El politeísmo es un tipo de teísmo basado en la creencia o adoración de múltiples deidades. Es usual escuchar cómo el budismo y el hinduismo son religiones politeístas comunes en los países asiáticos, pero ¿cuál es la diferencia en términos de Europa? ¿Por qué hay una clara dominación de las religiones monoteístas? La respuesta se basa en un factor principal: la historia de las antiguas civilizaciones.

Alrededor del año 3000 a.C. los sumerios, los acadios, los asirios y los babilonios (todas civilizaciones en Oriente Medio y Asia), aún con sus diferencias culturales, ya adoraban a varios dioses. A causa de la carencia científica de los fenómenos naturales, la gente se empezó a preguntar ¿qué causa que la lluvia caiga del cielo?, ¿por qué las estrellas brillan?, ¿quién hace que los pueblos tengan alimentos? Esta curiosidad para tratar de averiguar por qué sucedían aquellas cosas, se convirtió en una nueva manera de comprender el mundo, a través de la veneración de divinidades, fuerzas divinas capaces de satisfacer las necesidades de los civiles.

Por otro lado, el monoteísmo se fundamenta en la adoración de un único dios todopoderoso (omnipotente, omnipresente y omnisciente) que cuidará de los otros dioses. Se estima que alrededor del siglo 1000 a.C. los judíos, en Asia, empezaron a configurar y desarrollar esta creencia.

Así, ¿cuál fue el factor detonante del monoteísmo? Para encontrar la respuesta tenemos que desplazarnos a la antigua Grecia, Egipto y Roma. A través de los templos, los creyentes adoraban a un grupo de deidades. Aun así, creían en un solo dios pero con diferentes nombres dependiendo de su misión en la tierra o en el cielo. Además, no se negaba la existencia de los otros dioses, sino que solo dejan de adorarlos.

De esta manera, las diferentes civilizaciones unieron el concepto de una sola unidad divina y esta idea se fue extendiendo hasta llegar al llamado monoteísmo. No obstante, es importante anotar que no hay un momento específico ni una transición en la historia donde el politeísmo sirve como punto de partida del monoteísmo, sino que los dos han ido entrelazados a lo largo de la historia. Es verdad que hay religiones que exponen en los libros sagrados explícitamente la creencia de un solo dios, como es el caso del cristianismo y el islam. Aun así, hay varias interpretaciones, por ejemplo, con la Santísima Trinidad, donde se puede considerar que hay tres dioses en lugar de uno.

En conclusión, los dos conceptos de monoteísmo y politeísmo son bastante ambiguos o, en otras palabras, las religiones tienen diferentes interpretaciones, muy relacionadas con la historia y la cultura de las antiguas civilizaciones. Los textos y los libros sagrados son referencias para los creyentes de los buenos y los malos comportamientos. En otras palabras, son constituciones religiosas con unas «reglas» y enseñanzas a seguir para llegar a la plenitud, sea en forma de reencarnación, el cielo, etc. Lo que sí que vemos es una similitud en todas estas: el bien como finalidad de todas las acciones.

Todas las religiones están repartidas por todo el mundo, principalmente, siguiendo las costumbres que se transmitieron, de generación en generación, a lo largo de la historia. Todavía así, vemos que no hay una gran presencia de politeístas en Europa. Este hecho sucede porque no hay una fuerte tradición de las antiguas civilizaciones, cosa que no desemboca a la construcción de templos o espacios sagrados. Esta tendencia limita a los creyentes a practicar la religión desde casa o desde comunidades religiosas pequeñas. La pregunta que queda por responder es si habrá un cambio de tendencia donde el politeísmo y el monoteísmo tendrán una representación equivalente en los países tanto europeos como asiáticos.