En mi artículo anterior , presenté algunas pautas básicas para escribir con claridad:

  1. Controlar la longitud de párrafos y oraciones.
  2. Seguir el orden natural de las oraciones en español.
  3. Utilizar la voz activa.
  4. Vigilar el uso abusivo de gerundios, infinitivos y participios.
  5. Conectar las ideas entre sí.

Dichas recomendaciones forman parte del método de la comunicación clara, propuesto por los expertos españoles Estrella Montolío y Mario Tascón, y planteado en su libro El derecho a entender. En esta oportunidad, desarrollaré otra pauta propuesta en dicha fuente, incluida como parte del paso 2 de este método: escribir con claridad.

Escoger las palabras más adecuadas para el sentido y el tono de lo que se desea comunicar

Montolío y Tascón aseguran que el léxico de nuestros textos tiene que ser claro, actual, rico y comprensible para quienes nos deben leer. Podremos así procurar una lectura rápida de los documentos y conseguir una buena comunicación.

Según El libro del español correcto, no existen unas palabras mejores que otras; simplemente, existen palabras más adecuadas a los propósitos comunicativos. Por ello, las palabras de un texto deben seleccionarse eligiendo aquellas que mejor se adapten al destinatario y al contexto en que se producirá la comunicación escrita.

A continuación, se empezará a brindar algunas recomendaciones generales que pueden ayudar a seleccionar o descartar palabras para redactar un texto. Estas sugerencias, que guardan relación con lo propuesto por Montolío y Tascón, han sido desarrolladas en El libro del español correcto y el Manual de escritura académica y profesional.

Se deben elegir palabras cortas

Montolío y Tascón sugieren usar palabras breves y sencillas al escribir documentos. Asimismo, afirman que el léxico debe ser preciso, pero no rebuscado ni inútilmente llamativo; por ello, se deben evitar los alargamientos léxicos innecesarios. Por ejemplo, indican que expresiones como «llevar a cabo una evaluación» (en lugar de evaluar) o «efectuar una investigación» (por investigar) solamente consiguen hacer más largo el texto.

En esa línea, Cassany en La cocina de la escritura, como una de sus nueve reglas para escoger palabras, recomienda preferir palabras cortas y sencillas, ya que facilitan la lectura del texto. Al respecto, en El libro del español correcto se indica que la brevedad es una condición necesaria para que la comunicación resulte fluida.

Según el Manual de escritura académica y profesional, es falsa la creencia de que cuanto más larga sea una palabra más apropiado es su uso en registros formales y más culto será nuestro discurso. En esta fuente, se precisa que se denomina «archisílabos» a estas palabras largas que algunos profesionales usan para expresar una idea que ya tiene en la lengua una denominación más concisa. Para explicarlo, se presentan dos ejemplos tomados del Diccionario de la lengua española de la RAE:

influenciar

1. tr. Influir.

finalidad

1. f. Fin con que o por que se hace algo.

En estos ejemplos, influenciar y finalidad se consideran «archisílabos» porque expresan ideas que ya poseen denominaciones más breves: influir y fin, respectivamente.

En El libro del español correcto, se precisa que el uso de vocablos más largos no añade nada al significado que deseamos transmitir; por ello, siempre resulta aconsejable reemplazarlos por el término más breve equivalente. Si desean conocer otros ejemplos de «archisílabos» que se deben evitar al redactar un texto, con sus respectivos sustitutos, pueden revisar el contenido de este artículo.

Se deben reemplazar expresiones más largas y complejas por formas más breves

En El libro del español correcto, se explica que la experta argentina Graciela Reyes propone usar preposiciones simples (p. ej.: para, por, según, sobre) en lugar de las locuciones -grupos de palabras- que tienen el mismo significado. Según el Manual de escritura académica y profesional, la brevedad es contraria al empleo excesivo de locuciones, ya que estas dilatan innecesariamente el discurso.

