El artista no crea a partir de la nada, sino en función de su experiencia, que el punto de partida de la realidad ficticia es siempre la realidad real tal como la vive él.

Hay que detener el mundo un momento, está girando demasiado rápido, y hemos dejado fuera a millones de personas que no han logrado ver resuelto ni las más básicas de sus necesidades. Debemos procurar que al menos las cosas esenciales de la vida todos las puedan tener resueltas, solo así, con un mundo más justo, más igualitario, dejarle girar nuevamente.

No podemos olvidar que la democracia solo ocurre en un convivir en la honestidad, en la ética social, en la colaboración, en la equidad, en la aceptación de nuestras diferencias, en la conversación que lleva a la reflexión, y a los acuerdos en el deseo de vivir y coexistir juntos. Es tarea de todos poder lograrlo.

El Arte que no está en el presente, jamás será

Hoy la gente pierde fácilmente de vista lo relevante, lo verdaderamente importante. Es justamente en los espacios de la cultura, donde el Arte puede frenar la locura, la agitación del mundo que nos consume y atormenta. Es en estos verdaderos templos donde podemos y debemos meditar, reflexionar, hacernos las grandes preguntas, las esenciales. La oportunidad de ser artista, de poder contar con apoyo para crear, el tener ese privilegio, debe ser asumido con responsabilidad. La responsabilidad de enfocarse hacia ciertas realidades invisibles, olvidadas, prestar atención a ellas para tratar de cambiarlas, resolverlas.

ViralizArte es un género o formato audiovisual digital. A través de una propuesta de síntesis poético-social, verdaderos haikus audiovisuales, donde prima la estética, lo artístico, la innovación, lo experimental, y finalmente el arte cinematográfico; busca entregar contenidos que induzcan al receptor a la reflexión socio-cultural, de su entorno y el mundo. El objetivo principal es ayudar a tomar conciencia para resolver los grandes desafíos del planeta: alimentar a toda la población, garantizar el acceso al agua potable, la educación para todos, la energía sostenible, cuidar el medio ambiente, entre otros problemas que afectan al mundo. ViralizArte, está creado para ser visto en las nuevas plataformas digitales, como: tablets, celulares, computadores, en cineclub, clases, talleres, espacios artísticos, o en cualquier lugar donde se pueda exhibir y provocar reflexión. Por esta razón, su duración, no excede los 50 minutos. El objetivo principal, es llegar al receptor, independiente del lugar físico donde se encuentre. Durante un viaje, en un descanso, en el baño, en el Metro, en la fila de un trámite, en cualquier minuto disponible.

La belleza no falta a la ética si describe un drama, por el contrario, la belleza lo universaliza.

ViralizArte es un formato que exige gran capacidad de síntesis, experiencia y calidad en el manejo del lenguaje Audio&Visual/Cinematográfico. Requiere una gran sensibilidad artística, poética, humana y social para la creación de la obra. ViralizArte, es poesía visual social.

El principio básico de esta propuesta, de este género audiovisual, es que todos quienes participan en su creación, aportan su experiencia, sus capacidades, sin que necesariamente deba existir dinero para su realización. En este proyecto, prima el objetivo colectivo de su gestión. Una especie de jam session audiovisual. Cada profesional involucrado desarrolla su arte en su área específica y finalmente lo suma al proyecto, de esta forma nace la obra y el espíritu colectivo, experimental. El propósito es que cada profesional/artista que intervienen: el fotógrafo, el músico, el editor, el director, entre otros, hagan suya la obra. De esta manera la obra se viraliza ya desde sus propios creadores. La imagen estética, bella, poética, con la palabra precisa, cruda, ruda, sabia, irónica, con humor, esta reflejada maravillosamente en la «chispeza».

ViralizArte puede ser concebido con material propio, de documentales, reportajes, bajados de Internet. Imágenes captadas principalmente por las mass media multinacionales, que registran imágenes por el mundo y no pagan derechos a las personas grabadas. Registro que no es permitido en los países desarrollados sin el consentimiento de quien será grabado. Por esta razón los cineastas y artistas del Tercer Mundo, tenemos el derecho de usarlas. Esos rostros, esos dramas, son nuestra realidad diaria, nos pertenecen, son nuestros hermanos. Usar esas imágenes, nos permite tener opinión de todo lo que acontece en el mundo.

