Muchos se hacen la pregunta acerca de quiénes fueron los mejores presidentes de su respectiva república, y la respuesta se encuentra en la historia más imparcial. Igualmente, si queremos parear naciones a pesar de las distancias a modo de comparación usaremos los ejemplos siguientes.

Empezando por los Estados Unidos, casi la mayoría de análisis historiográficos coinciden que la gran nación de Norteamérica no fuese lo que es hoy en día sin el tesón de Abraham Lincoln (1809-1865). El honesto Ab, como lo conocían popularmente, venía de orígenes humildes. De joven su familia perdió sus pocas propiedades, huérfano de madre a los 9 años, con poca escolaridad tuvo la suerte que su madrastra le inculcó la lectura, y quizás todo eso ayudó a que rechazara la esclavitud. Aparte de manejar bien las labores de campo, fue soldado y luego estudió derecho. Como abogado fue muy exitoso, esto mejoró sus finanzas, al igual que su matrimonio con una dama distinguida quien le dio 4 hijos. Lincoln fue miembro del partido Whig (Republicano) y logro ser senador del congreso donde se opuso a la guerra con México en 1846 y luchaba por ir eliminando la esclavitud paulatinamente entre varias causas que defendía. A nivel familiar Abraham perdió temprano su segundo hijo en 1850 y el tercero en 1962 a los 11 años de edad.

El honesto Ab, luego de varias promociones políticas, logra ser candidato en 1860 y ganar la presidencia. Su gobierno debió enfrentar el mayor reto: una guerra que pretendía dividir al país en dos mitades. Todo empezó con la separación de Carolina del Sur y se sumaron otros estados sureños. El gobierno federal no toleró esto y comenzó la Guerra Civil (1861-1865) que ha sido el conflicto donde más norteamericanos han muerto. Para no entrar en detalles, lo importante es que Lincoln, sus generales y toda esa milicia lograron mantener a los Estados Unidos como nación indivisible. Posteriormente y como consecuencia se aboliría la esclavitud, no obstante, es sabido el triste final que le tocó al honesto Ab. Solo el mantener a la nación unida para el futuro de progreso que vendría luego de la guerra hace de Abraham Lincoln su mejor mandatario.

Muchos argumentan que George Washington es el más grande de los presidentes norteamericanos, porque visualizó esa república, la independencia de Inglaterra, ganar la guerra contra los británicos y fundar los Estados Unidos de América en 1776. Pero evitar la separación de esa nación y mantenerla unida hacia un futuro mejor es quizás un mérito mayor. Pocos saben que el honesto Ab perdió 20 kilos durante su presidencia. Quiero apuntar para concluir sobre Lincoln una alegre curiosidad, la pianista venezolana Teresa Carreño tocó para él en la Casa Blanca a sus 9 años en 1863.

Venezuela también tuvo su guerra post independencia que casi la separa, acá la llamamos la Guerra Federal (1859-1863). Aunque antes de ese conflicto eliminamos la esclavitud en 1854, sin embargo, lo que surgió de la Federal no aseguró el progreso ni más libertades al país como en la nación del norte. Venezuela debió esperar dos grandes autocracias (Gómez 1908-1935, Pérez Jiménez 1948-1958) para que surgiera una democracia directa con mayor prosperidad. Este sistema se puede decir que se consolidó con el abogado Raúl Leoni quien fue elegido presidente en las segundas elecciones realmente universales de 1963.

Su gobierno de 5 años fue de una apertura democrática absoluta, quizás la extrema izquierda diga lo contrario, pero todas las ideologías y opiniones nunca fueron tan respetadas en Venezuela como cuando Leoni. La economía creció como nunca antes usando sabiamente los ingresos petroleros, fortaleciendo la industria siderúrgica y agroalimentaria. Así el desempleo disminuyó y el crecimiento anual fue de casi 7%. Se inició el complejo hidroeléctrico de Guri, se construían escuelas y hospitales públicos además la libre empresa contaba con reglas claras que igual aprovechaba la inversión internacional. Y lo más afortunado fue que no se supo de casos de corrupción o deshonestidad gubernamental.

El otro gran presidente de los Estados Unidos fue Franklin Delano Roosevelt (1932-1945). Un hombre de clase alta con vocación de ayuda a los más desvalidos y en la segunda época más dura de la historia nacional: la gran depresión, que inició en 1929. Franklin Delano sufría de poliomielitis, así que por ello andaba en silla de ruedas o usaba muletas. Eso no le impidió levantar la nación más rica del planeta antes de la segunda década del siglo XX y retomar con más fuerza esa prosperidad, incluso durante la conflagración más grande del mundo (1939-1945).

Su programa, New Deal, levantó la economía entre 1932 y 1934, especialmente con la creación de instituciones estatales de ayuda social, terminó la presa Hoover en 1935, y cuando Japón los atacó en 1941 se colocó al lado de Europa acelerando toda la industria, economía y fuerzas armadas para vencer al eje. Ha sido el único presidente con 4 períodos consecutivos, sus críticos dicen que prolongó la crisis de los 1930s y entró a propósito en la Segunda Guerra Mundial para lograr mayor beneficio político. Ciertamente sus logros opacan esas ideas contrarias. Murió en el cargo antes de terminar la guerra mundial, sentó las bases para las Naciones Unidas.

