Siempre es adecuado reflexionar sobre el pensamiento de los escritores que nos recuerdan la virtud del trabajo constante, férreo y elegante en el hacer y en el pensar, y en el placer de vivir los libros. Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, 1928) es el más universal de todos los escritores levantinos, el príncipe de la novela naturalista, costumbrista y regionalista valenciana de todos los tiempos, pero también de la poesía en prosa y del periodismo. Y hemos de tener en cuenta que escribía a pluma y tintero, no existían los bolígrafos ni los procesadores de textos actuales.

Si Zuloaga (1870-1945) recreó los tipos castellanos con sus pinceles con toda fidelidad, será Vicente Blasco Ibáñez quien retratará los tipos valencianos con toda exactitud a través de la escritura, de carácter republicano y antimonárquico. Sus novelas costumbristas adquirieron más fama fuera en el extranjero que en España gracias al cine mudo. Su primera obra de éxito fue La barraca, una novela que denunciaba la injusticia social en la Valencia campesina. Otras de sus obras de carácter regional son Arroz y tartana, Cañas y barro, La Catedral, Entre naranjos. Su obra más famosa es Los cuatro jinetes del Apocalipsis, de 1916, traducida al inglés en 1919 y llevada al cine de Hollywood, lo cual le hizo inmensamente rico en Norteamérica. Esta novela se ocupa de dos familias enfrentadas durante la Primera Guerra Mundial. Blasco tenía un discurso novelesco progresista sobre la igualdad entre hombres y mujeres, y también antimonárquico y anticlerical. La realidad de la vida es, sin duda, diferente cuando se es rico a cuando se es un simple obrero.

El presente ensayo se acota a los últimos años de su vida, exiliado en su villa Fontana Rosa en Menton en la Costa Azul al sur de Francia en el límite con Italia, en los Alpes marítimos, donde falleciera el 28 de enero de 1928, a los 61 años.

Éxitos económicos en su gira norteamericana

La gira norteamericana se la organizó un tal Mr. Pond —cuyo abuelo había organizado la gira de Charles Dickens por los Estados Unidos—, que le hizo inmensamente rico por la traducción al inglés de Los cuatro jinetes del Apocalipsis, el primer best-seller de la historia. En octubre de 1919, Blasco Ibáñez viajó a los Estados Unidos, invitado por las grandes editoriales, cadenas periodísticas y productoras cinematográficas, que deseaban conocer al autor y traducir sus obras. Blasco permaneció en los Estados Unidos hasta junio de 1920, recibiendo los más altos honores, como el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad George Washington, y visitando, entre otros, el Congreso o la Academia de West Point. Viajó por todo el país. Ganó mucho dinero con las conferencias y una cadena de prensa le contrata por mil dólares el artículo, una cifra nunca pagada hasta entonces. Al regresar a Europa se comprará un coche Rolls Royce. En Hollywood firma el contrato para las versiones cinematográficas de Los cuatro jinetes del Apocalipsis y de Sangre y Arena, que protagonizará, nada más y nada menos que el divo del cine negro y mudo, Rodolfo Valentino. Greta Garbo debuta en Sangre y Arena. Después, visita México invitado por el presidente Venustiano Carranza Garza, que había participado en la segunda etapa de la revolución mexicana.

La villa Fontana Rosa en Menton (Francia)

En 1922, había comprado una finca en Menton a un artista alemán y construyó a su gusto Fontana Rosa, con recuerdos de su chalé de la playa de Malvarrosa de su Valencia natal (hoy convertida en Casa-Museo que lleva su nombre). Poco antes de iniciar la vuelta al mundo, en España se había instaurado la dictadura militar de Primo de Rivera —con la anuencia del rey Alfonso XIII— el 13 de septiembre de 1923, y al ser peguntado Vicente sobre el golpe de Estado respondió: «Me encuentro alejado de la política y no voy a abandonar mi proyecto de dar la vuelta al mundo». Actitud que fue criticada severamente por Manuel Azaña en unos artículos para desprestigiarle.

