Imagínense. Un periodista ha de entrevistar a la ciudadanía. Y debe hacer preguntas sobre educación superior. Para ello elige –por ejemplo– la calle Preciados de Madrid. Saca la grabadora y comienza a interrogar a la gente que pasa por allí sobre cuál es la universidad más grande de España. “La Complutense”, dirán muchos. “¡La de Barcelona!”, exclamarán otros. “La de Granada”, señalarán los más avezados. Error. Ninguno de ellos ha acertado. Se han aproximado a la verdadera opción, pero no han dado en el clavo.

La Universidad Nacional de Educación a Distancia –más conocida como UNED– es la más grande de España. Fundada en 1972, en su haber cuenta con unos 250.000 estudiantes. Un cuarto de millón de alumnos, ni más ni menos. Cifra a la que se deben unir los profesores, el personal administrativo y más de una sesentena de centros asociados, tanto en España como en el extranjero. ¿Cómo se puede gestionar todo esto? Con mucha paciencia y dedicación. No hay duda.

Pero, al mismo tiempo, la estructura y filosofía de la UNED facilita esta labor. Se trata de una universidad pública que oferta sus estudios a distancia. No es obligatoria la presencialidad del estudiante. Sin embargo, también ofrece la posibilidad de que aquellos que lo deseen acudan a tutorías. ¿En qué consiste esta posibilidad? Son clases de diferente periodicidad en las que el profesor-tutor realiza un seguimiento del alumno, resuelve sus dudas y le sirve de vínculo con la sede central.

Las tutorías tienen lugar en los centros asociados, que actúan como una suerte de delegaciones autónomas de la UNED tanto en España como en el extranjero. En temas académicos tienen relación directa con Madrid, donde se encuentran las dependencias generales de la UNED. Sin embargo, en el territorio nacional, los centros asociados son creados por iniciativa local. Al mismo tiempo, su patrocinio se encuentra sujeto a la firma de convenios con diferentes entidades, que pueden ser públicas o privadas.

¿Y qué ocurre con los centros en el extranjero?

Los 16 complejos existentes en el exterior, aunque tienen exactamente la misma filosofía que el resto, poseen ciertas especificidades. Un ejemplo es México. Creado hace más de 15 años, se define por tener una vinculación directa con Madrid. Pero, al mismo tiempo, también detenta cierta autonomía para gestionar sus recursos y organizar actividades.

En la actualidad, el centro de México cuenta con 180 alumnos. “Lo que más tenemos son estudiantes de Psicología, Derecho y Administración y Dirección de Empresas”, confirma la secretaria-bibliotecaria del complejo, Guiomar Ramiro Esteban. No obstante, también existen alumnos de otras carreras, vinculadas con la literatura y las lenguas hispánicas. “Casi todos son españoles que vienen a México durante unos meses por diferentes motivos, y les toca el examen acá. Hay muy pocos mexicanos”, confirma Ramiro.

Pero, ¿cómo es posible que suceda esto? Hay varios factores que lo explican. Una de las causas es la falta de publicidad de la UNED en México. “Casi no se conoce. Tenemos poca difusión y por eso no hemos podido llegar a más gente”, reconocen desde la institución. Sin embargo, ya están poniendo los medios para atajar el problema.

De esta forma, más ciudadanos podrían disfrutar de unas instalaciones sin par. La UNED en el DF se ubica en un edificio de su propiedad, emplazado en uno de los barrios más singulares de la ciudad. De hecho, se halla a escasas dos manzanas del Paseo de la Reforma, una de las principales vías de la megalópolis latinoamericana, ocupando un edificio de inspiración decimonónica construido entre 1922 y 1923 por Rafael de la Mora y Trueba. Este personaje perteneció a una familia de importantes comerciantes y propietarios del país.

La infraestructura fue adquirida por la UNED en 2002, realizándose obras de rehabilitación entre 2008 y 2009. Tras la conclusión de los trabajos, el Centro Asociado se trasladó a la planta baja del complejo. Hasta ese momento, y durante casi una década, estuvo radicado en el Centro Asturiano de Polanco, también en Ciudad de México.

Unas instalaciones que enamoran…

Tras la mudanza, el piso inferior de la infraestructura fue ocupado por la Universidad española, donde tienen lugar diversas actividades, como los exámenes oficiales de la UNED o la prueba selectiva que da acceso al sistema educativo superior hispánico. Además, en la misma planta existe un centro de recursos de la Consejería de Educación de la Embajada, donde se pueden consultar libros y material audiovisual. Esta biblioteca es de libre acceso, consulta y préstamo, constituyéndose como el lugar donde los estudiantes se dan cita.

