En este mundo, no hace mucho tiempo, existieron héroes. Pero no la definición de esta palabra que todos conocemos. Ellos no llevaban máscara, ni capa; su traje era un uniforme a rayas y su sello de identidad un número. Hoy, el periodista Carlos Hernández de Miguel pone nombre y apellidos a esos números, pero no solo eso. También les da voz para que cuenten sus historias.

Su libro Los últimos españoles de Mauthausen es una recopilación de los testimonios de esos hombres que lucharon por la libertad y que fueron deportados y trasladados a campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. En concreto, los protagonistas de estas historias pasaron años en Mauthausen, un campo de concentración nazi en Austria.

Dignidad, solidaridad y resistencia son las palabras que mejor definen a estos héroes anónimos. Personas que a día de hoy siguen defendiendo unos principios democráticos y republicanos, y sonríen al dar sus razones y argumentos.

“¿Me preguntas por qué luché a favor de la República? Anda que vaya cojones que tienes tú también, mira que preguntarme eso. Pues luché por ella porque era lo mejor que habíamos tenido hasta ese momento en España. […] La República hacía las cosas como se tenían que hacer y por eso nos la quitaron tan pronto”, afirma Ramiro Santisteban, quien, con su testimonio da comienzo a esta obra.

La memoria es la capacidad de recordar. Una imagen o conjunto de imágenes, hechos o situaciones pasados que quedan en la mente. A pesar del sufrimiento, los protagonistas de estas historias no han perdido la sonrisa ni el orgullo al defender sus ideas. Se habla mucho de memoria histórica y ellos son parte de ella. Sin embargo, poco se les tiene en cuenta a la hora de contarla.

Su contraportada ya avisa de que no es un libro fácil. Lo que cuenta no es bonito, pero sí necesario para todo aquel que desee entender un poquito la historia. Además, el autor hace un homenaje a estos olvidados por una transición incompleta y les otorga el reconocimiento que nunca antes habían tenido.

El camino por estas páginas es duro, está lleno de sobresaltos, indignación e injusticia. El tiempo ha mantenido ocultos muchos hechos que siguen siendo desconocidos para la mayor parte de la sociedad. Existió un genocidio español y muchos gobiernos miraron para otro lado. Además, muchas empresas se beneficiaron e hicieron negocio de ello.

Estos supervivientes, gracias a pequeños gestos entre camaradas consiguieron sobrevivir a aquellas atrocidades. No olvidar es el objetivo principal del autor y el mejor homenaje que pueden recibir tanto los vivos como los muertos que estuvieron allí.