Febrero resulta algo difícil ya que es el final del invierno y siempre se vive como un mes gris, frío y triste. Pero no se puede negar que es el mes más glamuroso del año gracias al cine y la moda. El segundo mes del año nos ofrece color y ansias de primavera con las propuestas para el año siguiente en las pasarelas internacionales, además de ofrecernos lujo y tendencias en las Alfombras rojas de los certámenes cinematográficos.

Y es que, si hay un mes que describa a la perfección la grandeza del séptimo arte, ese es el que acabamos de dejar. No se puede negar que febrero es el mes del cine ya que, cada año, nos permite disfrutar de las magníficas galas que organizan las academias cinematográficas de diferentes lugares del mundo para premiar las mejores obras del año anterior.

Inauguramos el mes con nuestro cine. La fiesta del cabezón, como es conocida la estatuilla de los premios Goya entre sus asistentes, tuvo lugar el primer sábado del mes. Sin nada que envidiar a otras alfombras rojas, La Academia del cine Español volvió a regalarnos una noche de cine con un aire algo vintage.

Tanto el escenario como alguno de los números musicales preparados para amenizar la gala mostraron una estética algo anticuada, pero lo importante eran los premios y reconocer el buen cine que se está produciendo en España, una lástima que en taquilla no se muestre de la misma manera. Entre las 5 películas nominadas a Mejor largometraje solo se vendieron 1,1 de los 94 millones recaudados en 2015.

Truman fue la gran vencedora de la noche, consiguiendo cinco de los seis Goyas a los que aspiraba, entre ellos algunos de los más importantes como Mejor película, Mejor director para Cesc Gay, Mejor actor de reparto para Javier Cámara y Mejor actor protagonista que recogió Ricardo Darín.

El segundo protagonista fue Daniel Guzmán, que consiguió el premio a Mejor dirección novel gracias a su opera prima A cambio de nada y que también consiguió el reconocimiento a Mejor actor revelación al joven que protagoniza la cinta, Miguel Herrán.

Le siguieron Londres con sus Bafta y Los Angeles con los Oscars. Es bien sabido que, al igual que los Globos de Oro son la antesala de los Oscar, los galardones ingleses también van muy ligados a lo que días después ocurrirá en Los Angeles. Similares nominaciones para las principales categorías y las mismas caras conocidas paseando por ambas alfombras.

Si por algo son conocidos los ingleses es por su elegancia y buen hacer, así que no sorprende que sus premios desprendan un halo de estilo y modernidad que deslumbra y compite con la sobriedad de una de las calles más distinguidas y señoriales del centro de Londres.

A pesar de las bajas temperaturas habituales en la capital inglesa, más si hablamos de una noche de mediados de febrero, los asistentes a la 69ª gala de los premios británicos no dudaron en lucir sus mejores galas como si fuera una cálida noche de verano.

El cine inglés y sus protagonistas siempre han estado muy conectados a la Academia de Hollywood y es bastante habitual encontrar actores o actrices británicos nominados a los galardones norteamericanos. Este año ha sido el caso del actor nominado a Mejor actor de reparto por El puente de los Espías, Mark Rylance, que se ha alzado con ambos premios, o el cantante Sam Smith, ganador de numerosos galardones por la canción principal de la última película, también británica, de James Bond: Spectre.

Pero sin duda, los maestros del espectáculo siguen siendo los americanos y por ello han conseguido ser un referente para el resto de certámenes y un espejo en el que todas las Academias del Cine se quieren ver reflejadas. Hace 88 años comenzaron esta maravillosa tradición y consiguen superarse y sorprender a los espectadores año tras año.

Nominaciones y premios muy similares a lo que vimos anteriormente en los Globos de Oro y los Bafta. Leonardo DiCaprio ha sido el protagonista indiscutible de 2015, alzándose vencedor con cada uno de los galardones en los que estaba nominado a Mejor Actor. Spotlight sorprendió a los académicos y por ello consiguió la categoría de Mejor Película. Alejandro G. Iñarritu ha hecho historia tras conseguir la estatuilla al Mejor Director por segundo año consecutivo, ofreciendo profundas historias e innovación en su estilo. Mad Max: Furia en la carretera fue la vencedora indiscutible en cuanto a categorías técnicas se refiere, proclamándose la mejor en seis de las diez categorías entre las que estaba nominada.

Ahora solo nos toca esperar a ver si el 2016 nos ofrece tan grandes títulos como los recién premiados.