Dentro de las instalaciones de la UNED en México también está el Centro de Estudios de Migraciones y Exilios (CEME), que cuenta con una doble sede: en Madrid y en el DF. Se trata de un organismo que depende, por un lado, del rector y del Vicerrectorado de Investigación e Internacionalización de la Universidad a Distancia y, por otro, de la Fundación UNED, encargada de gestionar los recursos. “El CEME nació con el objetivo prioritario de ser un espacio de referencia para la investigación, el conocimiento y la difusión del fenómeno migratorio histórico y contemporáneo, y servir de enlace entre las instituciones públicas y privadas dedicadas a estos temas”, explica María Luisa Capella, responsable de dicho organismo en el Distrito Federal.

La existencia del CEME en México tiene una gran pertinencia, ya que este país ha implementado a lo largo de la historia una política continuada de acogida de exiliados. Un ejemplo fue el gobierno de Lázaro Cárdenas, desarrollado entre 1934 y 1940, que permitió la entrada de los intelectuales republicanos españoles. Estos ciudadanos tuvieron que huir del país debido a la Guerra Civil y a la posterior dictadura de Franco.

En este contexto es en el que se debe entender la primera línea de investigación del CEME. Se trata de “la recuperación y conservación documental del rico patrimonio testimonial, impreso, audiovisual y archivístico sobre las migraciones y los exilios”. Otros objetivos del mencionado centro –según Capella– pasarían por la investigación y por “el intercambio científico entre Universidades y otras Instituciones de Educación Superior públicas y privadas, especialmente dedicadas a los fenómenos migratorios tanto en España como en Latinoamérica, sin descartar las posibilidades existentes en otras latitudes”.

Además, el CEME también buscaría “la difusión entre especialistas y público en general de todos aquellos aspectos que contribuyan a un mejor conocimiento de estos temas a través de actividades culturales y educativas”. De acuerdo a dichas finalidades, el mencionado organismo programa diversas propuestas, creando así “un espacio de reflexión sobre los temas lacerantes de las migraciones actuales”, explica María Luisa Capella.

Por ello, el personal adscrito a dicho centro está impulsando la recuperación del archivo del gobierno republicano en el exilio o la organización del certamen CEME DOC 2016. Ésta última iniciativa lleva varias ediciones a sus espaldas y se centra en cortometrajes sobre exilios. “El CEME realiza dos o tres eventos muy fuertes al año, que complementa con otras actividades, como presentaciones de libros”, añade Guiomar Ramiro.

Una gran variedad de servicios

Pero, al mismo tiempo, en el edificio de la UNED en México también se ubica la Consejería de Educación de la Eembajada de España. Ocupa el segundo piso, en virtud de un acuerdo de alquiler que llegó con la institución universitaria. Además, en el complejo también se encuentra domiciliado el Ateneo Español, un organismo cultural creado en 1949. “Solamente pagan el sueldo de sus empleados. El resto corre a cargo de la UNED”, corroboran desde la Universidad.

De esta forma, se facilita la programación cultural del Ateneo, en la que se incluyen presentaciones de libros, conferencias o tertulias. Asimismo, esta institución gestiona dos bibliotecas. Una general –ubicada en el primer piso–, y una segunda, especializada en el exilio español, que se encuentra emplazada en la planta superior. No hay que olvidar que entre los objetivos del Ateneo se halla la promoción de la cultura y la ciencia hispanas en México. De hecho, sus impulsores fueron un grupo de intelectuales republicanos que tuvieron que huir de España tras la contienda bélica.

Por tanto, historia, cultura, educación y universidad se dan la mano en México. La UNED ha sabido conjugar muy bien estas cuatro facetas. Ha combinado muy positivamente dichas labores incluyendo en sus instalaciones tanto a la Consejería de Educación de la Embajada como al Ateneo. Pero también lo ha hecho estimulando el estudio del pasado a través del CEME. Porque el exilio los republicanos es parte del devenir del país, razón por la cual se debe investigar, conocer y divulgar. ¿Y qué mejor sitio para ello que en los Estados Unidos Mexicanos, país que recibió a la mayor parte de la intelectualidad contraria a Franco?

Sin duda, la presencia de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en México es un acierto. Y lo es por su compromiso, labor y trabajo en favor de la educación, la investigación y la cultura. En consecuencia, una apuesta como esta es más que necesaria. Sobre todo en los tiempos que corren.