España esta muy poco acostumbrada a ver nuestros políticos en reportajes fotográficos que capten su día a día personal o incluso en el trabajo. Esto es más propio de los americanos, de Kennedy, de Obama o del gran comunicador Trudeau, primer ministro canadiense.

Fuera de los posados oficiales, es totalmente novedoso ver alguien de manera natural, sin filtros, sin retoques, al natural.

Puede ser que el motivo es que nosotros somos más de »ir por casa», pero también porque hemos vivido un periodo de oscurantismo con los mandatos del PP, donde no sabíamos nada de los políticos, ni de su vida, ni de quiénes son, unos momento de total a-comunicación o incomunicación, donde nadie explicaba nada, nadie comparecía, y si lo hacia utilizaba un plasma.

En esta situación es de esperar que las fotos de Pedro Sánchez causaran revuelo, le hemos visto correr y hacer deporte, jugar con su perra o en un avión con gafas de sol como un actor americano o, todavía yendo más lejos, un detalle de sus manos explicando el encuentro con la líder alemana.

La Moncloa se moderniza, utiliza un tono comunicativo verbal y no verbal mas informal, cercano. Y para quien piensa que se le ha ido de las manos recuerdo que falta aún mucha legislatura.

Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa hemos visto gestos llenos de contenido, llenos de intentos comunicativos que tanto faltan en la política. Con gestos que quieren generar un impacto positivo.

Todas estas estrategias, porque de estrategias se trata, son aún poco utilizadas en nuestro país. Esto no significa que no estemos preparados, es todo lo contrario: lo necesitamos, pero tiene que ser un reflejo de las cualidades que realmente tiene el político. Tiene que ser congruente entre lo que aparenta y lo que es.

La gran máxima que utilizamos en asesoramiento político que es ser, estar y parecer. Por eso a lo mejor las crÍticas, por no haber primero invertido tiempo en el liderazgo del nuevo Presidente del Gobierno, que no llevaba casi ni un mes.

Una imagen puede acercar el electorado mostrando que el político es un ser humano, mostrar su intimidad, cercanía, su vida, es como nosotros.

Cuando expliqué esto en un plató de televisión, un tertuliano rebatió que eso no interesaba a nadie, pero creo que es mÁs que legitimo conocer nuestros políticos.

Guste o no guste, se trata de un intento comunicativo muy potente. El primer gesto fue el nombramiento de los ministros: parece que por fin los políticos hayan entendido lo que pasa en la calle, y que piden la gente.

Desde luego lo importante es la coherencia, no vale aparentar y parecer si luego no hay actos, no hay política. Y es política lo que falta en España.