El otro día, navegando en las redes sociales, me encontré con una publicación muy particular. Un joven expresaba como se sentía más cómodo interactuando con computadoras e inteligencias artificiales que con humanos. Suena sacado de una película de ciencia ficción o tal vez, de un extraño capítulo de Black Mirror. Sin embargo, esta vez no es obra de ficción. Es un caso real, como muchos de los que han tenido lugar desde que la inteligencia artificial comenzó a tomar auge en nuestra sociedad.
Leer la publicación trajo a mi cabeza distintas posturas sobre el asunto, pero también trajo a mi cabeza la pregunta más importante, ¿estamos en un punto de no retorno con la inteligencia artificial? Es posible que la respuesta sea sí.
La inteligencia artificial es una herramienta que intenta reemplazar la inteligencia humana, teniendo como cualidades su inmediatez y su facilidad para adaptarse a cualquier aspecto desde los ejercicios matemáticos hasta la ayuda parcialmente psicológica que puede proveer ChatGPT.
Aunque al principio parecía una herramienta útil para ciertas situaciones, se ha salido de control. Desde la aparición de aplicaciones como ChatGPT, no solo la forma en la que se trabaja se ha visto afectada, sino también la forma en la que se piensa y se analiza nuestro entorno.
Ahora entrar a las redes sociales es un pasatiempo confuso, porque no conocemos que tan ciertas pueden ser las noticias ni los videos que se presentan.
Nos comenzamos a preguntar si en realidad un canguro podría estar triste porque no lo dejan abordar un avión y nos cuestionamos más de una vez si el selfie entre dos famosos es real o es parte de la artificialidad de esta nueva inteligencia. Aunque somos capaces de verlo todo desde nuestro propio análisis, la inteligencia artificial engaña a nuestra razón.
La inteligencia artificial parece atentar con nuestra capacidad para realizar un análisis crítico de nuestro entorno. Mientras más dependemos de ella, más nos alejamos de la razón y de la inteligencia que nos distingue como seres humanos.
Dicho esto, ¿realmente estamos en un punto de no retorno?
Desde mi experiencia universitaria, las perspectivas sobre la inteligencia artificial son variadas. aunque hay estudiantes que se rehúsan al uso de este tipo de tecnologías, una gran mayoría dependen de esta herramienta en todos los aspectos de su vida. Utilizan la inteligencia artificial para realizar trabajos de clases que no les gustan, pedirle consejos como lo harías con un amigo y hasta le piden consejos de salud cuando no quieren pasar por el consultorio del médico.
Un completo reemplazo de la inteligencia humana y de las actividades que requieren el discernimiento meramente humano. Sí, parece que estamos en un punto de no retorno.
La redacción también ha comenzado a ser una actividad de la inteligencia artificial cuando a los estudiantes se les complica concentrarse en ideas que van más allá de sus posibles pensamientos. La inteligencia artificial parece que ha llegado para quedarse, pero ¿nos está ayudando a avanzar?
Aunque los efectos de la inteligencia artificial comienzan a notarse y muchos científicos comienzan a advertir sobre las consecuencias del mal uso de esta herramienta, aún no se han tomado acciones concretas para limitar o regular el uso de la inteligencia artificial. Por esa razón, comenzamos a analizar la forma en la que las acciones del presente formaran el futuro.
En los inicios de redes sociales como Facebook, no se pensaba de forma generalizada en las consecuencias que tendrían las redes sociales en la salud mental y la autoestima de los usuarios. Los efectos se vieron con los años y los distintos estudios que comenzaron a realizarse en la materia.
En ocasiones parecería que algo similar podría ocurrir con la inteligencia artificial. Sin embargo, las consecuencias del uso constante de esta herramienta han comenzado a notarse mucho antes de lo esperado. Hay una serie de efectos negativos en el uso de la inteligencia artificial que van más allá de lo que se podría imaginar. El mal uso de la inteligencia artificial atenta contra el pensamiento y el análisis crítico del ser humano.
En un mundo tan acelerado como el que vivimos, los años vuelan y los avances tecnológicos buscar hacer camino con el fin de mejorar la vida del ser humano.
Aunque poseemos la capacidad para adaptarnos a cualquier cambio en la tecnología y el mundo cambiante al que nos enfrentamos, es importante entender que el mal uso de la tecnología puede afectar nuestras capacidades.
Si tenemos que aceptar la inteligencia artificial como un avance tecnológico, debemos ser capaces de entender que es una tecnología cuyo rol es ayudarnos a mejorar nuestras capacidades. En ningún momento debería ser una herramienta con tanta importancia como para reemplazar la esencia del ser humano y su raciocinio.