En los últimos meses se ha desatado mucho revuelo por la caravana de migrantes centroamericanos, en su mayoría provenientes de Honduras que están entrando por la frontera mexicana y atravesando el país con la finalidad de ingresar a Estados Unidos.

Esta caravana de migrantes está conformada por hombres, mujeres, niños pequeños que vienen huyendo de la pobreza y la violencia en la que se encuentra su país. Dicha violencia se intensificó después de las elecciones presidenciales.

«En nuestro país te matan o te mueres de hambre»*, así describen la vida en su país algunos migrantes.

Se calcula que en Honduras 7 de cada 10 personas viven bajo condiciones de pobreza extrema, por ello muchas familias decidieron escapar de esta situación y unirse a la caravana migrante, cuya convocatoria se hizo por medio de las redes sociales y después de boca en boca. Con pocas cosas materiales y muchos planes por delante para lograr una mejor calidad de vida para ellos y sus familias comenzaron esta odisea.

Para lograr su meta están dispuestos a aguantar largas y pesadas caminatas para ir acercándose a su sueño, sin importar las inclemencias del clima y muchas otras dificultades.

Atravesaron Guatemala, donde la gente se solidarizó con ellos y les donaron comida, refugio y agua para que continuaran su camino. Aunque la policía guatemalteca intentó frenarlos, no lo logró y en grupos siguieron avanzando.

La llegada de la caravana migrante a México

En México ya se tenía conocimiento que una caravana con miles de migrantes estaba por llegar. Las autoridades mexicanas habían declarado que solo se permitiría el paso a las personas que tuvieran su documentación en regla o en su caso una visa humanitaria. Organizaron para que fueran entrando al país en grupos de 100, dándoles prioridad a mujeres, niños, personas de avanzada edad o con estado de salud vulnerable para ser trasladados a albergues que ya estaban listos para recibirlos en distintos puntos de la ciudad de Chiapas. Al menos, este era el plan inicial, ya que nunca antes se había presentado una situación parecida a esta. Incluso el canciller mexicano Luis Videgaray comentó: «No hemos tenido una caravana de este tamaño que solicite de manera simultánea refugio, es un reto logístico importante». Definitivamente todo un desafío para las autoridades del país.

Pero no todo salió conforme a lo planeado ya que miles de migrantes atravesaron la barrera que había formado la policía guatemalteca en la frontera con México y abrieron la valla metálica fronteriza, para entrar por la fuerza a México por Tapachula, Chiapas. Poniendo al frente de este contingente a las mujeres y niños, abalanzándose contra los policías que formaban un cordón de seguridad.

Tras varias horas de tensión y violencia se logró llegar a un acuerdo y se proporcionaron autobuses para ir trasladando en grupos a los migrantes hacia a los albergues. El Gobierno mexicano se comprometió a salvaguardar los derechos humanos de los migrantes y analizar su situación migratoria, entre visas y solicitudes de refugio.

La asociación Save the Children afirma que en el primer grupo de la caravana migrante que entró al país se han detectado al menos 106 menores viajan sin la compañía de familiares o adultos que los acompañe, por lo que corren en grave peligro de caer en las redes de trata de personas, tráfico sexual y de órganos, narcotráfico, etc. Aunque cabe señalar que el viajar en grupo les brinda cierta protección y es menos riesgoso que si viajaran solos. Se calcula que un número similar de viajeros menores viene en los siguientes grupos. Por lo que se debe tener un plan de acción para protegerlos.

Poco a poco, los diferentes grupos de esta caravana migrante han ido atravesando diferentes ciudades del México rumbo al norte para ir acercándose a la frontera con Estados Unidos, en todas las ciudades que han atravesado han sido recibidos en refugios donde se les han brindado alimentos, ropa y agua. Pero en la ciudad fronteriza de Tijuana tuvieron un recibimiento hostil, ya que un grupo de personas se manifestó contra su llegada.

Algunos grupos de la caravana migrante ya están cerca de su meta: Estados Unidos, pero dicho país ha endurecido sus políticas migratorias y reforzado la seguridad en sus fronteras y se han enviado miles de soldados. El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que prohibe que los migrantes que entren a su país de manera ilegal puedan solicitar asilo. Si los grupos de migrantes entran al país podrán ser arrestados y no podrán calificar para solicitar asilo ni quedarse en Estados Unidos como es el plan de la mayoría.

Una situación bastante compleja, donde hay mucho por resolver. Sabemos que no solo en América hay una crisis migratoria, así que la prioridad de todos los gobiernos debería ser siempre el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas.