Parece que fue ayer cuando nos dijimos ¡feliz 2019!, pero no. Fue hace casi un año.

¿El tiempo pasa volando?

El que crea que el tiempo pasa volando, que se lo diga a los que esperan el nacimiento de un hijo… No. El tiempo no pasa volando. Nuestra percepción del tiempo, una vez que pasa, es uno más de nuestros autoengaños. La actividad frenética en nuestras vidas y el cambio de una tarea a la siguiente sin tener tiempo de pensar en lo que hemos hecho, es lo que nos hace creer que no hemos tenido tiempo de nada.

El tiempo vale mucho y lo tiramos muchas veces

Llega momento de hacer recuento y ver cuántas horas hemos empleado en Facebook, cuántas en Twitter y cuántas en Instagram. Debería haber un contador… Yo hace poco puse una alarma, está disponible en FB, te avisa cuando llevas más de X minutos usándolo durante el día. Es sorprendente. No tengo un vicio, tal vez sí lo tenga, pero es pequeño. No son muchos minutos los que le dedico, pero más de los que querría, sin duda.

El tiempo se vuela

Mentira. En este 2019 hemos hecho tantas cosas (buenas y malas) que somos incapaces de recordarlas. Y no se nos han volado las hojas del calendario como si se tratara de una publicidad de esas que había en los noventa en la televisión. El año ha sido intenso, hemos tenido alegrías y tristezas, pero si sentimos que se ha volado tal vez sea por una cosa: ¿cuánto tiempo hemos estado con los que realmente nos importa?

Ese recuento, esa vista atrás no es tan bonita si miramos al tiempo de calidad, al tiempo cono los que queremos. Sí, puede que hayamos estado más o menos con nuestros hijos, puede que nos duela un poco. Puede que a nuestra pareja no le hayamos dedicado todo el tiempo que queríamos… pero estábamos cerca y somos capaces de mejorar eso, está en nuestras manos… Lo que no está tan cerca es recordar a esa tía que está sola, a ese primo que lo ha pasado muy mal y vive a trescientos kilómetros y nos cuesta ir a visitar porque lo que le ha pasado también nos duele. Ese tiempo de calidad, ese que realmente le aporta a su vida y nos habría aportado mucho a la nuestra, ese es el que, cuando miramos atrás, nos hace ver que la vida no pasa tan rápido como creemos.

Hace poco estuve con mi familia en Argentina. El tiempo no pasa tan rápido cuando estás a gusto, cuando tienes muchas cosas de las que hablar. Es como poner la cámara lenta y saborear cada minuto, cada mirada, cada roce de las manos, cada abrazo. El tiempo no vuela, nunca vuela. Somos nosotros los que lo dejamos volar, sin darnos cuenta.

2020

Así que dentro de unos días pondremos de nuevo el contado a cero. 366 días para aprovechar. Este año, como cada cuatro, el contador nos devuelve esas 6 horas acumuladas durante el cuatrienio para que podamos aprovecharlas todas juntas el 29 de febrero. Espero que os cundan, yo, por mi parte intentaré hacer uso de ellas hablando y compartiendo tiempo con los míos. No sé si será la edad, o la vida misma, pero cada día me alegro más de vivir un día más y me gusta compartirlo. Os deseo que las 8.784 horas de 2020 sean para vosotros 8784 regalos para compartir con los que más quieran y aprecien. Incluso pueden usar unas pocas para leer, que al parecer no está muy de moda.

¡Feliz 2020! Y a disfrutar.