Muchos equívocos históricos e ideológicos planean en torno al complejo tema de las culturas autóctonas.
En su dimensión antropológica se enraízan en lo profundo de la historia de la humanidad, en el paso del Paleolítico a Neolítico, más exactamente, del nomadismo a la sedentarización. La cultura nace en ese contexto; los nómades practicaban la colecta y la caza, los sedentarios aprendieron a cultivar la tierra y a criar ganado.

Cultura significa, en su estadio primero, cultivo de la tierra. Luego se va a ampliar a los aspectos formativos de los individuos y grupos a través del trabajo del suelo conquistado. El verbo cultivar se va a extender del agro a lo humano. Se cultiva la tierra y, en el trabajo, se cultivan los hombres para hacerla producir.
Incluye entonces, la evolución del saber, “saber hacer” primero y “saber pensar” después.

La territorialidad

Del trabajo del suelo, nacen su apropiación y luego, la propiedad, que va a generar la conceptualización de los medios de dirección o gobierno, del derecho, la justicia, las fuerzas del orden, en suma, lo que hoy se ha dado en llamar la gobernabilidad. Surgen las formas de dominación y abuso del poder: la historia nos ha ilustrado ampliamente sobre los sátrapas y tiranos en Mesopotamia, cuna de dicho fenómeno.

De la agrupación espacial primaria van a crecer los villorrios, las ciudades (civitas) y las urbes (polis) hasta llegar a las metrópolis contemporáneas. La síntesis de todo ello va a ser la civilización y, su sublimación, la urbanidad que decanta y regula el comportamiento social conforme a las reglas de convivencia.
La lucha por la posesión de la tierra es una constante en la historia de la humanidad. En el paleolítico nadie era propietario de los espacios por recorrer, la sola limitación era la fuerza física para resistir las intemperies y continuar en la búsqueda incesante del sustento. En cambio, para los sedentarios, la tarea central iba a ser el desarrollo de la capacidad productiva y la acumulación de las cosechas.

Para defender dicho espacio vital de los ataques de otras tribus y hordas se hacen necesarias las fortificaciones.
Citemos, a grandes rasgos, la Gran Muralla en el norte de China (s. V a.C), las ciudades-estado en la Grecia antigua (s. V a.C)1y la lucha del Imperio Romano de Occidente y Oriente contra los asaltos de los Hunos (s. IV d.C.).2
Queda esbozado el tema señalando que la supervivencia de las comunidades asentadas en un territorio dado depende de su capacidad de resistir a la adversidad geo climática y a los embates naturales de otras comunidades en la lucha por el suelo.

Nace el lenguaje

La comunicación gestual fue el medio de comunicación de los primitivos y, en el trabajo colectivo, se generaron el lenguaje y sus formas más elaboradas, los idiomas. La diversidad geo-climática, hizo que los grupos fueran diferenciándose por los modos de trabajo, las maneras de cultivar y conservar el suelo hasta el nacimiento de la artesanía. La montaña, el bosque, la planicie fértil, los suelos yermos o desiertos, la proximidad al mar o los ríos, etc., fueron condicionando el estilo de vida de las comunidades.
Si la cultura es universal, como concepto abstracto de base la cultura es universal, la concreción de ella a través del trabajo en la diversidad de núcleos humanos, debemos entenderla en plural como “las culturas”, es decir, relaciones topo-ecológicas en enclaves definidos del territorio y en períodos más o menos determinados.

Las migraciones paleo americanas

Se reconocen dos grandes teorías al respecto, la emigracionista y la autoctonista. La teoría emigracionista postula el origen asiático, en común, de las tribus que habrían pasado al continente americano por el Estrecho de Behring para descender hacia el sur, a lo largo del mismo.
Alexander Humboldt (1769-1859) describe con gran precisión (1822) sus observaciones morfológicas de las diferentes culturas primitivas que identificó en sus expediciones.3
A la teoría autoctonista, por otro lado, corresponden los trabajos de Florentino Ameghino, naturalista autodidacta argentino (1853-1911)<4>/sup>, que editó La antigüedad del hombre en el Plata, en la que definió al verdadero hombre originario de América, descubrimiento y tesis controvertida en el plano científico del s. XIX. Sin embargo, reconocido mundialmente, su Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina le valió la medalla de bronce en la Exposición Universal de París de 1899.

