Zenón de Citio fue un filósofo cosmopolita y humanista fundador del estoicismo.

Nace en Citio, Chipre, entonces colonia griega, en el año 333 a.C. y emigra a Atenas en el 311 a.C. De probable origen fenicio y comerciante hasta que se dedica a la filosofía.

Fue parte de la escuela cínica de Diógenes, pero luego se cansa de sus extremos. También recibe la influencia de las ideas de Heráclito, Platón y Aristóteles.

Se discute la afinidad o influencia del judaísmo en su pensamiento; así como las semejanzas entre las ideas de Zenón y las del cristianismo.

En el año 301 a.C. funda su propia escuela llamada estoica porque daba sus lecciones en la Stoa o pórtico pintado del ágora de Atenas.

Al ser extranjero no puede participar en la política ateniense, pero se ocupa de los temas políticos en sus clases y en sus diferentes libros que por cierto se extraviaron y de ellos solamente nos quedaron fragmentos transmitidos por sus discípulos: La República, Los signos, El discurso, La Naturaleza, La vida según la naturaleza y Las pasiones.

De carácter tolerante y respetado por su recto modo de vida. Sus ideas han sido muy influyentes en el mundo romano primero y luego en el pensamiento occidental.

Entre otras expresiones, ha dicho que existe un orden racional y natural de las cosas y que el bien del individuo consiste en vivir de acuerdo con ese orden. Afirma que la virtud es vivir conforme a la naturaleza y dominar las pasiones. Así también que el deseo de bienes, riquezas y honores aleja de la virtud.

En su pensamiento está presente la ley de la causa y el efecto. Al respecto dice que todos los sucesos de nuestra vida están regidos por la ley de la causa y el efecto y recogemos lo que sembramos.

En cuanto a la felicidad ha dicho que se consigue cuando uno conoce y acepta su destino.

Se considera a sí mismo «ciudadano del mundo», una idea que tomó de Diógenes el Cínico.

El estoicismo se caracteriza por ser una escuela muy moralista, internacionalista y en ella se destaca la dignidad de la persona humana. Considera que todos los seres humanos son igualmente hijos de Dios, una idea contenida en la Torá de los judíos y luego presente en el cristianismo.

El Estoicismo ha tenido tres etapas:

  • Estoicismo antiguo (siglos III a II a.C.) en el que destacaron Zenón de Citio como su fundador y también Cleantes y Crisipo.

  • Estoicismo medio (siglos II a I a.C.) con Panecio y Posidonio como representantes.

  • Estoicismo nuevo o romano: (siglos I d.C.-III d.C.) en el que destacan Séneca, Epicteto y Marco Aurelio.

Crisipo, llamado el segundo fundador del estoicismo, promueve un estado mundial y la soberanía de la ley. Lucio Anneo Séneca, filósofo, político y escritor romano nacido en Córdoba (465 d.C.) y tutor y ministro de Nerón, quien lo obliga a suicidarse, es un destacado y tardío discípulo de Zenón y máximo representante del estoicismo y moralismo romano.

Puso un gran énfasis en las ideas del humanitarismo, de la renuncia a la violencia y la caridad, todas ideas propias del estoicismo (Salvador Giner, Historia del Pensamiento Social, Ariel., Barcelona. 1975, pág. 95 y 96).

El emperador romano Marco Aurelio (121-180 d.C.) promovió la idea estoica de entrega al prójimo como parte de la moral (obra citada, pág. 97).

Si bien Platón había sido el padre del derecho natural, los estoicos afirman que el derecho natural es una ley eterna, no escrita, que debe servir de base a todas las leyes humanas.

El derecho natural es un conjunto de derechos humanos universales e irreversibles que tienen todos los seres humanos independientemente de su nacionalidad o clase social.

Recordemos que el sabio de Citio era extranjero, no tenía la nacionalidad griega, y por tanto le interesaba valorar a todos los seres humanos más allá de su condición nacional o social.

Según los estoicos, por medio del uso de la razón, el ser humano descubre la ley eterna o derecho natural. El estoicismo, entonces, es un humanismo sin fronteras y la patria del estoico es el mundo. No olvidemos que Zenón además de extranjero en Atenas, era de procedencia fenicia y de ocupación comerciante, los tres elementos apuntaban a favorecer una cosmovisión que valore al ser humano más allá de las fronteras. Según esta doctrina todos los seres humanos somos iguales en cuanto que somos hijos de Dios y tenemos los mismos derechos.

Zenón de Citio, el fundador del estoicismo, recibe la influencia del concepto de derecho natural de Platón, por las ideas cosmopolitas de Diógenes el Cínico y por el monoteísmo judío.

Es entonces precursor de la Escuela de Salamanca del Derecho Natural, de la Ilustración, del liberalismo y de todas las doctrinas que hoy día proclaman la universal dignidad de la persona humana y de las declaraciones y convenciones de derechos humanos.

En este punto el pensamiento de Zenón de Citio se coloca moralmente por encima de la mayoría de los autores griegos quienes, a pesar de sus inmensos aportes a la ética y a la filosofía occidental, no lograron superar su visión de mundo caracterizada por la separación entre hombres libres y esclavos. La cosmovisión de Aristóteles, por ejemplo, con su monumental grandeza, queda parcialmente atrapada en el modo de producción esclavista.

Parece que el filósofo humanista y cosmopolita de Citio se suicida en el año 262 a.C.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada y proclamada por las Naciones Unidas en 1948 sería la consagración jurídica de Zenón de Citio y del estoicismo en el ámbito mundial.