En esta sala se exhiben imágenes religiosas talladas en madera, datadas entre los siglos XVII y XVIII. La mayoría de estas piezas proviene de Lima, uno de los centros más importantes de producción artística durante el periodo virreinal. Sin embargo, también se presentan algunos ejemplos originarios del Cusco, lo que permite apreciar la diversidad estilística y técnica de la época.

Las esculturas limeñas destacan por su detallado trabajo en madera de cedro, una práctica común entre los talleres de la capital virreinal. Estas piezas reflejan la influencia europea en sus formas y acabados, adaptadas al contexto local. Su elaboración estuvo estrechamente ligada a los encargos de órdenes religiosas y cofradías que promovían el culto a diversas advocaciones cristianas.

Por su parte, las imágenes cusqueñas sobresalen especialmente por el uso de la técnica del maguey. Esta técnica, de origen andino, consiste en emplear la planta del mismo nombre como alternativa a la madera tradicional. Más liviana y accesible, esta materia prima permitió a los artesanos andinos desarrollar una producción escultórica distintiva, que combina elementos autóctonos con iconografía cristiana.