Entre los años 40 y 50 emerge el rock and roll por medio de la fusión de géneros como el rhythm and blues, el country y el gospel. Emerge en contextos de movimientos juveniles rebeldes y con un marcado quiebre generacional.
Algunos artistas icónicos de la época como Elvis Presley, Chuck Berry y Little Richar marcaron un comienzo con la creación de sonidos enérgicos que rápidamente se difundieron a nivel mundial ocasionando así una inspiración para los artistas que vendrían para los años posteriores. La imagen de Elvis se transforma de un cantante a una idea, o varias ideas, libertad, límites, riesgo, autoridad, sexo, represión, juventud, edad, tradición, novedad, culpa, escape de la culpa.
Para los años 60 el Reino Unido evolucionó con la llamada Invasión Británica donde bandas como The Beatles y The Rolling Stone marcaron un hito en la sociedad, no solo en Inglaterra y Estados Unidos, sino a nivel mundial, alcanzando una inmensa popularidad. En los mismos años 60 surgieron corrientes como la música psicodélica con bandas como The Doors y Pink Floyd que exploraron nuevos sonidos y temáticas más complejas.
La llegada a Argentina
La llegada del rock en Argentina surgió entre los años 60, donde la escena musical tiene su propia imprenta local y en este caso Argentina no será la excepción, si bien toma el género del rock and roll como influencia, el rock argentino se adapta a sus propias vivencias.
La influencia de María de Buenos Aires de Piazzolla y Ferrer junto con los cafés concerts, marcan una influencia de otros usos musicales de la lengua, otra poesía de canción. A partir de influencias de este tipo la canción argentina y en específico el rock empieza a escribirse en castellano.
Si bien en sus inicios se inicia con música en inglés, bandas como Almendra toma ese recurso muchas veces por fonética, serán Los Gatos los que escribirán sus canciones en castellano desde sus inicios. Almendra mencionaba que cantar en inglés era una especie de mantener un estado underground.
La banda Los Gatos fue una de las bandas que dejó una huella en la cultura del rock argentino, surgió en Rosario en el año 1967 y uno de los temas más conocidos es “La balsa” marcó un inicio en el rock en español. Algunos artistas que emergieron fueron Tanguito y Moris creando un propio sello con un estilo más sensible y bohemio.
Plena época de rebeldía, deseos de cambios y transformaciones de pensamiento y culturales, emerge el rock como medio poderoso de expresión, con el deseo de quebrar normas establecidas que ya no resonaban en la juventud de la época. El rock argentino pronto se extendió a lugares de encuentro donde los jóvenes podían sentir libertad de exponer sus ideas, emociones y nuevas formas de comunicarse, surgiendo así nuevas formas artísticas.
El rock argentino, específicamente el rock en español, se convirtió en un movimiento generacional, se compartían ideas, emociones, influencias, creando así una representación de la identidad de sus oyentes. Si bien al principio hubo resistencia por mantener géneros como el folklore y el tango, el rock logró posicionarse en la juventud por medio de sus formas de expresión y sus ideas innovadoras.
La influencia de grupos como The Beatles y The Rolling Stone fueron muy marcadas, reflejan los tonos enérgicos, su crudeza y algunos arreglos en la estructura de sus composiciones. Los artistas emergentes argentinos abordaron temáticas relacionadas a problemáticas sociales, de identidad, nuevos desafíos y con la ilusión y esperanza de cambiar el mundo a través de la música.
El rock nacional entre los años 70 y 80
Los años 70 y 80 el rock en español se consolidaba creando así una época dorada para el rock nacional argentino. El género se posicionó no solo como algo que podía interpelar las emociones, sino también la intelectualidad.
De esos años es el manifiesto de Spinetta, un texto que fija el lugar del rock, una especie de base ideológica que Spinetta define al rock como instinto de poder transformador. En 1973 Sui Generis se despide en el Luna Park con dos funciones sold out, en estos años el rock pule sus formas, adoptando una ambición instrumental del rock progresivo. En esta instancia ya no solo basta con tocar bien, sino en la trasmisión de otra esencia que tiene que ver con su poder transformador y de contención social.
Charly Garcia, desde Sui Generis y Serú Girán marcó en la historia del rock argentino, una época donde sus letras se convirtieron en himnos que acompañaron y acompañan a sus oyentes generando en ellos emociones, inspiraciones y una identidad, así mismo una postura de rebeldía, la zona del rock se asienta sobre una oposición con la escuela patriótica.
En 1976 cuando la Junta Militar golpea el orden institucional el rock continuará su curso, aunque algunos artistas víctimas directas de la dictadura en cuestiones de represión, en otros casos límites referidos a la libre expresión, condiciones relacionadas con restricciones, problemas con salas de ensayos, no serán motivo para desalentar el movimiento rocanrolero.
En este tiempo tanto los oyentes como las bandas sortean una especie de supervivencia, capacidad de adaptación y resiliencia, donde el rock se convierte en un espacio de contención disidente. Artistas como Mercedes Sosa o León Gieco llevaron la música como modo de protesta, que se convirtieron en himnos de esperanza.
Sin embargo a pesar que el rock mantiene una distancia considerable con las cuestiones políticas de la dictadura en curso ya que cualquier expresión o identidad social será castigada, no será hasta 1981 que se observe de nuevo una presencia y aumento de actividad.
Hacia mediados de los años 80 nacerán nuevas bandas donde algunos de sus vocalistas vuelven del exilio, esto marcará un nuevo comienzo y se afirmará artistas como Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, este grupo platense llega con una proyección extraordinaria marcando un nuevo hito en la historia del rock argentino, así mismo bandas como Soda Stereo y Virus llevaron el género a una explosión de inventiva y novedad musical.
El rock argentino es reconocido globalmente, con figuras icónicas como Gustavo Cerati que inspiran a las nuevas generaciones. Sin embargo, en Argentina, la huella de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota es imborrable. Aunque no tienen la misma notoriedad internacional que Cerati, para sus oyentes, su música y letras son una verdadera religión que trasciende lo musical, pero ese será un tema futuro.















