«Ya no hay nada que pueda sorprendernos», me dijo una vez un colega, luego de haber llevado a sus hijos al cine a ver la película de superhéroes del momento; y es que, según él, con tantas explosiones, caídas de edificios y peleas entre personajes de características increíbles, se habían agotado todas las ideas. Quizá esto es cierto para las producciones comerciales, donde en muchas ocasiones no son los conceptos los que se renuevan, sino la audiencia misma, de generación en generación; pero para ese otro cine, del que yo aproveché para hablarle, los frutos son inagotables y se hallan disponibles para quien esté dispuesto a participar.

El cine independiente (también indie) fue llamado así porque, buscando ser libre de los códigos establecidos por los grandes estudios fílmicos, nació fuera de ellos, con todo lo que eso implicaba: independencia financiera, artística y autoral. Esto no quiere decir necesariamente que sean proyectos de bajo presupuesto, ni mucho menos que, por esa restricción, sean de mala calidad; al contrario, significa que en pos de llevar a la pantalla una obra única, por la cual el principal interés es el amor a ella, se ha hecho todo lo que se tenía que hacer para ejecutarla como es debido.

El término independiente ha evolucionado tanto, que a veces se introducen en él varias cosas que ya han quedado lejos de la definición original y, así mismo, con la intención de simplificarlo, se ha dicho que este cine es todo menos lo que hace Hollywood. En cualquier caso, mediante la siguiente lista de motivos (y, claro, también de recomendaciones) para ver y promover esta faceta del séptimo arte, se podrán apreciar de manera simultánea las características que lo constituyen y, de igual modo, su amplio contraste con los filmes convencionales.

Sentido personal

Una filosofía manejada por varios cineastas independientes, y también por artistas de distintos ámbitos, es la que podríamos llamar coautoría, en la que el espectador es quien, a través de sus propias vivencias y puntos de vista, termina por darle un significado a la historia. Es decir, cada uno debemos completar ciertos espacios, lo cual representa la oportunidad de llevar la obra a un grado más personal.

Por mencionar una experiencia propia, la primera vez que vi Only God Forgives (Dinamarca/Francia, 2013), no pude comprenderla. En aquel tiempo estaba poco familiarizado con este cine y, dado que mi expectativa era que el filme se explicara por sí mismo, no cooperé con él. Así que volví a verlo, con un enfoque más participativo, y fue entonces cuando aparecieron cosas que no había notado antes. Luego, por mi fascinación, lo hice en una tercera ocasión y, finalmente, pude mirar hacia dentro de la obra, encontrando una razón de ser para cada una de las escenas proyectadas. Se había mezclado conmigo mismo en una especie de alquimia, de tal suerte que, incluso, se convirtió en mi película favorita hasta la fecha.

Lo más interesante de esta participación es que no se trata de encontrar la respuesta correcta para lo que cada filme nos quiere transmitir, sino que hay todo un universo de interpretaciones y que, aun cuando el escritor haya tenido la suya propia, esta no invalida las del público. Todas son igualmente legítimas.

La idea de muchas personas, de que al cine uno va a entretenerse, no debería estar en contraposición con el hecho de pensar, analizar y resolver lo que uno está viendo. Cierto, siempre será más sencillo simplemente poner los ojos en la pantalla y saber, sin ningún esfuerzo, lo que está pasando; pero, la trascendencia y la inspiración, que inclusive alcanzan los niveles que nos otorga un libro, son por sí mismas una manera de descanso frente a los altibajos de la vida diaria.

Si un millón de personas ven mi película, yo espero que ellas vean un millón de películas diferentes.

(Quentin Tarantino, director, productor, guionista, editor y actor estadounidense)

Historias inusuales (en el buen sentido)

Mientras que el cine comercial generalmente exhibe una trama externa, es decir, donde lo más relevante son las situaciones en torno a los personajes, el cine independiente maneja, de forma principal, una trama interna; planteamientos intensamente psicológicos o espirituales, que muchas veces usan como recurso condiciones que son inverosímiles, pero que sirven para exponer el conflicto del individuo. Es aquí donde surgen escenas llenas de silencio que, si bien pueden resultar incómodas para algunos espectadores, vistas con profundidad ofrecen resultados inimaginables.

Hollywood, al haber reconocido la grandeza de algunas películas independientes, pero seguro de que en su forma original no representan una oportunidad lucrativa, ha comprado los derechos para hacer sus propias versiones, las cuales suelen modificar parte de las tramas, de modo que sean digeribles, y las proyectan bajo condiciones más favorables, en idioma inglés y con actores conocidos.

