En mi anterior colaboración, escribí acerca del uso de los signos de puntuación para elaborar un texto cohesionado, enfocándome en la coma. Como lo había anticipado en aquella y previas ocasiones, en este artículo seguiré explicando cómo se utiliza otro de los signos de puntuación denominados «delimitadores principales» según la RAE: el punto y coma.

Al respecto, en el Estudio de campo: lenguaje escrito, cuya investigadora principal fue la experta española Estrella Montolío, se precisa que el punto y coma es uno de los signos básicos de puntuación que peor se utiliza en general, pese a que su uso es, en principio, mucho más sencillo que el de la coma. En dicha fuente se agrega que parte de la dificultad del uso del punto y coma radica, principalmente, en que no suele estar muy claro el alcance de su función delimitadora; es decir, su mal uso se deriva de que no se sabe muy bien para qué sirve.

En esa misma línea, en el Manual de escritura académica y profesional, se plantea una idea similar acerca de este signo: «El punto y coma no suele provocar errores, no porque sea fácil utilizarlo, sino, fundamentalmente, porque casi nadie lo usa». Ya expliqué en otro artículo que uno de los usos del punto y coma es separar oraciones sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación semántica. En esta oportunidad, ampliaré sobre ello; además, escribiré acerca del punto y coma para separar elementos de una enumeración compleja, así como sobre su uso ante conectores.

El punto y coma también sirve para separar oraciones

En el mencionado Estudio de campo, se indica que el punto y coma delimita generalmente unidades sintácticas independientes, yuxtapuestas, que mantienen entre sí una relación fuerte desde el punto de vista informativo. Asimismo, se agrega que dicho signo es similar al punto y seguido, lo que explica la mayor tendencia al uso de este en lugar del punto y coma.

En cuanto a tal uso, resulta pertinente agregar que, según dicha fuente, el uso de la coma (,) para delimitar oraciones en lugar del punto y coma (;) o del punto y seguido (.) no es adecuado. Ello se debe a que con la coma se indica que la estructura marcada con este signo no se ha completado; además, la coma se utiliza para delimitar unidades menores que la oración. Para explicar ello, en el Estudio de campo se presenta el siguiente ejemplo (la primera oración se ha destacado en negrita):

Las vacaciones de Navidad, Semana Santa y Verano se le conceden por mitad a ambos padres, sin hacer mayores especificaciones, dejando a los mismos la posibilidad de llegar a acuerdos en esta materia en función de sus circunstancias, en caso de discrepancia entre los padres los años pares elige la madre y los impares el padre.

En este párrafo, se ha utilizado incorrectamente la coma para separar las dos oraciones, ya que la presencia de dicho signo denota que la primera oración no ha terminado. Sin embargo, dicho enunciado sí constituye una unidad con sentido completo; por ello, se debió marcar empleando punto y coma, o punto y seguido. En cambio, en este caso, la coma resulta un signo insuficiente e inadecuado.

Cabe recordar que, según la RAE, depende del escritor optar por el punto y coma o el punto para separar oraciones en función de su intención comunicativa. Es decir, si se considera que existe una estrecha relación semántica entre las oraciones y se quiere remarcar ello, se optará por el punto y coma; de lo contrario, se utilizará el punto y seguido.

Al respecto, en Manual de escritura, se precisa —en el mismo sentido que la RAE— que el uso del punto y coma depende de la conexión semántica que perciba el autor entre las oraciones que se separan. Para explicar ello, en dicha obra se presenta el siguiente ejemplo (la segunda oración se ha destacado en negrita):

Los grupos nominales se forman en torno a un sustantivo, como en Esa carta que me enviaron; los grupos adjetivales expanden un adjetivo, como en Demasiado cansado de esperar; los grupos verbales se construyen en torno a un verbo…

En este párrafo, se han utilizado puntos y coma para separar las tres oraciones, ya que se considera que entre ellas existe un marcado vínculo semántico. En efecto, todas desarrollan temas afines: diferentes grupos sintácticos (nominales, adjetivales, verbales…).