Para explicar lo anterior, se presentan los siguientes ejemplos, tomados y adaptados del Manual de escritura (en cada opción desaconsejable (1), se ha destacado con negrita la locución; debajo, en cada opción recomendable (2), se ha resaltado la preposición respectiva):

1- Se autoriza ampliar el actual presupuesto a fin de financiar nuevas inversiones.
2- Se autoriza ampliar el actual presupuesto para financiar nuevas inversiones.

1- Las áreas de Lengua y de Didáctica de la Lengua se separaron debido a razones académicas.
2- Las áreas de Lengua y de Didáctica de la Lengua se separaron por razones académicas.

1- De acuerdo con el cronograma, esta tarea se resolverá en diez días.
2- Según el cronograma, esta tarea se resolverá en diez días.

1- Los compromisos adquiridos acerca de derechos humanos han sido satisfactorios.
2- Los compromisos adquiridos sobre derechos humanos han sido satisfactorios.

No obstante, con el objetivo de evitar la redundancia originada por el uso reiterado de dos preposiciones en una misma oración, sugiero reemplazarlas por las locuciones respectivas. Para explicarlo, les propongo los siguientes ejemplos:

1- Se programó un taller de redacción para los colaboradores para optimizar su desempeño.
2- Se programó un taller de redacción para los colaboradores a fin de optimizar su desempeño.

1- Se suspendieron las ventas del producto por orden de la Gerencia por la falta de stock.
2- Se suspendieron las ventas del producto por orden de la Gerencia debido a la falta de stock.

Se deben evitar los «verbos de apoyo»

De acuerdo con El libro del español correcto, muchas veces se utiliza un verbo más un complemento para expresar acciones cuando es mejor condensar la información en un único verbo. Según el Manual de escritura académica y profesional, verbos como hacer, realizar, tener, dar, tomar, llegar, etc., presentan un significado tan vago que a menudo necesitan de otras palabras para comunicar un significado preciso. Se convierten así en «verbos de apoyo», de manera que otras palabras - sustantivos derivados de verbos- son las que aportan el contenido léxico preciso.

En el Manual de escritura, se añade que las construcciones verbo de apoyo + sustantivo suelen ser innecesarias y se evitan mediante uno único verbo equivalente, normalmente de la misma familia léxica que el sustantivo. Para explicar ello, se presentan los siguientes ejemplos, tomados y adaptados de dicha fuente (en cada opción desaconsejable (1), se ha destacado el verbo de apoyo y su complemento; debajo, en cada opción recomendable (2), se ha resaltado el verbo equivalente):

1- El reclutador le hizo una pregunta sobre su experiencia laboral.
2- El reclutador le preguntó sobre su experiencia laboral.

1- Los asesores jurídicos realizaron modificaciones al contrato elaborado.
2- Los asesores jurídicos modificaron el contrato elaborado.

1- El área de RR.HH. tiene preferencias por el uso de herramientas tecnológicas.
2- El área de RR.HH. prefiere el uso de herramientas tecnológicas.

1- La Gerencia dará impulso a algunas de las propuestas presentadas.
2- La Gerencia impulsará algunas de las propuestas presentadas.

1- El jefe tomó la decisión de suspender a veinte trabajadores.
2- El jefe decidió suspender a veinte trabajadores.

1- Las dos partes llegaron al acuerdo de evitar acudir a juicio.
2- Las dos partes acordaron evitar acudir a juicio.

Si desean conocer otros ejemplos de «verbos de apoyo» que se deben evitar al redactar un texto, con sus respectivos equivalentes, pueden revisar este contenido.

Se deben evitar las palabras repetidas

Montolío y Tascón recomiendan elegir un léxico variado al escribir un documento. En esa línea, Cassany en La cocina de la escritura, como una de sus nueve reglas para escoger palabras, recomienda no repetirlas, ya que el uso reiterado de una palabra de significado pleno (sustantivo, verbo, adjetivo o adverbio) provoca monotonía y aburrimiento.