Las tribus mapuamericanas y los conquistadores españoles

En esta gran perspectiva migratoria, el enfrentamiento entre estos dos grandes grupos culturales sería el choque tardío de las respectivas avanzadas asiáticas que fueron bajando, al filo de los milenios cada una por sus sendas, hacia el sur…
Los hoy llamados originarios, por la ya descrita vertiente oriental de Behring, los otros, los bárbaros que conquistaron la Europa Central y Occidental. Entre estos vinieron los Visigodos, que se asentaron en España (s. VI d.C). La misma España que, evolucionando en sus regiones, diez siglos más tarde, emprendería la conquista de América. Fueron los invasores.
El colosal choque bélico de tres siglos, los trescientos años de la Guerra de Arauco que cantó Alonso de Ercilla, constituye el gran enfrentamiento entre las dos fuerzas más evolucionadas y avanzadas de estas pobladas originarias del gran norte, y que, en su lenta conquista territorial hacia el sur, fueron diseminándose, en el caso de España, a través de la navegación.

El neonomadismo contemporáneo

El reflejo natural de subsistencia es inherente a la condición humana; nadie se deja morir inerte cuando se acaba el sustento vital. Es en este contexto antropológico que debiéramos situar las migraciones actuales de grandes masas de gente en busca de mejores condiciones, debido al deterioro de sus propios espacios de vida. Celia Cruz - Facundo Lo que antes fue intercontinental, hoy deviene extracontinental.
En realidad, debiéramos hablar de “reflujo originario” para explicarnos las actuales migraciones de nuestro continente, y de África hacia el norte y hacia Europa.
Tratar de detener estos flujos migratorios es como retener el agua entre los dedos ya que, ante el peligro de extinción, el potencial que la materia viviente es capaz de desplegar es colosal. Al respecto, véase en uno de mis artículos precedentes: Ago-antagonismo societal:

…aplicar el concepto ago-antagónico a la sociología urbana, es decir, a los efectos reactivos que producen en un grupo víctima, las acciones de otros que tienden a destruirlo.5
Criminalizar dicha pulsión de vida no puede sino traer enormes y crueles consecuencias, como se ve en los movimientos demográficos de hoy.

El etnocentrismo mapuche

Un primer antagonismo surge entre la gratuidad originaria ancestral del territorio y la defensa de los pueblos llamados “originarios”. Esta última ideología basada en un comunitarismo utópico, postula que la propiedad colectiva debe prevalece sobre la propiedad instaurada por los supuestos invasores.
La disyuntiva es dilucidar si los hombres y la tierra estarían indisolublemente ligados, o si la tierra debe ser, a la vez, de todos y de nadie.
En la realidad, siempre ha sido de los más fuertes.
Es lo que postuló la Escuela de Chicago en 19226 al detectar el “ciclo invasión-sucesión” en el uso del suelo urbano.
Los grupos más fuertes reemplazan a los más débiles; es lo que ocurrió con la urbanización de Paris por el Barón Haussmann (1853 a 1870) y el desplazamiento de habitantes de los barrios hacia la banlieue (cintura de los pobres desplazados a la periferia).

Otro ejemplo es la delimitación predial de la pampa argentina que en 1845 con la introducción del alambrado por los ingleses7.
La ideología del “progreso” de Sarmiento y su sangrienta guerra genocida, al influjo de la Revolución Industrial, reemplazó la autarcía regional tradicional por la economía de exportación, con nefastas consecuencias para las culturas regionales no solo de los autóctonos, sino también para el gauchaje libre, fenómeno único de anarquía societal generado por la deserción entre los soldados españoles. El retorno de Antonio Tormo. En lo histórico, fuera de los historiadores especializados, solo conocemos lo que nos han contado en nuestras escuelas. En lo ideológico, las cosas se enturbian por la interpretación interesada que dan los sectores sociales antagónicos, ya sean dominantes o emergentes.En el caso de los primeros, por ignorar o estigmatizar, deliberadamente, las justas aspiraciones de los segundos.

En el otro sentido, el Dr. Alejandro Lipschutz (1883-1980)8 disminuyó la compleja diversidad étnica de Chile, bajo el concepto unificador de mapuches (gente de la tierra) y, a pesar de su incontestable notoriedad científica, el rasero igualitario que impuso impide explicar la ancestral incapacidad de unificación de dicha diversidad étnica.8. Sin embargo, basta con estudiar las guerras tribales y matanzas entre araucanos en la Pampa argentina en el s. XIX, para darnos cuenta de que la diversidad étnica no implicaba, necesariamente, la fraternidad entre las tribus ni tampoco la diversidad cultural puede ser emparejada por conceptos simplificadores.