Afortunadamente, también hay casos en los que algunas cintas del cine indie han logrado destacarse al nivel de las películas comerciales, a pesar de sus insólitos contenidos. Por mencionar algunos ejemplos están: Pulp Fiction (Estados Unidos, 1994), Trainspotting (Reino Unido, 1996), A Clockwork Orange (Reino Unido/Estados Unidos, 1971) y Donnie Darko (Estados Unidos, 2001). Como sea, el solo hecho de tener acceso a una película que nos muestra una historia distinta a las que estamos acostumbrados, representa en sí un punto a favor para darle una oportunidad.

Al hacer tu primera película, es muy importante que sea un éxito comercial, porque eso te da un par de veces para experimentar, hasta que tengas que ganar el premio mayor otra vez.

(Nicolas Winding Refn, director, guionista y productor danés).

Emociones substanciales

Cuando me enteré de que en el cine de mi ciudad se presentaría The VVitch (Estados Unidos/Canadá, 2015), una obra de terror independiente, fui a verla con mi esposa. Como era de suponerse, debido al género de la película, la sala estaba llena de jóvenes parejas dispuestas a horrorizarse; sin embargo, claramente esperaban algo distinto. Conforme avanzó la proyección, algunas decidieron retirarse, y al final, durante los créditos, escuché ciertos comentarios en tono de queja, como: «No me asusté nada».

Algo que hay que aclarar sobre el cine independiente, es que muchos de sus trabajos son bastante sutiles con respecto al manejo de emociones y esto es así porque su intención es inyectarlas en un lugar más profundo que el resto de las películas, donde tendrán un efecto mayor y más trascendente. Al observar un filme de terror independiente, muy seguramente no encontraremos un jump scare o un screamer, que tal y como lo indican sus nombres en inglés, son cambios audiovisuales repentinos para que la gente grite o salte del susto; sin embargo, sí vamos a experimentar una incomodidad interna, una sensación de que algo no marcha bien y, por último, un miedo verdadero. Cualquiera puede cambiar una escena súbitamente y acompañarla de ruido o música ensordecedora, pero sólo un verdadero artista será capaz de crear una sensación. De esto se perdieron algunos de aquellos adolescentes al ver The VVitch, indiscutiblemente por no colaborar con ella.

¿Alguna vez has pensado que una escena mostrando el acercamiento al escote de una mujer podría ser pornografía, en tanto tenerla a ella completamente desnuda no lo es? El cine indie nos enseña que lo importante es la substancia que está detrás, y nos ofrece erotismo en lugar de vulgaridad, humor en lugar de comedia, tristeza en lugar de lágrimas, venganza en lugar de solo peleas y una interminable lista de ejemplos más.

Cuando escuchas por primera vez la música de Mozart, tu primera impresión es que está muy viva, pero si quitas las capas, puedes escuchar el pesar y la tristeza detrás de ella; y es por eso por lo que trato de ser multicapas.

(Park Chan-wook, director, productor, guionista y crítico sudcoreano)

Tramas impredecibles

En los filmes independientes, las tramas parecieran competir por ser únicas en sus formas y alcances y, así mismo, estar exentas de todo cliché. A esto colabora también el hecho de que no siguen los lineamientos de los géneros preestablecidos, por lo que es incluso difícil categorizarlas.

El cine indie no suele basarse en una sola idea, como el conocido giro inesperado (unexpected twist), sino que lo hace en todo un cúmulo de escenas y emociones, que evitan que sea predecible. De tal modo que no es suficiente con que alguien te platique un detalle de la historia; tienes que verla tú (y a veces querrás hacerlo más de una vez, como hemos dicho antes) para apreciarla y recibir aquello que en ocasiones solamente te será revelado a ti.

Por otra parte, si se ha pensado que, por la sutileza emocional que habitualmente tienen las películas indie, éstas pueden llegar a ser aburridas, es justo puntualizar que sus escenas muchas veces son bastante impactantes, más si no ha habido mucha relación con estos filmes. Recordemos que hablamos de un cine que se ha emancipado de los límites usuales, de modo que, por su carácter independiente, pondrá frente a nuestros ojos lo que sea que considere un recurso necesario para expresar aquello que busca (repito, lo que sea).

Creo que es importante que todos tratemos de darle algo a este medio, en lugar de solo pensar en cuál es la forma más eficiente de contar una historia o hacer que una audiencia se quede en el cine.