El punto y coma sirve para separar elementos de una enumeración

En el Estudio de campo, se señala que el punto y coma es adecuado en una enumeración para separar elementos complejos con puntuación interna. Para explicar ello, se plantea el siguiente ejemplo (cada uno de esos elementos se ha destacado en negrita):

En el armario colocó la vajilla, en el cajón, los cubiertos, en los estantes, los vasos, en la despensa, los alimentos, etc.

(Tomado y adaptado de Ortografía de la lengua española, RAE)

En este enunciado, se evidencia un mal uso de la puntuación, ya que se han colocado algunas comas en lugar de los necesarios punto y coma para separar los elementos enumerados. En efecto, cada una de las comas delimitadoras colocadas luego de las palabras vajilla, cubiertos, vasos y alimentos se confunden con las otras comas internas de dichos elementos enumerados.

Según lo expuesto, la forma correcta de redactar este ejemplo analizado es la siguiente:

En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos; en los estantes, los vasos; en la despensa, los alimentos; etc.

Al puntuar el enunciado anterior de esa manera, sí se delimita adecuadamente dónde acaba un elemento de la enumeración y dónde empieza el siguiente.

En ese mismo sentido, según el Libro de estilo de la lengua española de la RAE, se recomienda el uso del punto y coma para separar elementos de una enumeración que a su vez contengan comas. En estos casos, se recomienda optar por emplear la coma antes de alguna conjunción —y, e, o, u, ni— final si la hubiera.

Como ejemplo, en dicha fuente se aporta el siguiente enunciado que, a pesar de enumerar elementos que a su vez contienen comas, está bien organizado. Esa adecuada estructuración se logra mediante el uso de los punto y coma para separar los cuatro elementos enumerados (Martín, Antonio, los tíos y la madre, cada uno de ellos destacado en negrita):

Vinieron Martín, mi primo; Antonio, mi hermano; mis tíos, Javier y Elena, y mi madre.

En caso contrario, de acuerdo con el Estudio de campo, el uso de comas en estos casos complica enormemente la lectura y, en consecuencia, la comprensión del enunciado. Ello se debe a que, usando comas, sería imposible identificar de inmediato los distintos elementos que conforman la enumeración.

Además, la RAE indica que se debe poner punto y coma entre los elementos enumerados aunque alguno de ellos no contenga comas. En el siguiente ejemplo propuesto en su Libro de estilo, se observa que uno de los elementos enumerados (Antonio) no contiene coma, por ser una sola palabra. No obstante, todos los miembros de la enumeración, incluido ese, deben separarse mediante puntos y coma:

Vinieron Martín, mi primo; Antonio; mis tíos, Javier y Elena, y mi madre.

El uso del punto y coma ante conectores

Según la Gramática y Ortografía básicas de la lengua española de la RAE, se recomienda escribir punto y coma delante de conectores discursivos que vinculan estructuras de cierta longitud. Cabe recordar que la función principal de los conectores —también conocidos como marcadores textuales o del discurso— es orientar al lector sobre el sentido en que debe interpretarse lo que viene a continuación de ellos.

En cuanto a los conectores, en el Manual de escritura, se precisa que existen dos clases gramaticales. Unos están especializados en relacionar ideas dentro de una misma oración; es el caso de pero, mientras que, por lo que... aunque, si, porque, a fin de que, a menos que, etc. Estos conectores intraoracionales van precedidos de coma. Para explicar todo ello, en dicha obra se presenta el siguiente ejemplo (se ha destacado en negrita el conector respectivo):

Hoy en día los clientes siguen teniendo sueños grandes, pero sus bolsillos son más pequeños.

En esta oración, se ha usado el conector intraoracional pero para relacionar las dos ideas que constituyen dicho enunciado; además, este marcador textual va precedido por coma.