En 1939, la villa fue saqueada; más tarde fue abandonada por sus herederos durante más de treinta años. Fue cedida en 1970 por los herederos de Blasco Ibáñez al pueblo de Mentón. Desde 1985, se empezó a restaurar el sitio y, desde 1993, las cerámicas.

Únicamente se puede visitar mediante cita con el servicio de patrimonio local. Hoy es la villa Monumento Histórico francés. En la Fontana Rosa comienza y finaliza su libro La vuelta al mundo de un novelista. Allí terminó sus días y escribió: «Algo sobrenatural anima cuanto me rodea, como si durante la noche se hubieran trastornado los ritmos y los valores de la vida. El jardín me habla»...

La Novela de la Costa Azul

La Novela de la Costa Azul la escribió completamente en su villa de la Fontana Rosa, mirado las puestas de sol y dejándose llevar por lo que le decían los árboles, la brisa marina y las plantas, e incluso los peces de su estanque de nenúfares… Su estilo es poético y reflexivo con la nostalgia del tiempo pasado. Son un conjunto de novelas cortas sobre la juventud que se pierde y la muerte que se avecina por la edad. Consta, según el ejemplar digitalizado en el portal de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, de:

  • Portadilla
  • Portada
  • Al lector
    1.- Novela de la Costa Azul
  • Puesta de sol
  • La familia del doctor Pedraza
  • El sol de los muertos
  • El comediante de Fonseca
  • El viejo del Paseo de los Ingleses
    2.- En la Costa Azul
  • I.-El carnaval de Niza
  • II.-El camino de todos
  • III.-El que quiso casarse con la princesa
  • IV.-En torno al «queso»
  • V.-Las almas del Purgatorio
  • VI.-Los nuevos compañeros
  • VII.-Cómo los americanos cinematografían una novela

De ellas destaco: «El sol de los muertos y otros cuentos», una novela corta publicada en 1923. En Cantabria se conoce como el sol de los muertos al crepúsculo sangriento de la tarde que, según la mitología, enviarían los difuntos, como emulación del ocaso de la vida. Esta tradición ha pervivido hasta nuestros días, porque además amenaza lluvia. Se creía que en tal momento era cuando los muertos regresaban a la vida de ultratumba.

El último listado de ventas indica que, hasta mayo de 1924, se habían tirado 20,000 ejemplares en Valencia, Prometeo, una editorial que fundó junto con su amigo Francisco Sempere. Cosmopolita, recogió en este volumen cinco novelas cortas situadas en su mayoría en la Riviera francesa durante la «Belle époque», aunque alguna transcurra en la poderosa geografía americana. Siguen siete cuentecillos entre el lujo de Niza o Montecarlo.

Contra la dictadura de Primo de Rivera

A la llegada de la dictadura militar del general Primo de Rivera, Blasco Ibáñez se exilia definitivamente en su villa Fontana Rosa, donde escribe novelas por encargo —un editor le llega a adelantar 50,000 dólares por una que trate sobre el descubrimiento de América— y, súbitamente, decide realizar un viaje alrededor del mundo. Partió desde Francia hasta Nueva York a bordo del transatlántico «Mauretania», para embarcarse en el transatlántico de lujo «Franconia», junto con Elena Ortúzar, y la doncella burgalesa Casilda Saéz, y otras 300 personas, la mayoría norteamericanos, para dar la vuelta al mundo. El viaje costaba 20,000 dólares de la época, por lo que era un viaje exclusivo para millonarios. El 20 de octubre de 1923 se inició la singladura, teniendo previsto regresar a principios de abril de 1924 y desembarcó en Mónaco con 23 cajas de objetos comprados en su viaje; escribió La vuelta al mundo de un novelista en tres tomos en 1924 y 1925. De este viaje extrae también cuantiosos beneficios al escribir crónicas periodísticas sobre los lugares exóticos que visitó.

