:

  1. Estrenado el 25 de mayo de 1870 en la Ópera de París, este ballet está compuesto por tres actos con coreografía de Arthur Saint-Léon, para un libreto de Saint-Léon y Charles Nuitter, y música de Léo Delibes.
  2. Aunque sus primeros éxitos fueron interrumpidos por la Guerra franco-prusiana y el cerco de París, eventualmente pasó a convertirse en el ballet más interpretado en la Ópera Garnier.
  3. En la historia, un inventor misterioso y pálido, el doctor Coppélius, tiene una muñeca danzante de tamaño humano, la cual parece tan real que Franz, un pueblerino, se enamora de ella, dejando de lado a su verdadero amor, Swanilda. Movida por la curiosidad, la joven irrumpe en la juguetería del viejo junto a sus amigas, se viste como Coppélia, la suplanta y pretende cobrar vida. Con enorme asombro, el artesano ve cómo su creación preferida «ha despertado», pero Swanilda, después de divertirse un rato, le confiesa la verdad y el juguetero se hunde en la desilusión. Finalmente, Swanilda huye del lugar con su novio Franz, contraen matrimonio y, con el perdón del doctor Coppélius, el pueblo celebra su alegría.
  4. Los divertissements festivos que, el día de la boda, ocupan las calles del pueblo a menudo son eliminados en las versiones danzadas modernas, y se considera que allí se encuentran las primeras czardas –baile tradicional húngaro– presentadas en un ballet.
  5. El doctor Coppélius puede compararse con la figura del Frankenstein de Mary Shelley, pues ambos llegan a contemplar de cerca la sensación de poder que da jugar a ser Dios y crear vida; sin embargo, a diferencia del ballet, en el libro de Shelley el enfoque se inclina hacia un lado más oscuro.
  6. Si el ballet Giselle es una tragedia que sucede en un pueblo de campesinos, Coppélia muestra otra cara de la misma moneda, siendo una comedia en el mismo escenario.
  7. De Giuseppina Bozzacchi, la Swanilda original, una estudiante de ballet que acababa de cumplir 16 años, se esperaba que tuviese una gran carrera por delante, pero enfermó de cólera durante el cerco de París y murió en su cumpleaños 17.
  8. La mayor heladería de La Habana –Cuba–, creada por Fidel Castro en 1966 y famosa entre cubanos y turistas, se llama Coppelia en honor a este ballet, el cual era el favorito de Celia Sánchez, revolucionaria compañera de Fidel y encargada de la creación del local. Fue bautizada como la mejor heladería del mundo y «la catedral del helado».
  9. En Coppélia se recrean las bases del teatro-ballet y se conjugan la danza clásica, la danza de carácter y la pantomima. Debido a que la historia ocurre en un pueblo fronterizo, donde hay influencias de varias etnias y de su folklore –húngaros, polacos, ucranianos y gitanos–, el montaje se presenta como un espectáculo lleno de vida, fiesta y color.
  10. Durante el mes de octubre de 2022, en Caracas –Venezuela–, el Ballet Teresa Carreño, con su compañía juvenil núcleo Chacao, presentó esta obra en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño. La temporada congregó alrededor de 50 bailarines en escena; estuvo acompañada por la Orquesta Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, bajo la batuta del maestro Daniel Gil; y contó con un repertorio a cargo de los maestros Adriana Estrada, Javier Solano, Stella Quintana y Alejandra Paredes. En la historia dancística venezolana, Coppélia ocupa un lugar muy especial, ya que fue la primera producción completa de ballet clásico que se montó sobre las tablas de la Ríos Reyna durante 1983, el año de apertura.

La naturaleza lúdica y ligera de Coppélia permite reunir en un mismo aforo a espectadores de distintas generaciones, de forma similar a lo que logra el clásico navideño El Cascanueces, aunque, quizás, permaneciendo algo distante de ese nivel de popularidad entre el público de a pie.

Vale resaltar que más allá de la fiesta y el color que caracteriza su historia, Coppélia toca muy entre líneas –o entre notas y movimientos–, tópicos de seria profundidad que son dignos de observar: la ambición de alguien que piensa tener el poder de crear vida; el débil enamoramiento juvenil que disfraza de amor decisiones cuestionables; y la creencia de que transformarnos en alguien más nos hará merecedores de cierta aprobación.

Evidentemente, las nuevas reflexiones que el paso del tiempo trae consigo nos llevarán a analizar el pasado, el presente y el futuro con un criterio particular, concentrando nuestra atención en determinados aspectos que, por una u otra razón, se encuentran bajo la lupa. No obstante, es innegable que todo lo que rodea la historia y el contexto de Coppélia es lo que lo convierte en el ícono que es: un ballet que, uniendo danza clásica, baile de carácter y pantomima, contagia a las audiencias del mundo de un sentimiento de pureza, ligereza y ganas de disfrutar la vida.