Hay quien opina que volver al pueblo es de fracasados; mi opinión es que volver al pueblo es de inteligentes.

En cada crisis suele resurgir ese afán por buscar un cambio de vida, por regresar a lo natural, por volver al pueblo.

«Lo dejo todo» o «Necesito hacer un cambio radical en mi vida». Cuántas veces hemos escuchado decir estas frases en los últimos tiempos. Muchos están desencantados con la vida que llevan, han perdido el empleo o no ven expectativas de futuro.

Esta crisis, sobre todo tras la pandemia, lo ha sido sanitaria, pero lo es económica y, también es importante, emocional.

Pero un pueblo, también hay que decirlo y los que lo conocemos sabemos, no es solo una estampa idílica tipo Verano Azul. Un pueblo puede resultar un cambio radical en tu forma de vida que no todos pueden llegar a asumir.

En los pueblos faltan servicios, pero también existe la falta de oportunidades.

Esa época que pasamos encerrados (parece que fue hace mucho tiempo, pero fue ayer), confinados, en la mayoría de los casos en habitáculos sin balcón, muchos eran los que soñaban con un pueblo solo para poder abrir la ventana por la mañana y respirar.

La pandemia descubrió a muchos que se puede estar bien y además consumir menos de todo. Algo que se sabe bien en los pueblos. Pero, ¿seríamos capaces también de vivir con menos servicios?

Solo el 16.2% de la población española puebla el entorno rural, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca: 7.6 millones de personas repartidas en 6,676 municipios de menos de 10,000 habitantes.

No todos los municipios tienen las mismas condiciones. Es importante, por ello, en primer lugar, establecer unas prioridades de necesidades y analizar si el destino las cubre y cómo.

No todos buscan el pueblo para desconectar de todo. Algunos se vuelven buscando una vida más cómoda y, al tener profesiones más liberales, teletrabajar desde allí. Para ello es fundamental la banda ancha en todos los municipios, por muy perdidos que estén. Sin banda ancha no hay desarrollo de negocios, compras online, operaciones con bancos o eso que nos hemos obligado a poner de moda: el teletrabajo.

El teletrabajo, fomentado por la pandemia es una oportunidad para la repoblación de los pueblos.

El medio rural es atractivo para personas cuyo trabajo no los ata a una oficina. Pero también yo diría que puede haber otras oportunidades.

Los niños crecen de otra forma en los pueblos. Viven sin miedos; no como en la ciudad. Descubren la naturaleza desde pequeños. Todo es más relajado, más pausado.

Hay personas (como es mi caso) que tienen pueblo, sus padres o ellos nacieron allí, tienen un vínculo emocional con éste y con el entorno; conocen la zona, la comarca, el territorio, sus gentes, su forma de vida, su organización. Disponen incluso de vivienda familiar o propia donde trasladarse.

Otros, en cambio, no lo tienen, pero lo buscan porque han decidido, simplemente, cambiar.

El tiempo que estamos viviendo, la pandemia y todo lo que esto conlleva, hace que muchos se estén yendo a vivir a los pueblos y otros lo estén pensando.

Lo rural tiene posibilidades de desarrollo personal, además de aspectos positivos que ofrece la vida en el campo. Como conocedor y defensor de la vida rural, te voy a dar unos motivos para vivir en un pueblo. Seguro que aquel que no los comparta, podría darme motivos para todo lo contrario, pero, como no es mi caso, aquí te lanzo los míos…

  • Te das cuenta de que estás en una etapa de tu vida en la que necesitas dar prioridad a tu salud, a ti, a vivir y encontrar la paz, tu paz.
  • Te has cansado de los atascos, los ruidos, los humos, las prisas, las concentraciones de gente.
  • Te da igual no tener cerca un teatro, un cine o un gran centro comercial abarrotado de tiendas.
  • Quieres recuperar las riendas de tu vida en todos los aspectos, y necesitas tranquilidad.
  • Prefieres vivir en un espacio más abierto, en una vivienda más grande, con su patio y sus geranios, y no en un pisito en el centro de una ciudad.
  • Quieres iniciar una nueva actividad económica y lo puedes hacer alejado de la gran ciudad.
  • Posees unos ahorros que te permitan optar a una vivienda propia, amplia y cómoda en un pueblo.
  • Te interesa el mundo natural, la vida saludable, el medio ambiente y quieres formar parte de él.
  • Quieres apostar por una mayor calidad de vida frente a las ofertas que de otro tipo te genera la gran ciudad.
  • En el pueblo tienes una casa o terreno de padres o abuelos que nadie usa y tú puedes acceder a ello.
  • Te puedes alimentar de tu propio huerto.
  • Quieres poner tu granito de arena para que el pueblo no muera.
  • Prefieres «vivir de forma austera», pero con la sensación de que no te falta nada.
  • Eres de la opinión de que en el pueblo puedes sacar partido a los recursos existentes.
  • Conoces, y aplaudes, cada vez más personas que han hecho esto. Y… tienes posibilidad de teletrabajo.

Estoy seguro de que tú puedes añadir muchos más.

¿La ciudad es para ti?