De acuerdo con El libro del español correcto, la repetición puede convertirse en una molestia cuando la misma palabra aparece varias veces en el mismo párrafo e incluso en la misma línea. Para explicarlo, se presenta un ejemplo tomado de la Guía práctica de escritura y redacción (se ha destacado con negrita una palabra repetida, el verbo decir conjugado de tres maneras):

Ayer hablé por teléfono con Marisa y me dijo que me había enviado ya el informe. Yo le dije que lo corregiría, que ya le había dicho a Gema que le remitiría el informe indicando los errores que advirtiera.

En El libro del español correcto, se plantea que disponemos de algunos remedios para evitar la repetición indebida:

a) Se puede sustituir la palabra repetida por su sinónimo. Ejemplo:

Ayer hablé por teléfono con Marisa y me dijo que me había enviado ya el informe. Yo le respondí que lo corregiría, que ya le había comunicado a Gema que le remitiría el informe indicando los errores que advirtiera.

b) Si una palabra no tiene un sinónimo, se puede sustituir por otra de significado más abarcador, es decir, por un hiperónimo. Ejemplo:

Ayer hablé por teléfono con Marisa y me dijo que me había enviado ya el informe. Yo le respondí que lo corregiría, que ya le había comunicado a Gema que le remitiría ese documento indicando los errores que advirtiera.

Se deben evitar las palabras comodín

Montolío y Tascón sugieren procurar la precisión de vocabulario. En ese sentido, otra de las reglas de Cassany para escoger palabras es eliminar los «comodines». Este autor explica que la palabra comodín es aquel sustantivo, verbo o adjetivo, de sentido bastante genérico, que utilizamos cuando no se nos ocurre otra palabra más específica.

Cassany añade que los comodines precisan poco o nada el significado de la oración; además, si se abusa de ellos, empobrecen la redacción y la vacían de contenido. En La cocina de la escritura, dicho autor plantea los siguientes ejemplos:

  • Sustantivos: aspecto, cosa, elemento, hecho, información, problema, tema...
  • Verbos: decir, hacer, poner, tener...
  • Adjetivos: bueno, interesante, positivo...

Según el Manual de escritura académica y profesional, las palabras comodín poseen un significado tan impreciso que se acomodan a significar casi todo según el enunciado en el que aparecen. Sin embargo, debido a su falta de especificidad, se deben evitar al redactar un texto claro y conciso.

En esta fuente, como ejemplos de comodines, se presentan los sustantivos cosa, tema o cuestión; los verbos hacer, tener, haber, poner, dar, decir o realizar, que funcionan también como verbos de apoyo; y los adjetivos importante, interesante o positivo.

Para explicar de qué manera el sustantivo tema funciona como palabra comodín en reemplazo de términos más precisos -incluidos entre ()-, en el Manual de escritura se presentan estos ejemplos:

  • Defendió su postura con el tema (argumento) de que no había presupuesto.
  • Los padres pagan un adicional para temas (actividades) culturales en la escuela.
  • Me explicó que estaba muy agobiado por todo el tema (proceso) legal del divorcio.
  • Otro tema (motivo) de discusión son los horarios de cierre de los locales de ocio.

Asimismo, para explicar de qué manera el verbo tener funciona como palabra comodín en reemplazo de términos más precisos, en dicha obra se presentan estos ejemplos:

  • Matilde tiene (desempeña) un cargo importante en esa multinacional.
  • El aparthotel que le ofrecemos tiene (dispone de / ofrece) todos los servicios necesarios.
  • En esta empresa tenemos (contamos con) un magnífico equipo humano.
  • Me temo que este tipo de negocio no tendrá (reportará) grandes beneficios.

Queda pendiente seguir presentando las pautas básicas para escribir con claridad. Por ello, me comprometo a escribir sobre dichas recomendaciones en mi siguiente artículo. Me despido hasta una próxima oportunidad.