En cambio, otros conectores, como sin embargo, ahora bien, por tanto, así pues, es decir, de hecho, de otro modo, etc., unen ideas que se desarrollan en oraciones distintas; esto es, dichos marcadores textuales son supraoracionales. Estos conectores pueden desplazarse dentro de la segunda oración y deben escribirse entre dos signos: van seguidos obligatoriamente de una coma, y precedidos ya sea de coma, de punto y coma, o de punto, según corresponda. Para explicar todo ello, en dicha obra se presenta el siguiente ejemplo, adaptado, con tres versiones alternativas (se ha destacado en negrita el conector respectivo):

Hoy tenemos los jóvenes mejor preparados de nuestra historia; sin embargo, su futuro profesional no está garantizado.

Hoy tenemos los jóvenes mejor preparados de nuestra historia; su futuro profesional, sin embargo, no está garantizado.

Hoy tenemos los jóvenes mejor preparados de nuestra historia; su futuro profesional no está garantizado, sin embargo.

En estas tres versiones, se ha usado el conector supraoracional sin embargo para relacionar dos ideas expresadas en oraciones diferentes; además, este marcador textual en cada versión va escrito entre dos signos: siempre seguido de una coma y precedido de punto y coma, o de coma, según corresponda en cada caso.

De acuerdo con el Manual de escritura, dicha autonomía de los conectores supraoracionales explica que funcionen uniendo entre sí oraciones, así como fragmentos más complejos, como conjuntos de oraciones, párrafos o segmentos textuales. Para graficar ello, se presenta el siguiente ejemplo (se han destacado en negrita los conectores suproracionales que vinculan párrafos):

Para un lenguaje solidario (inclusivo)

Vivimos en un mundo desigual e injusto donde se potencian actitudes conformistas, androcéntricas (el mundo se ve siempre desde una perspectiva masculina) y etnocéntricas (hay unas razas superiores a las demás)…

Se ha dicho que el lenguaje es un reflejo del sistema de pensamiento colectivo, de cómo piensa, siente y actúa una sociedad. Por consiguiente, el lenguaje nunca es imparcial…

Por ejemplo, observemos que, cuando se tiene que utilizar una fórmula para referirse a individuos de ambos sexos, la balanza siempre se inclina hacia la variante masculina: hablamos de «profesores», «directores» para aludir a profesores y profesoras, directores y directoras…

Por otra parte, la mayoría de libros de texto que encontramos en el mercado envían mensajes sexistas escondidos detrás de redacciones normales o ilustraciones gráficas. En particular, nunca encontraremos padres haciendo los trabajos de casa ni madres ejecutivas…

(Tomado y adaptado de La cocina de la escritura, Daniel Cassany)

De otro lado, según la Ortografía de la lengua española de la RAE, el signo de puntuación antepuesto al conector se elige en función de la longitud de las estructuras vinculadas —cuanto más extensas sean, mayor será la necesidad de escribir punto y coma o punto— y la presencia de otros signos. Asimismo, ello depende también de la intención de presentar la información más o menos ligada por parte de quien escribe.

En esa misma línea, según la Gramática y Ortografía de la RAE, se recomienda el uso del punto ante conectores si las estructuras que se vinculan son muy extensas. Para graficar ello, en dicha obra se presenta el siguiente ejemplo (se ha destacado en negrita el conector respectivo):

Este año han sido muy escasos los días en que ha llovido desde que se sembraron los campos. Por consiguiente, lo esperable es que haya malas cosechas y que los agricultores se vean obligados a solicitar ayudas gubernamentales.

Queda pendiente explicar cómo se utilizan los dos puntos —otro de los signos de puntuación denominados «delimitadores principales» según la RAE— para elaborar un texto cohesionado. Por ello, me comprometo a seguir escribiendo sobre dicho signo en la cuarta y última parte de este artículo. Me despido hasta una próxima oportunidad.