Sin desconocer las aspiraciones legítimas de nuestros pueblos por asegurar “un lugar bajo el sol” para sus hijos, creo que un examen crítico de algunos aspectos ideológicos del militantismo, mapuche p.ej., debiera enriquecer dichas acciones en lugar de reducirlas a un enfrentamiento primario y reminiscente de la Guerra de Arauco9.
Es evidente que hoy, el potencial tecnológico de las llamadas “fuerzas del orden”, equipadas de material represivo moderno, los sobrepasa.
El resabio nacionalista tampoco está ausente de estas limitaciones. No parece ser que al sur del Rio Grande, los militantes originarios se interesen en personajes históricos como el Apache Cochise, el Bendoque Gerónimo, el Zapoteca Benito Juárez en México o el Clan araucano de Los Piedra en Argentina.
Esto será motivo de un segundo artículo sobre la Epopeya Mapuamericana, en particular, nos interesa el Clan de Los Piedra: Calfucura, Namuncura y Ceferino, en Argentina.

Referencias

1núcleos poblacionales autónomos e independientes unidos por un idioma, una religión y una cultura comunes. Eran autosuficientes y estaban separados unos de otros.
Fuente: ¿Cuáles eran las ciudades-estado de la antigua Grecia?
2 El movimiento de los Hunos hacia Europa se produjo hacia el año 370, creando una gran desestabilización de los pueblos bárbaros asentados en Europa Central y Oriental. Los Hunos se asentaron en las orillas del Danubio; entablaron conversaciones amistosas con el Imperio romano. La llegada al poder de Atila produjo la unión en un estado, un gran imperio huno. Atila saqueó las tierras del Imperio romano hasta su muerte en el año 453, que a su vez significó el desmoronamiento de su imperio. (Wikipedia).
3 Alexander de Humboldt. Ensayo político sobre el reino de la Nueva España.
Ed. Porrúa S.A. México ,1978. Cap. VI De las castas, indios e indígenas americanos, su número y sus transmigraciones. Variedad de sus lenguas. Grado de civilización de los indios. Pp. 51 a 97.
4 La antigüedad del hombre en el Plata fue publicada en dos tomos (1880 y 1881). La obra se refiere a restos óseos que consideró los antecesores del hombre. En 1890 lanzó la teoría de que tales restos pertenecían a la época Terciaria.
5 Revista Meer en español: "El Capitán del Barco de Papel" Cap; Ago-antagonismo societal.
6 Escuela de Chicago (EE.UU.). La Ecología Humana viene de la tradición geográfica impulsada por Robert E. Park, Ernest W. Burgess y R. D. MacKenzie.
7 Richard B. Newton. Estanciero inglés que introdujo en 1845 el primer alambrado importado de Gran Bretaña, el que sirvió para proteger su estancia “Santa María”, en Chascomús. En 1855, la estancia “La Remedios” fue la primera en ser delimitada enteramente por un alambrado. Era propiedad del cónsul prusiano Franz Halbach, y estaba situada en los terrenos del actual Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La historia del alambrado en Argentina.
8 Alejandro Lipschutz (1883-1980).
“Científico e intelectual de origen letón radicado en Chile desde 1926. Pionero en el área de la biología experimental. Primer Premio Nacional de Ciencias en 1969, en el ámbito social, sus estudios son considerados fundacionales para la antropología y el indigenismo en Chile.” Ver : Alejandro Lipschütz Friedmann (1883-1980) Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile:

El esfuerzo de Lipschütz, fue una de las palmarias demostraciones, aún para los más escépticos de que se podía hacer en Chile, investigación básica, contribuir con aportes originales al avance de la ciencia y lo que es más, formar científicos en nuestras propias universidades.

(Héctor Croxatto: Alejandro Lipschutz y la Investigación Científica en Chile. El Mercurio, miércoles 1º de septiembre de 1976)

9 Guerra prolongada entre los colonizadores españoles y los pueblos autóctonos (1536 a 1883), La datación fluctúa según los períodos de avance y reflujo de la conquista española.