Más de 110 bandas musicales, 186.128 asistentes y más de 36 horas de música en directo repartidas en sus 6 escenarios convierten a Mad Cool Festival, por cuarto año consecutivo, en una de las citas musicales más relevantes del panorama de festivales internacionales, además de situar a Madrid dentro del circuito de ciudades de referencia de la música en directo de gran formato. Grupos consagrados y talentos emergentes se dieron cita en el recinto Valdebebas-Ifema, al norte de la capital española, para conformar un line up de la talla de The Cure, Bon Iver, The Chemical Brothers, Ms. Lauryn Hill, Iggy Pop, Vampire Weekend, Noel Gallagher, The Hives, The National, The Smashing Pumpkins, Empire of the Sun, Prophets of Rage, Greta Van Fleet, Jorja Smith o Bonobo, entre muchos otros.

Como novedad este año y previa al festival de tres días, la Mad Cool Welcome Party con cerca de 40.000 asistentes inauguró la cuarta edición del festival madrileño que, por primera vez en su historia, se celebró en el espacio Valdebebas-Ifema. Rosalía y Bring Me The Horizon, banda con un espectacular directo y en continua evolución, abrieron cuatro días de conciertos que reunieron a un público procedente de países de todo el mundo. Otras 14 bandas completaron la apertura en los cuatro escenarios previstos para esta jornada: Metronomy, Lykke Li, The Cat Empire, Don Broco, The Amazons, Viagra Boys, Whispering Sons, Griz, The Parrots, Anier, Fusa Nocta, Blake y Favx. A las 17:30 horas daba inicio la fiesta de bienvenida. Mientras el cuarteto británico The Amazons estrenaba el escenario Mad Cool, The Gulps comenzaba su actuación en el Consequence of Sound Stage. Para destacar en la jornada, que se estrenó sin sobresaltos, las actuaciones de Lykke Li, icono del indie-pop sueco con su hit I Follow Rivers, el buen rollo que siempre desprende The Cat Empire y Metronomy con su repertorio de pop electrónico y guiños al funk de los 70, que incluía desde su nuevo hit Salted Caramel Ice Cream a clásicos como The Look.

La Mad Cool Welcome Party dio paso al primer día de festival con el grupo estadounidense de post-rock y folk indie Bon Iver como cabeza de un cartel, que remataron las actuaciones de Ms. Lauryn Hill, Iggy Pop, Noel Gallagher, Vampire Weekend y The Chemical Brothers hasta sumar un total de 32 bandas que hicieron vibrar a cerca de 50.000 personas. La jornada arrancó a las 18:00 horas cuando los primeros acordes del dúo de folk madrileño Gentleman Clef comenzaron a sonar simultáneamente con los conciertos de NAO, Photay, Pierce Brothers y Lewis Capaldi, que se estrenaba en el escenario Comunidad de Madrid con un merecido sold out. A partir de las nueve de la noche llegaron las actuaciones más esperadas: Ms. Lauryn Hill, que pisaba por primera vez Madrid y comenzó su concierto con media hora de retraso (de los 85 minutos que tenía programados estuvo apenas 45, algo que enervó a gran parte del público que la esperaba) y el legendario Iggy Pop, padre del punk, que saltó al escenario enérgico y con una puesta en escena tan rompedora que verle en directo se convierte en una pericia obligada. De piezas de su anterior grupo como I Wanna Be Your Dog pasó a algunos himnos de su etapa en solitario: Lust For Life, conocida por su inclusión en la banda sonora de Trainspotting.

Empire of the Sun, The Hives, The Smashing Pumpkins y The Cure: performances estelares

Para continuar, Bon Iver ofreció un recital de música experimental con el anuncio de su nuevo disco i,i, en el escenario principal Mad Cool que comenzó pasada media hora de las diez de la noche. Aunque defendió su propuesta con maestría, algunos asistentes cuestionaron su participación en el festival como cabeza de cartel. Al estadounidense Justin Vernon (Bon Iver) le siguió Noel Gallagher´s High Flying Birds, esta vez en el escenario Madrid Te Abraza. A pesar de todos sus esfuerzos por convencer con su nuevo repertorio finalmente no pudo evitar regresar a su pasado en el grupo Oasis, por petición del público mismo, interpretando temas como Wonderwall, Don´t Look Back in Anger y Little By Little.

El mítico hit de los Beatles, All You Need Is Love, puso punto final a su concierto para dar paso a The Hives en el escenario Comunidad de Madrid. Los suecos impusieron su buen rock&roll y sintonía con el público. Supieron conectar como nadie con sus fans a través de los comentarios en español de su líder Pelle Almqvist: «¿cómo está mi pelo?», «¿sabéis lo que viene ahora?» o su intento «madridos» convirtiendo los monólogos humorísticos en su seña de identidad durante el incendiario directo que incluyó su nuevo single Good Samaritan. Para finalizar la jornada, los británicos The Chemical Brothers, pioneros de la música electrónica, presentaron en Mad Cool su último álbum No Biography, cumpliendo con las expectativas de la audiencia que les esperaba. Tom Rowlands y Ed Simons consiguieron poner las pulsaciones a mil con la combinación de sus hits que lograron vender en su momento 12 millones de copias y una escenografía plasmada en pantallas gigantes que mezclaban imágenes psicodélicas, láseres y luces estroboscópicas.