Miguel de Unamuno fue desterrado a Fuerteventura (Canarias) durante cuatro meses en febrero 1924 (suspendido de su cátedra y de sueldo), junto con el exdiputado republicano, Rodrigo Soriano, castigado por el régimen de Primo de Rivera, de quien fueron látigos impenitentes. El destierro se produjo por la aparición en El Sol de la carta de Unamuno al historiador Antonio García Solalinde. Unamuno se fuga de Fuerteventura en la madrugada del 9 de julio del 24, ya enterado de su indulto. Se exilia voluntariamente a Francia; primero a París y, poco después, a Hendaya colabora en España de Honra y Hojas libres que se publica en Bayona.

Pero cuando Blasco Ibáñez regresa de dar la vuelta al mundo y se entera de los acontecimientos y el destierro de Unamuno se decide a combatir la dictadura de Primo de Rivera. A pesar de que gozaba de una posición económica envidiable, y de que ponía en peligro su candidatura para optar al premio Nobel de Literatura, no pudo permanecer impasible, y se unió a los intelectuales españoles exiliados en París. Así, además de participar y financiar un semanario parisino España con Honra. Junto con Unamuno y Eduardo Ortega y Gasset, publicó su manifiesto Una nación secuestrada para denunciar la situación política de nuestro país. Como consecuencia, el Ayuntamiento de Valencia retiró la placa de la plaza que le había sido dedicada y persiguió a su familia en Valencia. Posteriormente, Blasco Ibáñez comenzó una campaña personal contra Alfonso XIII a través de sus libros Alfonso XIII desenmascarado y Lo que será la República española (al país y al ejército).

Vida privada

Vivió toda su vida compartiendo la política, el periodismo, la literatura, la escritura y el amor a las mujeres, de las que era un admirador profundo, tanto de su belleza física como de su psicología. Se definía como un hombre de acción, antes que como un literato, con un don especial para atraer a las masas. Escribía con inusitada rapidez. Amaba la música tanto o más que a la literatura. Wagner le apasionaba; su apoteósica música exaltaba su viva imaginación y soñaba con los dioses nórdicos y los héroes mitológicos como Sigfrido, nombre que más tarde pondría a uno de sus cuatro hijos. En su obra Entre naranjos nos deleita con el simbolismo de las óperas del célebre compositor. En una reunión típica de la época, en que los jóvenes se reunían para hablar de música y literatura y recitaban poesías, conoce a la que sería su esposa María Blasco del Cacho, de la alta burguesía castellonense. Se casaron el 18 de noviembre de 1891. A pesar de tener el mismo apellido, no eran familia. Tuvieron cuatro hijos: Mario, Libertad, Julio César y Sigfrido. Libertad, falleció de niña, y Julio César falleció a los veinticuatro. Tras la muerte de María Blasco, el 21 de enero de 1925 en Valencia, a los cincuenta y cinco años, de la que estaba prácticamente separado, contrajo segundas nupcias con su amante chilena de ascendencia vasca, Elena Ortúzar, el 4 de julio en Mentón; se dice que lo único que le interesaba a ella era su dinero.

Conclusión

Pienso, sinceramente, que Vicente Blasco Ibáñez fue un genio de las letras, de vida azarosa y comprometida con la libertad, y que, por ello, requiere estudios académicos más profundos para situarlo en la Historia como se merece, promoviendo becas y premios literarios que lleven su nombre por las instituciones oficiales y académicas.

Notas

Blasco Ibáñez, V. (1924). La Novela de la Costa Azul, digitalizada en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante.
Callabed, J. (2018). Blasco Ibáñez y su Fontana Rosa en Mentón. Andalán. Marzo, 22.
Del Arco López, V. (2017). La prensa como fuente: España con Honra, un semanario con la dictadura de Primo de Rivera. Universidad de Salamanca.
Fernández Palmeral, R. (2017). La enemistad entre Azorín y Blasco Ibáñez, Alicante Hoy. Julio, 18.
Fundación Centro Estudios Vicente Blasco Ibáñez. Datos basados en el libro Vicente Blasco Ibáñez, biografía escrita por D. José L. León Roca.
Sánchez Vivó, R. (2019). Blasco Ibáñez: un viaje de cuento a la Costa Azul, Valencia Plaza, digital. Septiembre, 15.