En literatura siempre nos hemos encontrado con todo tipo de criaturas fantásticas que abarcaban un amplio abanico, desde seres mitológicos como las nereidas, las sirenas o los mismísimos dioses del Olimpo, hasta criaturas de lo más terroríficas como licántropos, vampiros e incluso zombies. Pero es en estos últimos tiempos cuando parece ser que estas criaturas abundan y no solo en literatura sino que abarcan otros medios como el cine e incluso las series de televisión.

Lo llamativo ahora es el enfoque que se le da a estos seres. Lejos han quedado el terrorifico Conde Drácula ideado por Bram Stoker, o el vampiro Lestat de Anne Rice y se han ido sustituyendo por versiones bastante menos temibles del mito del 'no muerto'. Un claro ejemplo lo vemos en la popular saga de libros ideada por Stephenie Meyer, Crepúsculo, que nos presenta a unos vampiros que no beben sangre humana y, de hecho, que pueden llegar a enamorarse locamente de una chica humana normal y corriente. Si bien es cierto que Bella Swam, protagonista de esta saga, no es la primera humana que se enamorar de un vampiro.

Hace ya bastantes años que los adictos a las series fantástica pudieron apreciar este fenómeno en la serie creada por Josh Whedom y protagonizada por Sarah Michelle Gellar, Buffy Cazavampiros (Buffy The Vampire Slayer en el original). Esta serie, ya para muchos de culto, nos presentaba a una joven que había sido “elegida” para combatir contra las fuerzas del mal y que durante las primeras temporadas se enamoraba de un misterioso joven llamado Ángel, interpretado por David Boreanaz, que resultaba ser un vampiro, aunque no era un vampiro como los otros ya que Ángel tenía alma y por lo tanto era bueno. Vampiros y humanos enamorados ya no es una idea muy original ya que vimos esto, además de en Buffy, en la serie protagonizada por Anna Paquin y Stephen Moyer, True Blood, y en Vampire Diaries basada en la saga de L.J. Smith.

Pero no solo los vampiros pueden ser buenos, también en otras series, películas y novelas encontramos a otros monstruos o seres sobrenaturales que inspiran sentimientos muy alejados del miedo. Ahora mismo en el panorama televisivo los monstruos de moda son los zombies presentes en numerosas películas y que han alcanzado una renovada popularidad gracias a la serie The Walking Dead.

Aunque los muertos vivientes de esta serie no son criaturas de las que uno pueda encariñarse, encontramos una versión más romántica de ellas en la novela de Isaac Marion, Warm Bodies, llevada al cine como Memorias de un Zombie adolescente. Esta historia presenta una versión post apocalíptica de Romeo y Julieta, de hecho el protagonista es un zombie llamado R que solo puede gruñir y que apenas tiene recuerdos de su época humana que se enamora de una joven llamada Julie. Amor imposible donde los haya ya que R ni siquiera respira.

Si nos alejamos de las criaturas de aspecto humanoide, encontramos que surge una nueva fascinación por criaturas tan temibles, poderosas y míticas como los dragones. Esto se debe sobre todo a la saga escrita por George R.R. Martin Canción de Hielo y Fuego y a su gran adaptación a la pequeña pantalla en la serie Juego de Tronos. Pero no nos olvidemos que los dragones están muy claramente representados en la literatura desde J.R.R. Tolkien con el temible dragón Smaug en la novela El Hobbit, hasta en la trilogía de la escritora española Laura Gallego García Memorias de Idhún. Incluso en la saga Harry Potter los dragones tienen un pequeño espacio, aunque en el mundo imaginario de J.K. Rowling estas criaturas no son más que animales temibles sin capacidad de raciocinio, muy diferentes de los dragones de la Tierra Media o de Idhún.

Parece que la apreciación sobre lo que es temible y lo que no ha ido cambiando a lo largo de los años. Atrás han quedado las persecuciones con antorchas y hoces que padeció el monstruo del Dr. Frankenstein o la lucha para destruir a Drácula emprendida por Van Helsing. ¿Cuál será la próxima criatura fantástica que se ponga de moda?