Regresando a Venezuela, sin lugar a dudas Rómulo Betancourt (1908-1981) es el padre de la democracia en su país. Este hijo de inmigrantes canarios se quedó huérfano de madre a los 10 años, fue líder estudiantil durante la dictadura de Gómez por lo que fue detenido brevemente en febrero de 1928. Luego debió exiliarse en Curazao, Colombia y Costa Rica donde conoció a su esposa. En esos tiempos era un joven comunista, ya fuera del país a inicios de los 1930s empieza a cambiar a una posición más socialdemócrata y de participación de todas las clases de una nación. Al morir Gómez regresa a Venezuela en 1936, pero sus ideas de una democracia más amplia chocan contra quienes desde el nuevo gobierno militar van más lento y sale al exilio de nuevo en 1939. Durante la Segunda Guerra Mundial mantuvo la tesis de que Latinoamérica no debía apoyar al eje, más si a los aliados. Regresa a Venezuela en 1941 y funda su partido Acción Democrática, tres años después es electo concejal de una parroquia de Caracas.

Para 1945 Bethancourt participa en el golpe exitoso al gobierno militar de Medina1 y comienza a perfilar la mayor apertura electoral necesaria, se organizan las primeras elecciones universales de 1947 donde gana el escritor Rómulo Gallegos, sin embargo Pérez Jiménez y otros militares toman el poder 8 meses después iniciando la segunda autocracia más conocida en Venezuela. Los dos Rómulos deben ir al exilio, Bethancourt incluso fue víctima de varios atentados fallidos tanto dentro como fuera del país.

Cuando cae la dictadura en 1958, Rómulo regresa a Caracas, reorganiza su partido y se lanza como candidato en la segunda elección universal que gana en diciembre, su presidencia de 1959 a 1964 fue una época de renacer nacional y amistad con los países democráticos, pero de confrontación con las autocracias de derecha e izquierda en Latinoamérica. La economía creció, pero al 4% anual, las obras públicas se multiplicaron, aunque debió bajar salarios y otras limitaciones del reacomodo gubernamental. Su presidencia enfrentó tres levantamientos militares fallidos y la guerrilla urbana de extrema izquierda. Todos estos complots los superó, y se hicieron las elecciones correspondientes en 1963 que dieron ganador a Raúl Leoni. Quizás Bethancourt deba estar en primer lugar como mejor presidente de Venezuela ya que sin él no se hubiesen dado los 40 años de democracia bipartidista (1959-1998), sin embargo, la prosperidad y mejor paz social de su sucesor hacen una gran diferencia a favor del abogado Leoni.

Hablemos de John Fitzgerald Kennedy (1917-1963). Uno de los presidentes más conocidos de la historia mundial por su carisma y trágico final. Aparte de sus orígenes en la aristocracia norteamericana, con visos de oportunismo y filo nacionalsocialismo paternal, ello no mancha su carrera militar en la US Navy durante la Segunda Guerra Mundial ni su visión futurista del programa espacial Apolo que llevó a una docena de hombres a la luna.

Quizás otro gran aporte de sus tres años de gobierno fue para Latinoamérica el programa Alianza para el Progreso que derivó en el aún vigente fondo internacional USAID. La izquierda critica este fondo de ayuda, no obstante, era obvio que pretendía contrarrestar la influencia castrista en el continente. Si lo vemos en balance, más fueron los beneficios de esta política de asistencia. Además, Kennedy criticó también las dictaduras de derecha en el continente. Su aporte social más grande fue en su propio país con los derechos civiles que se mantenían en desfavor de los afroamericanos desde el fin de la Guerra Civil, especialmente en los estados del sur. Ciertamente se equivocó con el fiasco de la invasión en Bahía de Cochinos, pero se reivindicó con el manejo diplomático firme más que militar de la crisis de los misiles de 1962. Su asesinato fue llorado por muchos en todo el mundo, sus discursos eran inmensamente inspiradores, además de su simpatía hacia todos sin distingo de clase o raza.

Finalmente, quería añadir al venezolano Eleazar López Contreras y al norteamericano Ronald Reagan, no obstante, para no extenderme hablaré únicamente del andino Carlos Andrés Pérez (1922-2010) como cierre. Este polémico venezolano logró el mayor crecimiento económico del país, alcanzado tasas de 10% anual, creó el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho el cual permitió que muchos venezolanos estudiaran en las mejores universidades del mundo, hablaba contradictoriamente y con un marcado acento andino, sin embargo, era muy simpático. Sufrió dos golpes de estado en el año 1992 que superó satisfactoriamente. Sus críticas residen en supuestas malversaciones de fondos y corrupción que nunca fueron probadas. No así fue destituido de la presidencia al año siguiente, muchos historiadores dicen que esto fue una gran injusticia.

Comparar un país muy avanzado con una nación accidentada como Venezuela, puede ser un exabrupto, aunque las comparaciones objetivas siempre nos ayudarán a mostrar virtudes a emular, deficiencias y errores a evitar, aparte de lecciones para un mejor futuro.

Notas

1 Al respecto, recomendamos la lectura de nuestro artículo De cuando mi abuela rescató a mi abuelo.