(Lars von Trier, director y guionista danés)

Inspiración subversiva

El cine de culto recibió este nombre dado que el nivel de afición que ciertas películas han provocado en el público se ha acercado a la devoción religiosa; es decir, estos filmes han trascendido de tal manera, que las personas y los medios los han hecho perdurar a través del tiempo, aprovechando cualquier oportunidad para rendirles homenaje, desde simplemente citar algunos de sus diálogos en la vida cotidiana, hasta incluir claras referencias a ellos en otros trabajos del cine y la televisión. Bajo este concepto podemos darnos cuenta de que no son solamente las películas independientes las que han logrado ese efecto en la audiencia, pero sí las que lo han hecho de manera más significativa y que, incluso, han inspirado a obras comerciales, al sentar un precedente y establecer nuevas ramas del cine.

La clave para este resultado es lo que las películas indie han encontrado en sus andares por terrenos inexplorados: la capacidad de transformar las ideas convencionales, no sólo del cine, sino de la sociedad, a través de retarlas, denunciarlas y, además, al proponer nuevos caminos.

La película trata sobre los devastadores resultados que pueden manifestarse al desencadenar al enemigo interno y permitir que desate el caos.

(Guy Ritchie, director, productor y guionista británico)

Contacto multicultural

Una de las mayores ventajas del cine independiente es que viene de todas partes del mundo, lo cual permite tener contacto con muchas culturas y, por medio de ellas, con nuevas formas de pensar y de ver las cosas. Al igual que sucede con los viajes al extranjero, la mente se expande al descubrir distintos horizontes y al entender que, en esencia, el ser humano es uno solo.

Claro está que Hollywood hace intentos por traer a la pantalla historias de varios países, pero lamentablemente las producciones se conservan en inglés, en ocasiones imitando pobremente los acentos foráneos, y teniendo en su reparto principal a actores estadounidenses. Todo esto les resta veracidad a las películas y hace que muchas de las veces éstas caigan en estereotipos irreales y ofensivos.

Si existe un interés verdadero por conocer el magnífico trabajo artístico de otras naciones, o incluso el que se está haciendo en tu propio país, los filmes indie son una excelente manera de hacerlo.

En Grecia realmente no se podía decir: «Me convertiré en un cineasta». ¿Un niño de 15 años en Grecia, en los años 80 y 90? No pasaba nada de eso.

(Giorgos Lanthimos, productor y director de cine y teatro griego)

Recomendaciones

Antes de pasar a la lista de películas que, personalmente, sugiero para introducirse al mundo indie (además de las que ya he citado más arriba), un consejo fundamental es no encasillar al cine. Esto es, aunque podamos distinguir ciertos patrones entre el cine convencional y el independiente, no podemos juzgar a todos los filmes que correspondan a uno u otro universo, por las buenas o malas experiencias que hayamos tenido con unos cuantos pues, así como hay bastantes producciones comerciales que son unas verdaderas obras maestras, también hay muchas del cine independiente que no llegaron a aterrizar la idea que estaban buscando. Por otro lado, como sucede en la apreciación de todo arte, es uno mismo quien termina por definir qué es lo que le agrada, con base en lo que esto aporta a su vida. De cualquier manera, el objetivo de este texto ha sido presentar esta otra cara del cine como una opción sumamente válida al momento de decidir qué ver, a sabiendas de que no gusta a la mayoría de las personas, pero que representa una magnífica forma de vivir este arte y que no tiene reversa.

Si bien no es común que las cadenas de cine tradicionales proyecten filmes independientes (justamente porque no es redituable), algunas de ellas cuentan con las llamadas salas de arte, que están activas por ciertos periodos de tiempo y que tienen como propósito mostrar este tipo de películas. Pero si esta opción no está disponible en tu ciudad, puedes recurrir a cinetecas o incluso a plataformas en línea, que muchas veces albergan algunos de los mejores filmes indie.

Espero que tengas oportunidad de ver al menos una de estas recomendaciones que, para sorpresa de algunos, incluyen también animaciones y producciones en las que trabajaron actores reconocidos, y que te gusten tanto como a mí.

  1. Antichrist (Dinamarca/Alemania/Francia/Suecia, 2009)
  2. Canino/Κυνόδοντας (Grecia, 2009)
  3. Das Experiment (Alemania, 2001)
  4. Diamond flash (España, 2011)
  5. El viaje de Chihiro/千と千尋の神隠し (Japón, 2001)
  6. Grave (Francia, Bélgica, 2016)
  7. Ich seh, ich seh (Austria, 2014)
  8. Irréversible (Francia, 2002)
  9. LFO (Suecia/Dinamarca, 2013)
  10. One Cut of the Dead/カメラを止めるな! (Japón, 2017)
  11. Relatos salvajes (Argentina/España, 2014)
  12. The Handmaiden/아가씨 (Corea del Sur, 2016)
  13. The Neon Demon (Francia/Dinamarca/Estados Unidos, 2016)
  14. Veneno para las hadas (México, 1984)