Modus operandi

El grupo de amigos artistas involucrados, se reúnen al amparo de un buen vino, de una fría cerveza, de un auténtico café, mate o un rico té.

Es en este primer encuentro cuando alguien trae una idea, y la expone al grupo. En esta regada conversación, los participantes, cada uno desde su experiencia artística, reflexiona. Finalmente, cada uno en forma independiente trabajará en su área artística, se comunicarán vía internet las veces que sea necesario hasta «que más tarde que temprano», (o sea, bien maduro o chambreado), cada uno haga entrega de su aporte para el rodaje y montaje final de la obra. Finalmente, en un nuevo encuentro regado, se reúnen para disfrutar de la obra colectiva. En una especie de -Minga Audiovisual-.

El Arte no es para «hacer artistas», es para sacudir conciencias.

Manifiesto

  1. Como cineastas, estamos comprometidos con el desarrollo político, cultural y social de nuestro país en la construcción de una sociedad más igualitaria para la mayoría.
  2. Que el cine es un arte.
  3. Que entendemos por arte aquel que nace de la realización individual o colectiva, unidos por un objetivo común: la democracia en su plenitud.
  4. Que los artistas no deben militar en partidos políticos para así mantener sus sensibilidades, libres.
  5. Que el cine arte no se impone por decreto. Por lo tanto, no postulamos una sola forma de hacer cine, sino tantas como sean necesarias, para la creación de una cinematografía participativa en el desarrollo del país.
  6. Hoy están dadas las condiciones para hacer un cine social, un cine comprometido con los cambios. Las facilidades tecnológicas, el costo, la rapidez, los tamaños de los equipos así lo permiten. Si a esto sumamos las redes sociales a través de Internet, estamos completando el circulo, o sea, llegando al destinatario sin tener que depender de las plataformas de exhibición tradicionales, los mall del cine y la televisión gobernada por el rating.
  7. Que es un derecho nuestro como cineastas del Tercer Mundo, usar en forma indiscriminada el material audiovisual de las cadenas multinacionales de televisión, de documentales, reportajes y toda imagen que la gente común, graba y sube a Internet.
  8. Que el utilizar esas imágenes, nos facilita romper el monopolio de la «verdad» que nos venden, que nos imponen las mass media del primer mundo y que nuestra televisión tan gentilmente compra.
  9. Que una sociedad que siente orgullo por su cultura es un país que se libera.
  10. Nuestro norte es lograr que la cinematografía latinoamericana y africana se hermanen y así profundizar un intercambio constructivo, que ayude al desarrollo cultural de nuestras naciones.
  11. No existe la libertad de expresión sin difusión. Nadie puede saber de la existencia de nuestro patrimonio cultural o de creaciones que se realizan en todos los ámbitos si no sabemos de su existencia. En una sociedad de mercado ningún producto existe, ni los políticos existen sin publicidad o propaganda. Debemos exigir compartir los recursos que destina el Estado para la difusión, a estos recursos hay que sumar nuestra creatividad para encontrar las formas de llegar al público.
  12. Luchar por que la enorme cantidad de dinero que se destina a la participación de cineastas nacionales en las alfombras rojas de fastuosos festivales europeos, sean reducidas. Los festivales europeos son los que, hasta no hace mucho, eran los «zoo humanos», que los europeos recreaban para que sus ciudadanos pudieran conocer a los diversos aborígenes del mundo. Debemos dejar ser tontos útiles de quienes nos ven como productos etnográficos. A cambio, fortalecer nuestros lazos con los países vecinos y africanos, y en conjunto desarrollar nuestra cinematografía para que sea fiel representante de nuestra rica diversidad. Nuestro continente tiene cerca de 500 millones de hispanoparlantes.
  13. Que el cine arte o de autor, no es un negocio. Nuestro cine debe ayudar a cambiar el espíritu, entregar conocimientos y belleza. Un cine que sane, optimista, alegre, creativo y que ayude a encontrar la finalidad en la vida.

Los festivales no deberían ser competitivos, sino todo lo contrario. En estos eventos debería reinar la camaradería, la comunicación entre los pares, el intercambio de experiencias, información etc. La curatoria debería ser lo más importante, así todos los que sean seleccionados a participar en el festival, compartan un mismo diploma de participación, y dediquen su tiempo a conversar entre colegas, a realizar talleres, masterclass, debates, intercambios, dialogar con el público, en resumen, ser más sociables. Solo así lograremos construir país.