The National y The Smashing Pumpkins fueron los cabezas de cartel del segundo día de festival que reunió de nuevo a cerca de 50.000 personas. El grupo de pop alternativo Palace junto a la artista Sofi Marston y el pop-punk de la banda revelación australiana Rolling Blackouts Coastal Fever abrieron la jornada para dejar paso a un total de treinta bandas: Empire of the Sun, Sharon Van Etten, Miles Kane, Wolfmother, Himalayas, Tourist, el DJ Eric Prydz o Vetusta Morla entre otras muchas destacadas.

A las 22:00 comenzaba uno de los platos fuertes del día: el rock alternativo de los de Ohio, The National, banda de culto del siglo XXI que presentaba en Mad Cool su último trabajo: I Am Easy to Find. A su actuación, muy centrada en su último disco, le siguió otro de los conciertos más esperados: los estadounidenses The Smashing Pumpkins. Su cantante Billy Corgan salió al escenario enfundado en una sotana y bendiciendo a la multitud, una de la más rebosantes del festival. Para comenzar y finalizar repitieron el mismo ritual: sonaba en el escenario Sarabande, de la Suite para clave en Re menor, de G. F. Händel, archiconocida gracias a que Stanley Kubrick la convirtiera en un icono dentro del filme Barry Lyndon. Entre medias, sus más destacados éxitos aclamados por un público entregado durante toda su actuación.

El dúo australiano Empire of the Sun cerró el ecuador del festival en el mismo escenario: Madrid Te Abraza con su música mezcla de synth pop, pop psicodélico, new wave, y rock electrónico en un concierto épico cargado de buenas energías que conquistó a un público encendido de principio a fin. A las 02:45, Luke Steele, fiel a su estilo, salió a escena con una apoteósica escenografía coronada por un oráculo brillante para interpretar su primer tema, Standing On The Shore. Le siguieron otras piezas en su setlist, su ya mítico We Are The People, entre ellas. A mitad de esta última canción, Steele saltó para abalanzarse hacia la audiencia que se agolpaba en la barrera que delimitaba el escenario y corear con ellos al unísono este tema. Ya de vuelta al stage continuó con otros muchos hits desde Way To Go a High and Low.

The Cure y Prophets of Rage clausuraron la cuarta edición de Mad Cool Festival junto a otras 30 bandas musicales que ofrecieron más de 10 horas de música en directo. Johnny Marr, guitarrista de la mítica banda disuelta The Smiths fue el primero en subirse al escenario Mad Cool seguido por una variedad de géneros musicales desde el R&B de la británica Jorja Smith al post-rock intenso de Mogwai, el trip-hop electrónico de Bonobo, Gossip, el pop alternativo de Manchester de The 1975, Cat Power, Years&Years o la reencarnación de Led Zeppelin: Greta Van Fleet. Anterior a esta última actuación y con quince minutos de retraso comenzó el concierto más esperado del día: The Cure.

La banda británica protagonizó la última jornada del festival con un directo de más de dos horas que repasó sus cuatro décadas de carrera y en el que no faltaron los altibajos. Plainsong inauguró el concierto, seguido por la balada de Pictures of you. Continuaron entonces con Last Dance y Lovesong, hits que consiguieron encandilar a la audiencia congregada en el escenario principal Mad Cool antes de «embajonarla» en la parte central del concierto. Observar a los asistentes que presenciaban el directo durante esa media hora de decaída resultaba cuanto menos curioso. Más que asistir a un festival parecía que escuchaban algún speech tan interesante como inmovilizador. Tras el susto inicial de cinco minutos, cuando el escenario se quedó vacío y parte de la audiencia se preguntaba «¿pero termina ya?», Robert Smith saltó al escenario y el concierto remontó de nuevo con la euforia ilimitada del público que entonaba Lullaby, Boys Don´t Cry, Just Like Heaven, o su Friday I´m in Love. Sólo una banda legendaria como The Cure puede permitirse ciertas cosas. A pesar de las subidas y bajadas, el concierto de The Cure pasará a la historia del festival como uno de los más memorables.

Menos masificado que en 2018, sin incidentes

Aún lejos del sold out de la anterior edición que congregó a 250.000 personas, Mad Cool se convierte un año más en evento internacional musical de referencia en la ciudad de Madrid. Si bien en esta edición la comodidad general del público en el recinto ha mejorado respecto al año pasado, sin agobios, aglomeraciones, menos escenarios, más metros de barra y con fluidez en los accesos, el festival, que había reducido el aforo hasta 75.000 personas (el año pasado fueron 80.000 en el mismo espacio), se ha distanciado de sus pretensiones con cifras que no han superado las 50.000 personas al día en sus jornadas principales.

La significativa bajada de asistentes pudiera deberse a varios factores. Evidente resulta que superar o tan siquiera igualar el majestuoso cartel de la edición pasada era tarea ardua. Además, la ausencia de parking (sólo estaba operativo el parking VIP) impidió que muchos asistentes, según reflejaron en redes sociales, pudieran desplazarse por un módico precio desde las afueras de Madrid e incluso otras provincias. «Para ir a Majadahonda ayer un Uber me cobró 66 euros», comentaba uno de los asistentes en una de las puertas de acceso al festival. A todo ello, hay que añadir la fuerte competencia festivalera en una semana en la que también se celebraban BBK Live (Bilbao) y NOS Alive (Lisboa).

Lo cierto es que Mad Cool ha experimentado para conseguir adaptarse a sus propias necesidades. Encontrar la fórmula mágica para combinar cada detalle que forma parte de un todo lleva tiempo. Una edición, esta, más discreta que la anterior pero con un futuro potente por delante en el que se deberían continuar las mejoras. De momento la quinta edición de Mad Cool ya tiene fechas fijadas: 10, 11 y 12 de julio de 2020.